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Programa Ciencia sin fronteras motiva a adolescentes de San Diego y Tijuana

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Sonidos de risas adolescentes resonaron una tarde en un pasillo del segundo piso de UC San Diego. Una docena de estudiantes de preparatoria de ambos lados de la frontera entre Estados Unidos-México se reunieron en el laboratorio de procesamiento de nanomateriales para desahogarse después de siete intensas semanas viviendo en el campus de La Jolla, tratando de lograr proyectos de ciencias en la Escuela de Ingeniería Jacobs de la Universidad.

Eran parte de un programa de investigación de verano llamado Enlace, que concluyó su cuarto año con 70 prometedores estudiantes del condado de San Diego y Baja California, todo para preparar su entrada a su último año de preparatoria.

El objetivo del programa es inspirar a una nueva generación de líderes de la región binacional, dijo Olivia Graeve, profesora de ingeniería mecánica y aeroespacial de la Universidad de California en San Diego y creadora del programa.

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“Ellos son los futuros científicos e ingenieros, los desarrolladores de tecnología y los empresarios que van a hacer una diferencia en la región de Cali-Baja”, dijo Graeve. “Los que son bilingües y biculturales y realmente pueden prosperar en una economía global”.

Los participantes presentaron sus proyectos finales durante una ceremonia en la escuela, coronando un verano de proyectos en campos como ingeniería aeroespacial, robótica, biotecnología, nanotecnología, energía de fusión, ecología y medicina.

Sofía Lambert de la preparatoria Cetys en Mexicali se asoció con Kimberlin Zárate de Hilltop High School en Chula Vista para estudiar la nanoestructura de los huesos. El programa “realmente me abrió los ojos a diferentes perspectivas sobre la ciencia”, dijo Lambert, que prevé estudiar en el futuro arquitectura o ingeniería química.

Roberto Cuentas, estudiante de Southwest High School en San Diego, sueña con trabajar para la NASA como ingeniero aeroespacial. Pasó el verano asociado con Luis David Rodríguez, que asiste al Centro Universitario de Tijuana, en un proyecto que involucra la fusión de encendido rápido.

“Mi forma de pensar ha cambiado significativamente. Me siento mucho más motivado para lograr mis metas”, dijo Rodríguez, quien espera obtener un doctorado en ingeniería en los Estados Unidos.

Otra participante, Isabella Gómez de Our Lady of Peace en San Diego, dijo: “Me di cuenta de que realmente no se puede entrar en este campo, a menos que se tenga amor y pasión por él de antemano. Voy a volver más contenta de poder solicitar inscribirme en la universidad”.

El programa también pretende crear conexiones entre los estudiantes en México y los mexicano-estadounidenses que viven en el condado de San Diego, dijo Graeve, quien nació en Tijuana y obtuvo su licenciatura en la Universidad de California San Diego y su Ph.D. en UC Davis.

Los estudiantes provienen de una variedad de orígenes sociales y económicos, sin embargo, “están aquí como iguales”, dijo Graeve. “Es un ambiente que es ajeno a todos ellos. Están haciendo las mismas cosas juntos”.

Graeve puso en marcha Enlace en el 2013 con cinco estudiantes del Colegio La Paz, una escuela privada de Tijuana donde ella misma estudió de niña como estudiante becada. Seis estudiantes de la escuela estaban entre los inscritos en el programa de este verano.

“Trabajar junto a personas con doctorados, con profesores que participan en investigaciones científicas, abre un panorama muy diferente y una realidad muy distinta a la que encuentran aquí”, dijo el director de la preparatoria La Paz, Moisés Camarena Lew. Los estudiantes a menudo vuelven más centrados en sus estudios y su futuro, expresó.

Uno de los estudiantes de La Paz que se beneficiaron del programa el año pasado es Jaime Castillo. Su mentora, una estudiante de Ph.D. en la Universidad de California San Diego llamada Madhura Som, desempeñó un papel muy importante, dijo Castillo. “Con ella, no solamente se trató de ciencia, se trataba también de contacto humano. Ella realmente me enseñó cómo se siente ser un estudiante de Ph.D.”.

En lugar de regresar de inmediato a La Paz para su último año, Castillo aceptó una beca de los Rotarios para estudiar en Polonia. A instancias de Graeve, Castillo buscó laboratorios en Varsovia que pudieran aceptarlo como pasante. Él terminó de pasar un año en la Universidad de Varsovia trabajando junto a estudiantes de doctorado e investigadores postdoctorados.

Dijo que el programa de verano de la UC San Diego le permitió hacer la transición al laboratorio, y conducir investigación sobre nuevas formas de combatir las bacterias que son resistentes a los antibióticos conocidos. Su proyecto ganó el segundo lugar en el 5º Simposio Intercolegial de Biotecnología de la Universidad Tecnológica de Varsovia.

El programa Enlace hace que los estudiantes se den cuenta “si quieren adherirse a la ciencia o no”, dijo Castillo, quien espera volver a UC San Diego como estudiante de primero el año que viene. “La mayoría de nosotros siguió su camino. Reafirmamos nuestra decisión de entrar a las ciencias”.

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