Anuncio

Exagente fronterizo lamenta en un libro la “deshumanización” de los migrantes

Share
EFE

El exagente de la Patrulla Fronteriza Francisco Cantú lamenta en el libro “The Line Becomes a River” la “deshumanización” de los inmigrantes indocumentados y la “normalización” de la muerte en la frontera.

Fascinado con las 1.954 millas en las que se separan Estados Unidos y México este nieto de migrante mexicano con una licenciatura en relaciones internacionales ingresó hace diez años en la Patrulla Fronteriza determinado en dejar de leer libros y aprender realmente lo que sucedía en la frontera, y lo que vio le espantó.

Su libro, cuya versión en inglés salió a la venta a principios de este mes y será publicado en español esta primavera, relata los cuatro años (2008-2012) que trabajó con la Patrulla Fronteriza en Texas, Nuevo México y el desierto de Arizona.

Anuncio

“Cuando entré a la Patrulla Fronteriza pensaba que podría ayudar, ser un agente humanitario. Entrené para dar primeros auxilios, quería salvar la vida a personas, curar sus heridas, hidratarlos, pero en realidad era muy difícil sentirme bien conmigo mismo porque sabía que lo que hacía era llevarles a una celda para que lo regresaran al país del que escaparon, incluso temiendo por su vida”, explica en entrevista con Efe.

Por ello, condenó las recientes imágenes dadas a conocer por el grupo No Más Muertes en las que se ve a oficiales fronterizos tirando y pateando galones de agua que dejan los voluntarios en el desierto para salvar la vida de los migrantes, pues su visión de este trabajo tiene una indudable vinculación con la ayuda humanitaria.

Uno de los casos que más recuerda de esa desconexión, de la deshumanización a la que se somete a los indocumentados, es el de dos niñas pequeñas que viajaban solas y fueron llevadas a uno de los puntos de revisión de la Patrulla Fronteriza, a donde Cantú fue convocado como traductor.

“Recuerdo su mirada de confusión y de temor al ser entrevistadas por todos esos agentes fronterizos”, lamenta el hispano, que recuerda que, a pesar de que uno de los uniformados les dio unos dulces, ellas, aterradas, ni los miraron. “Es en una situación como esta que te cuestionas si realmente estás haciendo algo bueno”.

Otra experiencia que jamás olvidará como agente de la “migra” y que habla de esa deshumanización que afecta a la agencia federal fue cuando, un año después de entrar en la agencia cuando tenía 23 años, por primera vez encontró el cadáver de un inmigrante indocumentado.

A este traumático suceso se sumó el hecho de que junto al inmigrante viajaban un sobrino de 19 años y un amigo, que no entendían que los agentes no se llevaran el cadáver, obligados a seguir un protocolo, pues en México hay “gente que desaparece y nunca encuentran su cuerpo”.

En su libro, Cantú propone corregir las políticas establecidas que han aumentado la militarización de la frontera, lo que ha obligado a los indocumentados a utilizar zonas cada vez más apartadas del desierto para intentar entrar al país, lo que incrementa notablemente el riesgo de muerte.

De acuerdo a cifras de la Patrulla Fronteriza, en el año fiscal 2008, cuando Cantú ingreso a la agencia federal, se registraron 385 fallecimientos de inmigrantes indocumentados en la frontera con México. En 2012, cuando renunció, se reportaron 471 fallecimientos.

En el año fiscal 2016 se registraron 329 muertes, mientras que en el de 2017 la cifra fue de 294.

“Estamos frente a una verdadera crisis humanitaria, creo que no hablamos lo suficiente sobre los cientos de personas que mueren todos los años en la frontera”, enfatiza.

Por ello rechaza el plan del presidente Donald Trump de construir un muro fronterizo, pues recuerda los cientos de millas de muro existentes no han frenado el flujo migratorio o el cruce de drogas, pues “no importa qué tipo de barrera coloques, la gente va a intentar formas de pasarlo, por arriba o por abajo”.

Como agente fronterizo, dice, sabes que debes aceptar la realidad del trabajo, aunque reconoce que éste comenzó a afectar su vida personal y comenzó a sufrir de constantes pesadillas y a tener problemas dentales debido a que rechinaba los dientes por el estrés.

“Un día vi una película sobre un hombre que no podía distinguir sobre sus sueños y la realidad y recuerdo que tuve que detener mi auto, salir del camino y comencé a llorar. Fue cuando dije ‘Es suficiente’”, recuerda sobre los motivos que le llevaron a dejar la agencia federal.

Anuncio