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Detienen en México a último implicado en muerte agente de Patrulla Fronteriza

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El último de los siete implicados en el asesinato del agente de Patrulla Fronteriza Brian Terry fue detenido este fin de semana en México, informó hoy la fiscalía federal del distrito sur de California.

Jesús Rosario Favela Astorga, quien se espera sea extraditado a Estados Unidos muy pronto, es acusado de homicidio en primer grado en una corte de Tucson, Arizona, por su participación en el asesinato del agente fronterizo en diciembre de 2010.

El proceso judicial por el homicidio se sigue en una corte de Tucson, aunque es procesado por fiscales del distrito sur de California, dado que el distrito de Arizona recusó del caso.

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Terry fue abatido el 14 de diciembre de 2010 en un tiroteo entre agentes federales e integrantes de una organización criminal dedicada a robar tanto a traficantes de droga como a inmigrantes indocumentados en la franja fronteriza.

“El arresto de Favela Astorga es el resultado del compromiso inquebrantable entre los Estados Unidos y nuestros socios en México para llevar ante la justicia a los responsables del asesinato del agente Brian Terry, quien hizo el último sacrificio mientras servía al país”, dijo en un comunicado la fiscal interina del distrito sur de California, Alana Robinson.

Del grupo de los siete involucrados, Manuel Osorio Arellanes, Rosario Rafael Burboa y Rito Osorio Arellanes ya se han declarado culpables por homicidio y otros cargos.

En 2015, un jurado encontró culpables también a Jesús Leonel Sánchez e Iván Soto Barraza, quienes esperan sentencia, mientras que Heraclio Osorio Arellanes, fue detenido en abril de este año por autoridades mexicanas y se espera su extradición a Estados Unidos.

“Nos complace que cada uno de los siete acusados que enfrentan cargos por participar en la muerte del agente Terry enfrentará las consecuencias de sus actos”, indicó la fiscal.

El asesinato del agente fronterizo expuso la fallida operación “Rápido y Furioso”, bajo la cual autoridades estadounidenses permitieron entre 2009 y 2010 que traficantes adquirieran armas de fuego en tiendas de Phoenix, Arizona, con la intención de rastrearlas una vez que ingresaran a México.

El Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) perdió rastro de cientos de esas armas, y dos de ellas, fueron halladas en el sitio en que fue asesinado el agente fronterizo.

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