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Historia: Donación de órganos: un acto que da vida

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Especial para El Sentinel Orlando

Ezekiel López nació saludable. Hasta los tres años su mamá lo vio crecer, desarrollarse y aprender las cosas que típicamente aprenden los menores a esa edad. Pero una situación inesperada trastocó la vida del niño, y por consiguiente la de su familia.

“No estaba comiendo, no tenía energía, a las dos o tres semanas vi que los ojos le cambiaron de color. Lo llevé a emergencia y nos transfirieron a aquí, a AdventHealth, que era Florida Hospital for Children. Y en dos semanas pasó de estar bien a que no se despertaba”, rememoró Anyelina López, madre de Ezekiel.

A López aún le cuesta hablar del tema. Al narrar lo que le sucedió a su hijo en agosto de 2018, se le entrecorta la voz y las lágrimas son inevitables. A penas van ocho meses de que Ezekiel requirió un trasplante de hígado.

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Luego de realizársele una biopsia al niño, que prácticamente acababa de cumplir los tres años cuando tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, se determinó que el 60 por ciento de su hígado había fallecido.

“No pudieron determinar la causa del fallo de su hígado”, aseguró López. Aún sin saber la causa, el hallazgo puso al menor en el tope de una lista de espera para un trasplante.

A los padres de Ezekiel le indicaron que podrían pasar hasta cuatro días para encontrar un órgano compatible con el de su niño, pero a los dos días les dieron la noticia de que habían encontrado un hígado, que es el órgano que “ayuda al organismo a digerir los alimentos, almacena energía y elimina toxinas”, según detalla MedlinePlus, la página web de los Institutos Nacionales de la Salud, producida por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Pero, no todos los pacientes corren con la misma suerte.

Según estadísticas de LifeLink Foundation, una organización sin fines de lucro de servicio a la comunidad, dedicada a la recuperación de órganos y tejidos para la terapia de trasplante, 22 personas mueren cada día porque los órganos que necesitan no son donados a tiempo.

Esto, pese a que “más de 145 millones de personas se han inscrito como donantes de órganos, pero solo aproximadamente tres de cada 1,000 pueden convertirse realmente en donantes cuando mueren”, según donaciondeorganos.gov, la página web que contiene información del Gobierno de Estados Unidos sobre donación y trasplante de órganos.

Este mismo portal indica que aunque la mayoría de las donaciones de órganos y tejidos se producen cuando el donante fallece, algunos órganos pueden donarse mientras el donante está vivo.

En el caso de un donante fallecido, “puede salvar hasta ocho [personas]”, aseguró el doctor Regino González-Peralta, gastroenterólogo hepatólogo, quien estuvo a cargo del trasplante de Ezekiel.

González-Peralta mencionó que tanto el corazón como los pulmones, el hígado, que se puede dividir en dos, los riñones, el páncreas y los intestinos se pueden donar.

También es posible donar córneas, piel, ligamentos, huesos, tendones, entre otros.

Aunque quizás suela escucharse menos sobre estos últimos, cuando se habla de donación, es importante destacar que con los órganos y tejidos de una sola persona es posible impactar positivamente la vida de al menos 50 individuos.

Estadísticas señalan que cada 10 minutos se añade un nombre a la lista nacional de personas que necesitan un trasplante por lo que la rapidez con la que apareció un órgano para Ezekiel no siempre es la norma. Muchas personas pueden llegar a pasar largos meses en lista de espera aguardando por un órgano que extienda sus expectativas de vida.

Aunque la importancia de donar órganos es algo que debe discutirse a diario, en abril se observa el Mes Nacional de la Donación una fecha dedicada a concienciar sobre la importancia de la donación de órganos, ojos y tejidos y como esta salva y sana a miles de personas cada año.

Por esto, organizaciones que se encargan de orientar sobre la donación de órganos aseguran que “tú puedes ser el héroe de una persona al registrarte como donador de órganos, ojos y tejidos”.

Según dijo González-Peralta, el tiempo de espera “depende mucho y varía mucho de acuerdo al órgano. Hablando específicamente del hígado, que es a lo que yo me especializo, dependiendo del grado de la enfermedad es que uno determina el tiempo que estará [el paciente] en la lista”.

