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Queda en pausa el proyecto en Parque Balboa porque saldría muy caro

Plaza de Panama project leaders have ceased activity on the plan to remove cars from Balboa Park.
(K.C. Alfred / San Diego Union-Tribune)
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SAN DIEGO UNION-TRIBUNE

Con los esfuerzos de recaudación de fondos oficialmente suspendidos, el disputado esfuerzo de la ciudad de San Diego para reemplazar las calles del parque Balboa con una plaza para peatones dejó de ser una opción.

El proyecto de la Plaza de Panamá, como se le llama, buscaba desviar el tráfico de automóviles desde el puente Cabrillo y crear un estacionamiento subterráneo con una azotea ajardinada. Pero los líderes del proyecto en las últimas semanas decidieron detener todo el progreso después de que millones en costos de construcción lo hicieron financieramente insostenible.

Un comité sin fines de lucro, presidido por el líder del proyecto y cofundador de Qualcomm, Irwin Jacobs, votó el 30 de enero para detener los esfuerzos de recaudación de fondos y rescindir los contratos existentes, dijo Jim Kidrick, presidente del comité de la Plaza de Panamá. La decisión fue luego comunicada al alcalde Kevin Faulconer, quien el martes dijo aceptar la conclusión del grupo y también prometió destinar dinero en reparaciones del parque.

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“El éxito del proyecto Plaza de Panamá siempre ha dependido de las generosas donaciones de la comunidad filantrópica, y dada la significativa escalada en costos de construcción debido a demoras legales, respeto la decisión del comité de no avanzar en este momento”, dijo Faulconer en una declaración compartida a través de Twitter. “La ciudad está totalmente comprometida con el fortalecimiento de la posición de Balboa Park como el corazón cultural de San Diego”.

Inicialmente aprobado por el Ayuntamiento en el 2012 (y aprobado nuevamente con un presupuesto mayor en el 2016), el plan representó un esfuerzo conjunto entre la ciudad y el comité formado por Jacobs, con costos compartidos por ambos. La Plaza de Panamá exigía un área adicional de 6.3 acres de zonas verdes en el Parque Balboa, principalmente retirando autos de las plazas del parque y desviándolos del puente Cabrillo. Mejor dicho, el proyecto dirigía los automóviles a un puente intersección. También tenía previsto un estacionamiento subterráneo ajardinado cerca del Spreckels Organ Pavilion.

Pero el proyecto se enfrentó a una intensa oposición desde el principio. Tanto la organización Save Our Heritage como San Diegans for Open Government intentaron desparecerlo en los tribunales. Sin embargo, después de algunos inicios en falso, la Plaza de Panamá volvió a su desarrollo a fines del año pasado cuando la ciudad comenzó a proyectar la construcción. En enero, tres empresas constructoras presentaron ofertas por encima del presupuesto. Incluso la propuesta más baja tenía un precio de referencia de construcción de 83.5 millones de dólares u 8.5 millones de dólares más que el costo de construcción aprobado por el Ayuntamiento en el 2016. Al incluirse todas las partidas proyectadas del proyecto, las licitaciones oscilaron entre los 101.7 millones de dólares y 117.9 millones de dólares.

“Como todos saben, hemos visto que las propuestas están por encima del monto que esperábamos”, dijo Kidrick, el portavoz del comité. “El proyecto se ha retrasado innecesariamente con el tiempo a través de juicios frívolos. Llegamos a la conclusión de que podríamos necesitar financiar el proyecto en el futuro”.

Kidrick se mostró reacio a calificar el proyecto como muerto, prefiriendo usar la fase “en espera”. Pero el comité señaló ya no estar gastando dinero en la Plaza de Panamá desde el voto del 30 de enero, lo que significa que los esfuerzos activos de recaudación de fondos se detuvieron. Los abogados ya no están bajo honorarios y KCM Group, la firma de administración de la construcción que se había contratado, está fuera del proyecto.

Si llegara a aparecer un benefactor inesperado antes de que caduquen las licitaciones de construcción el 28 de abril, la Plaza de Panamá podría ser resucitada, aunque el Consejo Municipal todavía tendría que aprobar el presupuesto ampliado. Después de la fecha límite de abril, cualquier nueva fuente de fondos aún requeriría que la ciudad solicite licitaciones nuevas.

Van Grove escribe para el U-T.