Anuncio

Incipiente comercio electrónico en Latinoamérica complementa la tienda física

Share
EFE

Las grandes cadenas de comercio minorista de EE.UU. vienen sufriendo desde hace varios años el impacto del comercio electrónico, un sector que está aún en pleno desarrollo en Latinoamérica, donde en vez de afectar negativamente está complementando la tienda física tradicional.

“En Latinoamérica estamos viendo cómo el creciente concepto ‘en línea’ se está trasladando a la tienda física, transformando poco a poco el sector del comercio minorista con nuevas maneras para atraer y conquistar al público”, explicó en una entrevista con Efe Lisandro Zapararte, consejero delegado de Marco Marketing, una compañía de mercadotecnia presente en siete países de la región.

Para Zapararte, es importante saber integrar el uso de tecnología en productos en el punto de venta, encontrar un equilibrio entre las tiendas físicas y digitales, y crear comunidad entre los clientes, es decir, generar una experiencia proveyendo actividades de interés y valor en los propios establecimientos.

Anuncio

Estas prácticas son las que poco a poco se van implementando dentro del comercio minorista en Latinoamérica, una región dónde el 66 % de la población ya usa Internet, según datos del grupo de análisis Internet World Stats.

Por otro lado, las electrónicas representan cerca del 3 % del total de ventas del sector minorista, aunque las proyecciones del centro Americas Market Intelligence apuntan a que alcanzarán el 20 % en los próximos años.

Lejos de temer por la eliminación de puestos de trabajo, Zapararte indicó que los avances tecnológicos “no necesariamente restan empleos, sino que los transforma”.

“La cuestión radica en la capacidad que tenemos las instituciones privadas y públicas para fomentar y crear el ambiente necesario para que esos espacios de nuevos empleos se generen”, señaló el experto.

En estos casos, la teoría siempre es más fácil que la práctica. En EE.UU., la mundialmente conocida cadena de juguetes Toys “R” Us cerró en enero 180 establecimientos en todo el país, en un esfuerzo por salir de la bancarrota; y, por otro lado, la cadena Macy’s anunció un plan de reestructuración para hacer frente a la caída en picado de las ventas, atribuida al aumento del comercio electrónico.

En este sentido, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha cargado en reiteradas ocasiones contra el gigante del comercio electrónico Amazon, al que ha responsabilizado del cierre de “muchos miles” de negocios minoristas.

“A diferencia de otros, pagan poco o ningún impuesto a los gobiernos estatales y locales, usan nuestro sistema postal como repartidor (lo que causa una tremenda pérdida para EE.UU.) y están dejando fuera del negocio a muchos miles de minoristas”, dijo Trump en su cuenta oficial de Twitter en marzo.

En Latinoamérica, sin embargo, la coyuntura se presenta diferente por un cúmulo de circunstancias, incluyendo la atomización del PIB en varios países de la región, la desconfianza en las compras en línea, los obstáculos en las vías de comunicación y el carácter latino, generalmente más sociable que el de sus vecinos del norte del continente.

“En muchos países de Latinoamérica ha habido expansiones de centros comerciales en los últimos años, principalmente en ciudades que no son capitales o que antes no eran tan importantes: la atomización del PIB en las diferentes urbes está incrementando esta tendencia”, relató Zapararte.

Por otro lado, para subsanar el recelo del usuario latino en las compras en línea, se han creado numerosas compañías que certifican la autenticidad de los proveedores de tarjetas de crédito o débito que ofrecen sus servicios de pago a través de la web.

En cualquier caso, el negocio minorista tradicional en Sudamérica sigue trazando su adaptación al creciente comercio a través de Internet para que, en vez de perjudicar, su impacto sea complementar las tiendas físicas como lo ha estado haciendo hasta ahora.

Anuncio