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Pacientes de cáncer testicular en Latinoamérica buscan tarde el diagnóstico

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EFE

El cáncer testicular es curable en el 95 % de los casos si se detecta de manera oportuna; sin embargo, en América Latina los hombres tardan en buscar su diagnóstico en promedio unos cinco meses y el 60 % llega en etapa avanzada, dijo hoy a Efe Raj Satkunasivam, urólogo del Houston Methodist Hospital.

“La mayoría de los cánceres testiculares son de etapa temprana y curables, pero hay muchos casos en los que los hombres no llegan a tiempo al diagnóstico”, señaló el doctor Satkunasivam vía correo electrónico.

El cáncer testicular, dijo, es una enfermedad poco común que representa el 2 % de los tumores en hombres, pero es el tumor maligno más común en hombres entre los 20 y los 34 años.

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Este tipo de cáncer ha ido en aumento desde los años 50, sobre todo en países desarrollados pues alrededor de 60 % de los casos se registran en ellos.

“Es un cáncer que surge de las células germinales en el testículo y el síntoma más común es una masa dura”, señaló Satkunasivam.

En México y Latinoamérica no existen cifras exactas sobre los casos anuales de este tipo de cáncer, pero en Estados Unidos, según la Sociedad Americana del Cáncer, en 2018 se han registrado 9.310 casos nuevos de cáncer testicular, de los cuales 400 terminaron en muerte.

Al igual que con el cáncer de mama, el principal método para diagnosticar este padecimiento es la realización de un autoexamen mensual para detectar cualquier crecimiento anormal.

“El autoexamen y la conciencia sobre el cáncer son las herramientas más importantes para detectarlo. Mientras que las pruebas de detección como la ecografía no se recomiendan en este tipo de cánceres”, argumentó el especialista.

El experto señaló que entre los factores de riesgo más importantes están los testículos no descendidos, padecer VIH, los antecedentes familiares, haber padecido cáncer en el otro testículo y tener genitales ambiguos, es decir, cuando el sexo no está bien definido.

También, dijo, puede predisponer la exposición al estrógeno durante el desarrollo fetal.

Aunque se ha difundido que trabajar con la computadora en las piernas también puede ser factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad, Satkunasivam señaló que “no hay evidencia de que esto incremente el riesgo de cáncer”.

Sin embargo, detalló que el calor que generan los aparatos sí puede afectar los testículos y la fertilidad.

En casos avanzados, para el tratamiento de esta enfermedad, dijo el experto, muchos hombres requieren la extracción del testículo, y la mayoría deben mantener seguimiento con imágenes de vigilancia.

“En una enfermedad más avanzada, los hombres requerirán radiación, cirugía o quimioterapia, si el cáncer se ha diseminado más allá del testículo”, aseveró el doctor.

Posteriormente el tratamiento principal suele ser la vigilancia del abdomen y el tórax después de la extirpación del cáncer en el testículo. “Muchos hombres no recaen y tienen excelentes resultados tras la cirugía”, señaló.

Explicó que en caso de la recurrencia, la quimioterapia es muy efectiva.

“En pacientes con enfermedad avanzada, cuando ya el cáncer está en los ganglios linfáticos, que generalmente se encuentra en el abdomen, se requerirá quimioterapia, cirugía o radiación. Las tasas de curación modernas para el cáncer testicular avanzado son excelentes”, aseguró.

Finalmente, dijo que es necesario crear una cultura del autoconocimiento y cuidado de los testículos desde edades tempranas para mejorar la detección.

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