Añadió que “por ejemplo, un paciente que presenta un fallo hepático agudo en cuestión de días recibe un órgano, mientras que personas que puede ser que tengan un fallo crónico del hígado, pero estén mas estables, puede ser que estén en la lista meses”.

“Es bien difícil poder determinar un número [de días de espera], porque depende mucho de la enfermedad”. Esto significa que el lugar de una persona en una lista de espera para recibir un órgano será determinado por la gravedad de su enfermedad y no por el día en el que llegó al hospital.

Los hispanos y la donación

Además de la cantidad de donantes, que no dan abasto, los expertos tienen otra preocupación: Se estima que más de 110 mil personas se encuentran en espera de un trasplante, de esa cantidad “hay aproximadamente 30 por ciento de las personas que están esperando por órganos que son hispanoparlantes”, señaló González-Peralta.

En contraste con esa cifra, solamente el 13 por ciento de las personas registradas como donantes son hispanas.

Datos indican que un trasplante tiene mayores probabilidades de ser exitoso si un paciente recibe los órganos de una persona de su mismo origen étnico, aunque este no sea el factor más determinante.

González-Peralta, que ha ejercido su profesión por 25 años, explicó que “mientras mas cerca está uno al donante genéticamente, teóricamente es mejor la aceptación del órgano y menos complicaciones [se presentan]”.

“Si el 30 por ciento de los pacientes que están en la lista ahora para recibir órganos son latinos, deberíamos de ser el 30 por ciento, mínimo, de los donantes y no estamos cerca de eso”, dijo el experto.

Según el doctor, son varios los mitos que alejan a las personas de convertirse en donantes.

El primero que menciona es la creencia de que si se llega enfermo al hospital e identifican a la persona como donante, la van a dejar morir.

“Cuando uno llega enfermo, por cualquier razón, a cualquier hospital, el enfoque primario es el cuidado del paciente y solamente cuando ya se hayan acabado todos los recursos habidos y por haber es que se empieza a considerar, y pensar, si el paciente es candidato a ser donante. O sea, que esto de que a uno lo dejen morir, no existe”, aseguró el doctor, quien confesó que incluso su padre creía en ese mito.

El segundo mito que menciona es que “no puedo ser donante porque soy muy viejo. Nadie va a querer mis órganos. Eso está incorrecto. Inclusive, creo que el donante más adulto, más viejo, ha sido un paciente de más de 90 años. Uno debe dejar que los médicos que vayan a usar los órganos sean los que determinen si los órganos se pueden usar o no”.

Por último González-Peralta mencionó, “si tengo ciertas enfermedades, hipertensión y otras cosas, por ejemplo, que son muy comunes en nuestra comunidad latina, pues si tengo esas enfermedades no voy a ser candidato a donante, pues para qué me voy a inscribir”.

“Y les repito, eso está incorrecto. Hay muchas condiciones médicas que no le prohíben a una persona ser donante, por eso deben dejar al equipo médico, en el momento necesario, que tome las decisiones y no uno tomarlas de ante mano”.

González-Peralta resaltó la importancia de descartar estos mitos, pues impiden que muchas personas puedan beneficiarse de un trasplante y retomar sus vidas, como fue el caso de Ezekiel, quien luego de la operación pudo restablecerse con significativa rapidez.

“Después del trasplante [Ezekiel] pasó nueve días en el hospital, pero nos habían dicho que estaría un mes”, dijo López.

“Pensaba que el proceso iba a ser mucho más difícil y complicado. Que él no iba a regresar a ser como un niño [normal] de tres años, pero me tiene sorprendida”, agregó.

Ahora Ezekiel se encuentra estable y realiza con normalidad las actividades de un niño de su edad.

“La donación es el regalo máximo que uno puede dejar”, dijo González-Peralta.

Una de las formas de convertirse en donante de órganos es registrándose en línea en páginas como donatelifeflorida.org.

Ahora la familia López vive feliz de poder tener un niño saludable, pero necesitan ayuda para poder costear los gastos médicos que enfrentan tras el trasplante de Ezekiel.

La familia creó una cuenta de GoFundMe para poder recibir las donaciones de la comunidad.

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