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Ahora hay un número para medir el riesgo de demencia

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LOS ANGELES.- Pocos de nosotros estaríamos ansioso de que se nos revelara un futuro de demencia cuando aún estamos muy saludables. Pero hay poderosos argumentos para conocer – tan pronto como sea posible – si estamos en riesgo.

Es verdad, actualmente no hay medicina que pueda aminorar o revertir la enfermedad de Alzheimer. Pero más y más sugieren las investigaciones que mucho antes que la demencia se establezca, cambios casi imperceptibles están sucediendo en el cerebro. Los investigadores creen que la clave para doblar el arco de la demencia será intervenir o antes de los síntomas conductuales aparezcan o cuando aún son muy leves.

Y si los investigadores van a encontrar terapias que funcionen para la demencia, necesitarán participantes para los ensayos clínicos que sean suficientemente valientes tanto para aceptar que están en riesgo de manera temprana como para someterse a tratamientos experimentales.

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Un nuevo estudio, publicado el miércoles en el periódico de neurología, destila una forma para los médicos y sus pacientes, de medir en el curso de una visita ordinaria al consultorio, el riesgo de un individuo de desarrollar deterioro cognitivo leve o MCI. En una población de 1,449 personas de Minnesota de entre 70 a 89 años de edad, el algoritmo resultante ayudó a identificar a los individuos cuyos puntajes fueron los del 25% más alto y que resultaron siete veces más probables de desarrollar MCI que aquellos en el cuartil más bajo de riesgo.

Los pacientes diagnosticados con MCI se encuentran en un riesgo mucho mayor de contraer la enfermedad de Alzheimer: los estudios sugieren que cada año, del 10% al 15% de aquellos con MCI contraerán Alzheimer. Por lo que conociendo el riesgo personal de desarrollar MCI puede ser una de las formas tempranas de detectar a los futuros pacientes de Alzheimer’s a un punto en que las terapias experimentales pudieran funcionar.

“Esta escala de riesgo puede ser una forma barata y fácil para que los doctores identifiquen a la gente que podría someterse a pruebas más avanzadas para problemas de memoria o que puedan ser mejores candidatos para ensayos clínicos”, declaró el Dr. Ronald C. Petersen, un neurólogo en la clínica Mayo en Rochester, Minn., y autor líder del estudio.

Hasta ahora, el marcador aislado más poderoso para el riesgo de la enfermedad de Alzheimer ha sido si un individuo es portador de una variante específica del gene APOE-4. El presente estudio encuentra que el estatus de portador de una persona de APOE-4 puede refinar más su riesgo de deterioro cognitivo leve. Pero la medida de riesgo ideada aquí también toma en cuenta otros factores que contribuyen al riesgo los cuales pueden ser extraídos con facilidad durante la visita al consultorio.

Para hombres y mujeres por igual, el diagnóstico de diabetes contribuye poderosamente al riesgo de desarrollar la discapacidad por deterioro cognitivo leve, particularmente si la persona es menor de 75 años de edad y ya ha desarrollado esa enfermedad metabólica. Otros dos contribuyentes de peso al riesgo de MCI son los altos niveles de agitación, ansiedad o apatía, medidos como la respuesta del paciente a una batería de preguntas neuropsiquiátricas.

Una historial de problemas alcohólicos, problemas de memoria auto reportados y no haber podido hacer al menos 12 años de escuela, también contribuyen al riesgo de MCI en hombres y mujeres. Y los antecedents de accidentes cerebrovasculares o de fibrilación auricular aumentan un poquitín la puntuación de riesgo.

Algunos factores de riesgo son específicos al género del paciente.

Para las mujeres, actualmente fumadoras, o que hayan tenido niveles de colesterol preocupantes, alta presión sanguínea o diabetes en la edad madura, llevan a mayor riesgo de MCI.

Para los hombres, el ser viudos o nunca haber estado casados aumenta el riesgo de MCI. Y haber sido obeso en cualquier momento (con índice de masa corporal de 30 o más) también eleva la probabilidad de MCI. En hombres de caminar inestable o cuidadoso – marcha lenta – también aumenta el riesgo.

Cuando se añade a esta constelación de medidas de riesgo, el estatus de portador de APOE-4 probó conferir un incremento solamente menor al riesgo de desarrollar deterioro cognitivo moderado.

En un artículo editorial acompañando a la publicación en Neurología, el Dr. Timo Grimmer y el Dr. Alan B. Zonderman advirtieron que, hasta que los hallazgos actuales hayan sido replicados en poblaciones más amplias y étnica y educacionalmente diversas, los médicos estarán “bien aconsejados de utilizar la puntuación de riesgo con precaución”.

Pero Grimmer, un investigador de la enfermedad de Alzheimer, y Zonderman, un neurocientífico cognitivo en el National Institutes of Health, dijeron que el estudio ofrece a los médicos y pacientes alguna guía clave en como disminuir el riesgo de demencia, a partir de la edad madura: para las mujeres eviten o paren de fumar, y para los hombres, permanezcan delgados.

Para ambos sexos, la última investigación subraya la importancia de mantener moderado el consumo de alcohol o de suprimirlo por completo. Y a toda costa, decapitar el desarrollo de diabetes tipo 2, una condición metabólica ligada estrechamente a la obesidad.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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