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La ablación genital mutila a niñas en Uganda

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Todo el mundo ha oído hablar de la ablación genital femenina. Pero solo algunos conocen a alguna niña o mujer que ha sido sometida a ella. Es un acto atroz: hemorragias imparables, dolor, hijas muertas, infecciones, gritos desesperados que no obtienen respuesta

La ablación genital femenina afecta a la salud de las niñas, violando su dignidad y su derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Una clara violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas.

En ciertos países africanos como Uganda y Nigeria, la mutilación ha sido prohibida por ley, pero al tratarse de una costumbre fuertemente arraigada a la sociedad, se practica en la clandestinidad. Su erradicación queda aún bastante lejos.

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Lukia Nakigudde, una joven vendedora de plátanos de 24 años, me contó su historia. Al empezar a hablar sus ojos se humedecieron, al terminar los míos también…

¨Solo tenía 11 años. Mi madre me pidió que saliera de casa. Afuera había dos mujeres mayores esperándome. Me pidieron que me tumbara en el suelo. Lo hice. No sabía lo que iba a pasar, era tan solo una niña. Una de las mujeres me abrió las piernas, mientras mi madre y la otra mujer me sujetaban. Con un cuchillo me cortó todo: labios y clítoris. Lloré y sangré. Dolor, mucho dolor…¨.

Solo de escucharla me entró un malestar general. Qué horror, qué dolor…

Lukia continuó: ¨Entre nuestra gente no se cree que el clítoris sea un órgano. Es solo algo que está ahí y debe desaparecer porque la mujer ha de someterse al hombre, sin experimentar placer. Él es quien debe tenerlo. Es una más de las marcas dolorosas del cuerpo de las mujeres”.

Según me han contado: ¨la ablación se hace para que las niñas sean puras, limpias. Sin pasar por eso, ni siquiera pueden servir comida o bebida¨.

Las causas de este rito son oscuras. Ninguna de las explicaciones habituales tiene base científica, ni como se cree, tampoco una base religiosa. La mutilación genital femenina es un claro ejemplo de violencia de género en el que la mujer pierde por completo su identidad.

Ahora Lukia, es madre de tres hijos pero se ha negado a practicar con sus hijas esta horrenda tradición: ¨La educación es muy importante para defender tu vida y tus derechos. Quiero informar a mis vecinos que ninguna religión dice que haya que hacer eso. Si Dios no quiere que tengamos clítoris ¿Por qué nos lo dio?

Esta tradición también se lleva a cabo entre inmigrantes africanas en España, quienes son sometidas a este ritual durante las vacaciones en sus países. A veces también se hace por curanderas residentes en Europa.

Actualmente hay 140 millones de mujeres y niñas víctimas de la mutilación genital. Quiero agradecer el esfuerzo realizado por asociaciones, agencias de la ONU, leyes, imanes y a antiguas mutiladoras quienes han declarado la guerra a esta lacra.

Este artículo es dedicado a Bogaletch Gebre, quien desde 1997 lucha para acabar con esta barbaridad.

@Pcamdom #SoñadorasdeSueños

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