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El 20 % de casos de hígado graso no alcohólico pueden derivar en cirrosis

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EFE

Vivir muchos años con el hígado graso no alcohólico puede derivar en casos de cirrosis en 20 % de los casos si el padecimiento no es diagnosticado a tiempo, dijo hoy a Efe Rosalba Moreno Alcántar, jefa del servicio de gastroenterología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI.

“Este es un padecimiento común en México; es una enfermedad asintomática que genera un proceso de inflamación en el hígado y puede progresar a daño en forma de cicatrices o fibrosis. Si se da un daño más grave, se puede llegar a un cuadro de insuficiencia hepática”, señaló.

La doctora Moreno explicó que este es un trastorno muy frecuente en los países occidentales y afecta a entre 17 % y el 46 % de los adultos.

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La especialista explicó que todo hígado que tenga más de 5 % de grasa se considera como hígado graso.

Esta enfermedad consiste en la infiltración de grasa dentro del tejido hepático, la cual está vinculada directamente a dos problemas: la obesidad y la diabetes.

Sin embargo, este no es un padecimiento propio del hígado sino una enfermedad multisistémica, lo que quiere decir que quienes la padecen pueden tener resistencia a la insulina, y posteriormente van a sufrir diabetes.

Aunado a ello, si todavía se padece sobrepeso, se pueden presentar patologías cardiovasculares.

Aunque uno de los factores de riesgo para desarrollar este padecimiento es la obesidad, también se presenta en 7 % de las personas con peso normal y es más frecuente en mujeres.

“No todas las personas con obesidad o sobrepeso lo presentarán; sin embargo, aquellos que tengan obesidad, diabetes, presión alta, colesterol y triglicéridos altos pueden tener hígado graso”, aseveró Moreno

La especialista indicó que debido a que los síntomas del padecimiento son inespecíficos como piquetes en el cuadrante superior derecho cerca de las costillas o problemas como indigestión o ictericia (color amarillo de la piel), el diagnóstico suele ser complicado.

Es por ello que es necesario hacer el diagnóstico a través de estudios de ultrasonido y pruebas en sangre.

Explicó que el tratamiento de este padecimiento se debe dar desde la base. “Si el paciente tiene problemas de metabolismo, diabetes, si hay problemas de colesterol y obesidad, se empieza a tratar con eso, dieta, modificaciones en los alimentos y el ejercicio”, señaló.

Abundó que, de no haber este tipo de modificaciones, no cambiará la enfermedad pues “no hay medicamentos que por sí solos modifiquen este padecimiento”, señaló.

Del mismo modo, aseguró que hace falta educación en el personal de salud “para que tengan un mejor conocimiento de estas enfermedades, actualizado y que ayude a que los pacientes estén mejor educados y que exista prevención”.

Moreno destacó que la sociedad actual se ha dejado llevar por estilos de vida que no son tan sanos, lo cual ha llevado a desarrollar enfermedades que antes no se presentaban.

Es por ello que es necesario regresar a los estilos de vida más sanos. “Como latinos tenemos una amplia cultura sobre herbolaria, alimentación, y todo eso lo hemos olvidado. Hemos abandonado el ejercicio y la comida sana”, lamentó.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), si las personas continúan con los malos hábitos alimenticios, no realizan deporte y no controlan su peso, se proyecta que para 2030 la mitad de los habitantes en el planeta padecerán enfermedades hepáticas de cualquier tipo.

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