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Los uniformes de la Patrulla Fronteriza también pueden ser obras de arte

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Tejidas con historias de migración, las obras de la artista Margarita Cabrera parecen a primera vista plantas del desierto, como saguaros y cactus, pero se trata de uniformes reciclados de la Patrulla Fronteriza que fueron bordados por inmigrantes.

“Para mí la exhibición es una gran oportunidad para que la comunidad latina se dé a conocer a través de la cultura y el arte, es una plataforma fantástica para poder transmitir ideas importantes y transformadoras en los temas migratorios y políticos”, declaró Cabrera a Efe.

Mencionó que 32 personas participaron en el proyecto al que tituló Nepantla, un palabra náhuatl que es usada regularmente en la antropología chicana y representa lo intermedio, de donde nace el nombre de su exposición “Space in Between”.

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Cabrera, nacida en Monterrey, Nuevo León (México). y maestra de artes en la Universidad Estatal de Arizona (ASU), inició con el proyecto de arte migratorio en el 2010 y actualmente se exhibe en el Jardín Botánico del Desierto en Phoenix (Arizona).

“Llevamos buenos años trabajando en él, los uniformes de los agentes de la Border Patrol (Patrulla Fronteriza) los conseguimos en los tianguis, mercados sobre ruedas, también los compramos en los lugares donde se venden esos tipos de uniformes y que acostumbran reciclar los agentes”, detalló.

Explicó que el proyecto estuvo estructurado en tres partes, la introducción al dialogo, la temática y los conceptos, luego la creación de la obra y, por último, la exposición.

“Es una trabajo muy importante a nivel político, cultural y espiritual, ya que los inmigrantes deben de tener la oportunidad de participar en los diálogos que existen en los museos y centros culturales y poder expresar nuestras experiencias que han sido transformadores”, señaló.

Indicó que las obras están bordadas con motivos que constituyen nuevas narrativas sobre el concepto de la frontera y la inmigración. “Se trata de hacer un pequeño cambio de la historia”, dice.

En el espacio de la galería se observan las piezas de arte con forma de sahuaros, cactus, nopales, pitayas o sábilas, entre otras plantas desérticas. Los bordados de colores conforman la narrativa del proyecto.

En una de las obras se aprecia un corazón donde aparece la bandera mexicana y estadounidense, una mano en la línea fronteriza simboliza la conexión con la familia.

La imagen de la Virgen de Guadalupe, el sol, el desierto, la fauna, el tren conocido por los indocumentados como “La Bestia” y el muro fronterizo aparecen también como motivos, entre otras historias que son parte de la comunidad de inmigrantes que busca alcanzar el denominado “sueño americano”.

“A través de los diálogos iniciales se le invitó a la comunidad a participar, se acercaron diferentes personas, casi todas tienen historias de inmigración, muchas son personales, otras por extensión de alguien más, pero todas entrelazadas por la inmigración”, dijo.

Julio Morales, curador del Museo de Arte de ASU, explicó que el trabajo de Cabrera proyecta una imagen única de las historias migratorias de América Latina a Estados Unidos, que no siempre son retratadas en los medios populares.

El proyecto, que comenzó en Houston (Texas), ahora se expone en mayor dimensión en Phoenix y tiene planes de recorrer el país y terminar en Washington, D.C., mientras recolecta piezas a lo largo del camino.

Además de esta exposición, Cabrera cuenta con una variedad de proyectos a lo largo de la franja fronteriza, siempre involucrada en el sentir del hispano, y profundiza en los temas migratorios y en otros también sensibles como los feminicidios en Ciudad Juárez (México).

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