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Aislamiento y falta de apetito son focos rojos de depresión en adolescentes

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El aislamiento y la falta de apetito son los principales signos de alerta que pueden indicar que un adolescente sufre de depresión, indicó hoy la psicóloga Michelle Huffman.

“El aislamiento, no buscar sus pares, no buscar interactuar con ellos, son síntomas claros de depresión. Otro síntoma clave es la alimentación; el adolescente sano es el que come mucho, porque lo necesita, tiene hambre, duerme mucho, es absolutamente natural”, señaló la docente de la Universidad del Valle de México (UVM).

La especialista detalló que este padecimiento se presenta en mayor número en las mujeres que en los hombres.

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“La tendencia es mayor en mujeres, esto se debe a la presión que ellas experimentan en la adolescencia respecto a tener una buena apariencia”, alertó.

Además, explicó que otro suceso que experimentan las jóvenes es la aparición de la primera menstruación, lo que les puede generar confusión y, junto a los cambios hormonales, incide en que se depriman.

Huffman también detalló que la depresión es diferente dependiendo del género; mientras en los varones se presenta con ansiedad, en las mujeres es melancólica.

“En la depresión ansiosa el adolescente siente inquietud, angustia por eventos que no ocurren. A veces sufren hasta incapacidad para realizar las actividades normales del día a día, porque tienen miedos, temores que los sobrepasan”, indicó.

En este tipo de depresión otros síntomas son el miedo constante y la taquicardia, además de que en ocasiones tienen la sensación de que pueden morir, lo que llega a asustarlos.

En tanto, en la depresión melancólica las mujeres tienen sentimientos de vacío y frustración, de poca valía.

“Presentan una muy baja autoestima y ganas de llorar todo el tiempo; la depresión melancólica se caracteriza por eso, la detectamos en mayor medida en las adolescentes”, indicó.

Así, la psicóloga recomendó que los padres de familia estén atentos a los síntomas depresivos de sus hijos y tener comunicación con ellos.

“Aunque en esta etapa cuesta trabajo, ya que suelen ser reacios a comunicar sus sentimientos y pueden sentirse apenados ante algunas nuevas emociones y cambios corporales”, concluyó.

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