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No es cualquier paleta, es una Holy Paleta

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San Diego Union-Tribune

Cuando Angélica González les dijo a sus amigos que quería abrir una tienda de paletas en Bonita, pensaron que estaba loca.

“¿Quién va a entrar y comprar una paleta de hielo cuando pueden comprar seis por 5 dólares en una tienda?”, recuerda González que le preguntaban las personas.

González, de 32 años y quien creció en Bonita, tuvo la idea de abrir una tienda de paletas por la nostalgia de su infancia.

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Su familia iba de viaje por carretera al estado mexicano de Michoacán, que es el lugar de origen de las paletas mexicanas. Cada viaje incluía una parada en una paletería local donde González comía paletas hechas con ingredientes frescos.

“Estaban hechas con fruta natural, no como las que hacen ahora”, expresó González. “Las que hacen ahora simplemente son sabores artificiales y todos estos ingredientes chatarra”.

González quería recrear esa experiencia abriendo Holy Paleta en 4230 Bonita Road.

Pero antes de continuar con su idea, González necesitaba capacitarse.

Había pasado casi toda su vida en la industria restaurantera, comenzando por trabajar en la caja del restaurante de sus padres cuando tenía 11 años. Ella y su esposo, Luis González, son propietarios de tres restaurantes mexicanos, dos en el condado de Orange y uno en Linda Vista, pero ninguno de ellos sabía nada acerca de hacer paletas.

Fue así que decidió ir a la escuela. González se entrenó con fabricantes de paletas tradicionales en la Ciudad de México y Guadalajara, antes de intentar con sus propias recetas en Bonita.

Holy Paleta tiene una mezcla de sabores tradicionales mexicanos, como el aguacate y el mango, pero también diferentes sabores como pay de limón, kiwi y fresa y las populares cookies and cream. Las paletas tienen un costo que empieza en los 3.50 dólares y pueden valer más de cuatro dólares con complementos como chispas de chocolate y pistacho espolvoreado encima.

Cuando la tienda abrió la última semana de julio, no les fue posible atender toda la demanda.

“El sábado por la noche, nos vimos obligados a cerrar”, dijo González. “Hacemos 84 cada 30 minutos y estábamos vendiendo más de lo que estábamos produciendo”.

Para las 8 de la noche de ese sábado, los congeladores estaban casi vacíos. La gente siguió comprando una paleta para comer y tres más para llevar. Tan solo una persona pidió 18 para llevar, agregó González.

Holy Paleta cerró la madrugada del sábado y no abrió ese domingo.

Parte del éxito inicial de la tienda se debió a las redes sociales. Sus paletas están hechas para la era de Instagram y Snapchat.

Los clientes casi instintivamente toman fotos de sus paletas antes de darle una mordida.

Durante una reciente tarde ajetreada, el teléfono de una mujer se apagó justo cuando ella tomaba una foto. Se volvió hacia su esposo y le dijo: “Dame tu teléfono, quiero esta foto”.

“¿Hablas en serio?”, preguntó su marido antes de entregar su teléfono.

Holy Paleta se hizo de más de mil seguidores en Instagram durante su primera semana.

Los sabores más populares hasta ahora son cookies and cream para niños y chamango para los adultos. Chamango es una paleta de mango con relleno de chamoy y espolvoreada con tajín por fuera. El chamoy y el tajín son dulces salsas picantes que se usan en diferentes dulces mexicanos.

González espera agregar nuevos sabores en el futuro cercano, incluido el té tailandés y una línea de paletas bajas en azúcar y altas en proteínas para personas con dietas.

Algunos de sus clientes habituales son las mismas personas que le dijeron que una tienda de paletas no funcionaría en Bonita. Ahora le están pidiendo que abra una segunda ubicación para que puedan invertir en el negocio.

“Estamos muy emocionados, y estamos felices de que a todos les guste”, concluyó González.

Solís escribe para el U-T.

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