Dicen que les preocupan, pero sólo les dan migajas de lo que necesitan

Durante la visita del dirigente capitalino Cuauhtémoc Cárdenas a Los Ángeles tuve la oportunidad de entrevistarlo sobre los dreamers. Su rostro inmutable daba la impresión de un luchador un poco cansado, de mil batallas, después de todo, ya es un icono nacional por lo que ha hecho por la democracia en México; además de ser el hijo del legendario Lázaro Cárdenas, posiblemente uno de los mejores presidentes que haya tenido el país el siglo pasado.

Luego de reuniones donde firmaron acuerdos que se dice ayudarán a la Ciudad de México, Chicago y Los Ángeles, se reunió con los dreamers. Fue ahí donde Humberto Lozano Avilés, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México y miembro de su comitiva, declaró que ellos han ayudado a encontrar trabajo a 96 de los jóvenes deportados a México.

Esta declaración inmediatamente viajó hasta Ciudad de México y ‘Los Otros Soñadores’ como se llama a los jóvenes que crecieron en Estados Unidos, pero que fueron deportados, inmediatamente dijeron que a ellos no se les ha ayudado y que nunca, los funcionarios han hecho una conferencia de prensa con ellos para enfocarse en sus problemas.

Inmediatamente pedimos a Lozano Avilés que nos mandara una lista de los estudiantes a los que se supone ellos han conseguido empleo, le hablamos por teléfono y unos correos electrónicos, pero al final nos pidió que habláramos con la oficina de Cárdenas, quien nos pidió que le preguntáramos a Avilés sobre los supuestos empleos. Hasta hoy, una semana después, seguimos esperando la lista.

En este caso no podemos hacer responsable a Cárdenas de las declaraciones de otro, pero creemos que la declaración simplemente fue la punta del iceberg que permitió ver el pobre trabajo que se está realizando con los jóvenes deportados. Ojalá la situación cambie y no simplemente las autoridades se paren el cuello a costillas de uno de los grupos que más necesita apoyo.

Se estima que a México en los últimos cinco años se han deportado por lo menos un medio millón de jóvenes, llamados Los Otros Soñadores al sur de la frontera.