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La ONU-DH condena asesinato de activista Óscar Cazorla en sur de México

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EFE

La Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó este martes el asesinato del activista Óscar Cazorla, defensor de los derechos de la comunidad muxe en el sureño estado de Oaxaca.

“Condenamos este terrible crimen que afecta a toda la comunidad muxe y a todas las defensoras y los defensores de derechos humanos en Oaxaca”, aseguró el representante en México de la ONU-DH, Jan Jarab, en un comunicado de prensa.

Cazorla, de 68 años, fue atacado en su casa y hallado muerto con huellas de violencia el pasado 9 de febrero, según informes recibidos, dijo la ONU-DH al ofrecer sus condolencias y solidaridad para la familia y colegas del activista.

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La ONU-DH destacó que Cazorla tenía una trayectoria reconocida a favor de la comunidad muxe, como se llaman en Juchitán, Oaxaca, a las personas nacidas con sexo genital masculino que asumen roles femeninos en cualquiera de los ámbitos social, sexual y/o personal.

“En los últimos años han ocurrido crímenes de odio y asesinatos de personas defensoras de los derechos de la comunidad LGBTI en diferentes partes del país sin que hayan sido adecuadamente investigados”, condenó el representante de la ONU-DH.

Cazorla es el quinto defensor de los derechos humanos que ha sido asesinado en lo que va de 2019; en 2018 se registraron 13 homicidios de activistas y dos desapariciones, agregó la oficina de la ONU-DH.

Durante el mes de enero de 2019 fueron asesinados los activistas Sinar Corzo, José Santiago Gómez Álvarez y Noé Jiménez Pablo, los tres en el suroriental estado de Chiapas, y Bernardino García Hernández en el sureño estado de Oaxaca.

Cazorla fue uno de los primeros promotores de la emblemática vela de “Las Auténticas intrépidas buscadoras del peligro”, una versión muxe de la velas istmeñas, una fiesta de las más arraigadas que se celebra en Oaxaca.

“Las Auténticas intrépidas buscadoras del peligro” celebran esta fiesta, que tiene raíces prehispánicas, desde hace más de 40 años en Juchitán, reivindicando el papel del muxe en esta zona de México.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) de México le solicitó a su vez a la Fiscalía de Oaxaca que en el caso de Cazorla se respeten los derechos humanos y se evite tratar, de entrada, el caso como si fuese un homicidio o un crimen pasional.

El organismo le pidió a la Fiscalía que las diligencias del caso se lleven a cabo “bajo una perspectiva que no desestime la presunta existencia de un crimen de odio en relación a la identidad de género de la víctima”.

Nada más conocerse el asesinato de Cazorla, la Coalición Mexicana LGBTTTI+ condenó el asesinato y exigió a los autoridades que esclarezcan el homicidio.

“Lamentamos que los asesinatos de compañeras y compañeros en todo el país no cesan, y se mantienen en la impunidad”, agregó la organización.

El Istmo de Tehuantepec, donde se ubica Juchitán, es conocido por ser tierra de muxes.

En la cultura zapoteca, las muxes son una dualidad, personas nacidas como varones que adquieren un aspecto de mujer y asumen roles tanto femeninos como masculinos, siguiendo una tradición ancestral.

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