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Mitos y verdades navideñas

La leyenda de los Reyes Magos ha cambiado durante los años, sobre todo en lo que se refiere a la edad, raza y número de sabios que se mencionan en la tradición.

La leyenda de los Reyes Magos ha cambiado durante los años, sobre todo en lo que se refiere a la edad, raza y número de sabios que se mencionan en la tradición.

(Javier Etxezarreta / (EPA) EFE)
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Las Navidades son un tiempo mágico y su halo puede aumentar aún más si se conocen el origen e historia de sus costumbres, tradiciones y símbolos, que suelen ser diferentes de la versión que manejamos, según se desprende del trabajo del doctor en Psicología y periodista de investigación Pepe Rodríguez.

Rodríguez ha recopilado en su libro Mitos y tradiciones de la Navidad una serie de misterios y curiosidades históricas, a menudo sorprendentes, sobre estas festividades, que invitan a comprender, vivir y disfrutarlas bajo una mirada nueva y entretenida.

Jesús posiblemente nació en otro día, año y lugar

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“En los Evangelios no se aporta información alguna acerca de cuándo, dónde y cómo nació Jesús, y algunos de los datos que los cristianos dan por históricos son invenciones”, según Rodríguez.

Según este experto en desarrollo de los mitos, “el año del natalicio del Jesús hebreo no fue el 1 de nuestra época, sino el 7 ó 6 a.C. y, durante el siglo III, se barajó datar el natalicio en fechas como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 y 25 de mayo y algunas otras”.

“Entre los años 354 y 360, el papa Liberio (352-366) fijó como fecha inmutable la de la noche del 24 al 25 de diciembre, día en que los romanos celebraban el nacimiento del Sol Invencible”, apunta.

De acuerdo los estudios de Rodríguez, Jesús tampoco vino al mundo en Belén. “Desde luego, el lugar más probable de su nacimiento pudo ser Nazaret, o incluso mejor, Cafarnaún”.

Los Reyes Magos no siempre fueron tres

“De quienes hoy conocemos como Reyes Magos solo habló el texto de Mateo, pero es tan poco lo que se dice de ellos que las tradiciones posteriores tuvieron que inventarlo absolutamente todo y, hasta el siglo IV, los Magos fueron dos, cuatro, seis, doce o sesenta, según fuera la tradición”, indica Rodríguez.

“En el siglo XV, Petrus de Natalibus fijó que Melchor tenía sesenta años, Gaspar cuarenta y Baltasar veinte, y este último fue blanco hasta el siglo XVI, época a partir de la cual se le representó como de raza negra por necesidades estratégicas de la Iglesia”, indica este investigador.

“En Occidente no comenzó a celebrarse la adoración de los Magos hasta el siglo V. Los Reyes Magos no empezaron a traer juguetes a los niños hasta mediados del siglo XIX, y la actualmente imprescindible carta a los Reyes comenzó a popularizarse durante el primer cuarto del siglo XIX”, añade.

Papá Noél, el mito más moderno

“La figura de Santa Claus se construyó sobre la de san Nicolás, obispo turco del siglo IV, cuyo mito y culto se expandió por toda la Europa medieval, y cuyo día festivo se centró en la entrega de los obsequios a los niños, desde mediados del siglo XIII”, asegura Rodríguez.

La tradición de San Nicolás llegó a New York en 1621 con los emigrantes holandeses, mientras que Washington Irving, en 1809, escribió una sátira en la que deformó al santo patrón holandés -Sinter Klaas- hasta transformarlo en el precedente de Santa Claus, (pronunciación que los angloparlantes le dieron al nombre holandés), de acuerdo a este experto.

“El éxito del personaje de Irving se completó con un poema de Clement C. Moore, en 1823, que acabó de inventar el mito del generoso y alegre personaje navideño, y Santa Claus pasó a Gran Bretaña a mediados del siglo XIX y, de allí, a Francia, donde se fundió con el Bonhomme Noël (personaje que encarnaba la Navidad en el país galo), origen de nuestro Papá Noél”, señala.

Este investigador también indica que el belén o pesebre lo instauró san Francisco de Asís; que el simbolismo del árbol de Navidad procede del culto al roble como árbol sagrado en la Europa prerromana; y que los villancicos proceden de poemas amorosos cortesanos, entre decenas de hechos sorprendentes y poco conocidos sobre la época más mágica del año.

Las posadas

Consultado sobre las curiosidades de las celebraciones navideñas en América, Rodríguez responde que, “aunque hay muchas variantes entre países en cuanto a las tradiciones que se celebran o no, o el peso que tiene cada una dentro del ciclo festivo de cada país, en lo sustancial se celebran los mismos mitos y tradiciones en la Europa católica que en los países de habla hispana y portuguesa”.

“Las diferencias más sabrosas están en los ágapes navideños, que varían mucho en función de las naciones, pero también hay tradiciones que son muy importantes en América y que no existen en Europa. La más notable de ellas son las Posadas, que se celebran principalmente en México”, según este investigador.

“Las Posadas, que también se celebran en El Salvador junto a las Pastorelas, que son representaciones escénicas con cantos, poemas y bailes en torno al Nacimiento del Niño Jesús, rememoran el peregrinaje de María y José buscando un lugar para alojarse o la búsqueda de una posada en Belén”, de acuerdo a este periodista de investigación.

Las Posadas, que consisten en fiestas populares que incluyen rezos del rosario, recreaciones escénicas, procesiones, cánticos, la ceremonia de romper la piñata y la entrega de bolsas con comidas, son una de las tradiciones navideñas americanas preferidas por Rodríguez.

“Se trata de una tradición que entronca en lo más profundo del espíritu navideño católico y que canaliza muy bien esta celebración religioso-festiva”, concluye el experto.

Segura escribe para EFE.

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