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Comenzó juicio por asesinato de dos policías contra hispano en Sacramento

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El juicio contra un hispano acusado de dar muerte en 2014 a dos oficiales de la policía comenzó hoy en la Corte Superior de Sacramento, California.

Luis Bracamontes, un mexicano indocumentado deportado varias veces y su esposa, Janelle Monroy, están acusados del asesinato de los alguaciles Danny Oliver, de Sacramento, y Michael Davis Jr., del condado de Placer, ocurrido el 24 de octubre de 2014.

No había transcurrido la primera media hora de la presentación de apertura por el fiscal Rod Norgaard, cuando Bracamontes, que se ha caracterizado mal comportamiento en sus apariciones previas ante la corte, hizo un comentario ofensivo.

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“Cobarde”, dijo el acusado cuando el fiscal relataba cómo el oficial Scott Brown buscaba defenderse de las balas luego de ver caer a su compañero Oliver en el estacionamiento de un motel a donde los hispanos habían llegado provenientes de Utah.

Ante el comentario, el juez Steve White ordenó guardar silencio a Bracamontes, quien sonreía mientras la fiscalía exponía el ataque no provocado contra los agentes cuando Oliver solicitó identificación a Monroy.

A pesar de las advertencias, mientras la fiscalía continuaba con la descripción de los hechos, Bracamontes interrumpió repetidamente con frases como “los hubiera matado a todos” y “no hay necesidad de un maldito juicio”.

A los acusados se les asignan dos grupos de jurados diferentes y en la sesión de hoy solamente estaba presente el que decidirá sobre la acusación contra Bracamontes.

En audiencias anteriores, los defensores Jeffrey Barbour y Norm Dawson trataron infructuosamente de que al hispano se le declarara “mentalmente incompetente” y también fallaron en su petición de que el juicio se realizara fuera de Sacramento, debido a la gran publicidad que recibiría el caso.

Luego de dispararle a la cabeza a Oliver, Bracamontes y su mujer se dieron a la fuga, robaron varios automóviles y dispararon contra varias personas.

Al finalizar el día, cerca de la ciudad de Auburn, el mexicano dio muerte a Davis e hirió a otro alguacil antes de ser capturado.

De ser hallado culpable, Bracamontes, de 37 años, puede enfrentar la pena de muerte, mientras que su esposa, de 41 años, nacida en Phoenix, Arizona, podría ser condenada cadena perpetua sin libertad condicional.

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