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Farmacéutico niega medicina a mujer tras aborto espontáneo por motivos éticos

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EFE

Un farmacéutico de la cadena Walgreens en Arizona negó, por convicciones morales, un medicamento recetado a una mujer que sufrió un aborto espontáneo y que ahora estudia entablar una demanda.

Nicole Arteaga, residente en Peoria (Arizona), explicó a Efe que recibió la pasada semana que la noticia de que el desarrollo del bebé que esperaba se había detenido y los latidos del corazón habían cesado, por lo que su embarazo terminaría con un aborto espontáneo, situación a la que la madre ya se ha enfrentado anteriormente.

Luego de recibir la mala noticia, fue a la farmacia el jueves para recoger los medicamentos recetados por su médico para inducir el aborto con medicamentos, pero el farmacéutico rechazó la receta, pese a las explicaciones de su caso médico.

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La hispana indicó que intentó explicar al farmacéutico que se trataba de un aborto espontáneo y que ella deseaba que el embarazo siguiese su curso, pero el hombre se mantuvo firme en rechazar el medicamento por cuestiones “éticas”.

Tras el suceso, Arteaga presentó una queja ante la Junta de Farmacias del Estado de Arizona, que señaló que investigará lo sucedido.

“Entiendo que todos tenemos nuestras creencias y puedo respetar eso, pero no estoy de acuerdo cuando nuestras creencias personales están forzando a otros, o si estás en una posición donde tus creencias pueden afectar la salud o el bienestar de otra persona”, dijo la mujer.

A través de una declaración de uno de sus portavoces, Walgreens explicó que pidieron disculpas a la paciente por cómo se había tratado el tema, aunque indicó que la política de la empresa es que un farmacéutico puede rechazar dar un medicamento por convicción moral, aunque debe referir a otro empleado para que sí lo haga.

Arteaga, cuyo caso se ha viralizado en las redes sociales, señaló que debe haber una forma de abordar la situación con “cierta inteligencia emocional”.

“Quiero asegurarme de que ninguna mujer en mi situación esté sometida a la impotencia y el estrés emocional que soporté durante mi experiencia”, aseguró.

El farmacéutico argumentó que tenía una objeción moral que le impedía entregar el medicamento bajo la ley estatal ARS 36-2154, que protege las objeciones por escrito de los empleados de salud de acuerdo a sus creencias.

Arteaga mencionó que a raíz de que hizo pública su denuncia, ha recibido cientos de comentarios de mujeres que han pasado por situaciones similares cuando requieren que la ley les asista.

“Lo que experimentamos es algo que nunca deberíamos haber vivido, entiendo por qué muchas eligen permanecer en silencio, compartir algo tan personal para el mundo no es algo fácil de hacer, muchas mujeres se acercaron a mí para compartir su experiencia y darme las gracias por ser una voz”, indicó.

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