Tropas estadounidenses podrían retirarse de la frontera en un mes
Mientras Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) continúa fortaleciendo el puerto de entrada de San Ysidro, al cerrar temporalmente en días pasados los carriles para instalar barreras para vehículos y peatones, el general que supervisa el despliegue militar a lo largo de la frontera de Estados Unidos y México, expresó que las tropas pronto se dirigirán a casa.
Unos 1300 soldados fueron asignados para apoyar las operaciones a lo largo de la frontera entre California y México y comenzaron a llegar el 8 de noviembre. Los soldados han estado ocupados colocando cables de concertina y otras barreras para limitar el acceso a los puertos de entrada.
Pero el teniente general del ejército Jeffrey Buchanan, a cargo del despliegue, le dijo a Político que la misión militar está finalizada y que las unidades de ingeniería y logística que colocan las barreras en su lugar volverán a casa pronto. El resto, dijo, se retirará para el 15 de diciembre. CNN informó que el presidente Donald Trump otorgaría a las tropas restantes la autoridad para proteger al personal de la CBP en caso de que enfrenten violencia.
El anuncio de Buchanan se da cuando migrantes de una caravana centroamericana continúan llegando a Tijuana. Más de 2500 están en un refugio municipal de Tijuana con miles en camino. El alcalde de Tijuana dijo que el total podría superar los 10 mil con base en la información del gobierno mexicano.
La tensión ha estado alta en la frontera y los manifestantes en México han exigido que la caravana, la mayoría hondureños, regrese a casa. El 18 de noviembre, una marcha de aproximadamente mil personas en contra de la caravana se enfrentó a la policía antidisturbios que bloqueó el refugio donde se alojan los migrantes.
La madrugada del 19 de noviembre, de acuerdo con un informe de que los miembros de la caravana podrían intentar correr de manera ilegal a través del puerto de entrada, la CBP cerró los carriles del puerto de entrada de San Ysidro y detuvo el tráfico peatonal en la entrada peatonal este de San Ysidro entre las 3 a.m. y las 6 a.m.
Los cierres hicieron que los vendedores en ambos lados de la frontera se preocuparan por el impacto que podría tener en la economía durante el ajetreado periodo de compras navideñas.
Germán Vicente, un vendedor de helados que trabaja en el lado mexicano del cruce fronterizo de San Ysidro, gana la mitad de sus ingresos anuales entre noviembre y diciembre. Es por eso que el pasado cierre temporal lo sacudió.
“Estaría acabado si cierran la frontera”, explicó Vicente, de 38 años. “No habría ningún trabajo aquí. Así es como me mantengo”.
Vicente es solo uno de los cientos de vendedores ambulantes que dependen de las decenas de miles de autos que cruzan a través del puerto de entrada todos los días. Venden helados, chicles, camisetas de futbol, peluches, mantas y otras mercancías a los automovilistas que esperan en fila para cruzar la frontera.
En un buen día, los vendedores suben y bajan por los carriles de vehículos tratando de seguir el ritmo de los autos que ordenaron algo, pero avanzaron por la línea.
Cuando la fila avanza rápidamente, la gente está feliz y tiende a gastar más dinero. Cuando la línea es lenta, la gente está de mal humor y sube las ventanas, comentó Vicente.
Ese lunes 19 de noviembre, la gente estaba enojada.
Lo que normalmente es una espera de una hora para cruzar la frontera el lunes por la mañana, se transformó en una espera de tres horas después de que los funcionarios de CBP cerraron temporalmente todos los carriles para vehículos. Diez carriles permanecieron cerrados durante todo el día.
La demora de ese día significó que Estella Hernández, de 56 años, llegara tarde a su trabajo en una joyería de Chula Vista.
“Nunca llego tarde”, dijo mientras esperaba en el tráfico que paraba y avanzaba. “Podría perder mi trabajo”.
Hernández tenía que trabajar de la 1 p.m. a las 10 a.m. A las 2:30 p.m. todavía estaba en México.
Los cierres de carriles tienen importantes consecuencias económicas en ambos lados de la frontera, expresó Jason Wells, CEO de la Cámara de Comercio de San Ysidro.
Al igual que los vendedores ambulantes en el lado mexicano de la frontera, los centros comerciales en el lado estadounidense ganan la mayor parte de su dinero durante la época navideña.
“Lo que las tiendas hacen en un año, también lo hacen entre noviembre y enero”, dijo Wells. “Y el 95 por ciento de sus clientes vienen de México”.
Wells dijo que apoya la misión de CBP de asegurar la frontera, pero considera que la agencia federal podría hacer un mejor trabajo para equilibrar la seguridad nacional con los intereses económicos.
El cierre temporal lo sacudió.
“El hecho de que mantengan 10 carriles cerrados durante esta prueba no es algo que apoyemos o consideremos necesario”, señaló.
Wells agregó que la incertidumbre afecta a las tiendas tanto como la realidad. Si los clientes potenciales en México están preocupados por posibles cierres o largos tiempos de espera, no cruzarán la frontera para comprar.
Durante una marcha anticaravana en Tijuana el 18 de noviembre, varios manifestantes mencionaron los posibles cierres de fronteras como la principal razón por la que se oponían a que los inmigrantes estén en la ciudad.
“Estoy asustada y preocupada”, dijo la residente de Tijuana Alejandra García, de 52 años. “¿Qué pasará con Tijuana si cierran la frontera como Trump amenazó?”
CBP recomendó que las personas que viajan a Estados Unidos deben anticipar un posible aumento en los tiempos de espera debido a los cierres de carriles. La dependencia no informó cuánto durarán los cierres.
Tampoco se sabe cuánto tiempo permanecerán los migrantes en Tijuana y cuántos planean solicitar asilo en Estados Unidos.
El lunes 19 de noviembre, la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana anunció que arrestó a 34 miembros de las caravanas por varios cargos, entre ellos posesión de drogas, consumo de alcohol y conducta desordenada.
Mientras tanto, los proveedores en ambos lados de la frontera siguen preocupados.
“Solo sigo pensando en lo que haría si cierran la frontera”, dijo Mauricio Peñaloza, otro vendedor de San Ysidro. “Tendría que gastar lo poco que he ahorrado, encontrar un nuevo trabajo o dejar Tijuana por completo”.
Solís escribe para el U-T.
