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La sombra del amiguismo se cierne sobre el Gobierno de López Obrador

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EFE

Las acusaciones por supuesto amiguismo en la elección de funcionarios en el Gobierno de México, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se han fortalecido en las últimas horas con los señalamientos contra cargos de distintos organismos públicos.

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se ha visto envuelto en una polémica en los últimos días por el perfil profesional de varios directivos. Entre estos, el subdirector y coordinador de Comunicación e Información Estratégica, David Alexir Ledesma, que no había concluido la licenciatura.

O la subdirectora de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), Edith Arrieta, con estudios en diseño de modas.

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Ambos renunciaron al cargo, pero todavía falta por ver qué sucederá con María Chávez, a la que medios locales apuntan por solo tener estudios de secundaria, y en cambio funge como titular de la Secretaría Administrativa del Fondo Sectorial del Conacyt.

“Se está procurando, no solo en el Conacyt, sino en todo el Gobierno, que no haya ninguna anomalía. No se va a tolerar corrupción, influyentismo, amiguismo, nepotismo ni ninguna de estas lacras de la política”, apuntó este jueves López Obrador en su conferencia de prensa matutina.

No obstante, estos casos se suman a otros ya destapados desde que López Obrador asumiera la Presidencia el pasado 1 de diciembre, y en varios escenarios públicos.

Alejandro Gertz fue elegido como el mismísimo titular de la Fiscalía General de la República (FGR), un órgano de nueva creación que sustituye a la antigua Procuraduría General de la República (PGR) a fin de dar completa autonomía al organismo.

Tras ser escogido, varios partidos políticos calificaron a Gertz de fiscal “carnal” (amigo del Gobierno) por su cercanía con el presidente izquierdista.

En justicia también fue criticada la terna enviada por López Obrador al Senado para ocupar un cargo de ministro de la Suprema Corte, y la elección como presidente del máximo tribunal de Arturo Zaldívar también despertó cierta suspicacias por su supuesta afinidad con el presidente.

Ricardo Alvarado, investigador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), explicó a Efe que esta situación se debe a una “política de botín”, que surge cuando al llegar a la administración pública se tiende a “premiar” con cargos a allegados y a quienes ayudaron a la victoria electoral.

Si bien lo habitual es colocar a ministros afines -pues es un cargo muy político-, las críticas surgen cuando puestos que deberían ser más técnicos terminan en manos de gente con un perfil poco claro.

Incluso se ha llegado a reformar la ley para permitir que Paco Ignacio Taibo II, español naturalizado mexicano en 1984, asumiera la dirección del prestigioso Fondo de Cultura Económica (FCE), un asunto que levantó mucha polvareda.

“Aunque luego su labor sea incuestionable. Estamos haciendo leyes para personas y no para perfiles”, apuntó Alvarado.

En el Gobierno de López Obrador ha pasado, ni más ni menos, lo mismo que con anteriores mandatarios, pero el escándalo ha sido mayor por el discurso “moral” del nuevo grupo en el poder, opinó.

“Incurren en lo mismo, pero no porque sean malos, sino porque uno en el poder cambia; porque al creer que tu equipo hace las cosas bien, no ves porqué necesitas candados y contrapesos”, señaló el especialista de la ONG.

Como viene siendo habitual en su estrategia de comunicación, López Obrador se defendió este jueves sacando las garras, y apuntó, en el caso del Conacyt, a una “mafia” existente en el mundo de la ciencia.

“Que se transparente todo. Le tengo mucha confianza a la directora del Conacyt (María Elena Álvarez-Buylla); es una mujer no solo inteligente, es premio Nacional de Ciencias 2017. No solo eso, es una mujer honesta con convicciones. Pero que se ventile este asunto”, concluyó el presidente desde Palacio Nacional.

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