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Helicópteros vigilan la frontera entre México y EE.UU.

Un piloto de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo sobrevuela con su helicóptero el río Bravo tratando de detectar actividades ilegales en la frontera entre México y Estados Unidos cerca del puente Anzaldúa, en Mission, Texas. El valle del río Bravo es hoy el tramo de la frontera por donde hay más cruces ilegales.

Un piloto de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo sobrevuela con su helicóptero el río Bravo tratando de detectar actividades ilegales en la frontera entre México y Estados Unidos cerca del puente Anzaldúa, en Mission, Texas. El valle del río Bravo es hoy el tramo de la frontera por donde hay más cruces ilegales.

(Delcia Lopez / AP)
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Desde una altura de 200 metros (casi 700 pies), el río Bravo se ve como una arteria, que se contornea a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos.

Cientos de senderos de tierra y de pequeños canales parecen venas que conectan el río con las haciendas y los caminos de la región que desembocan en carretas y ciudades del valle del río Bravo.

“Los contrabandistas saben cómo usar estos senderos y cómo aprovechar el terreno”, expresó Rod Kils, vocero de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. “En algunos lugares saltan un cerco y pueden llegar a una carretera en cuestión de minutos”.

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El diario The Monitor (https://bit.ly/1HUb7ni ) informa que la rama de McAllen de la Oficina del Aire y el Agua (OAA) organizaron un viaje de periodistas a lo largo del río el lunes por la mañana en un UH-1H Huey. Se trata de un helicóptero de mediano alcance usado a menudo en misiones de rescate, que ofrece grandes vistas a los agentes de la Patrulla de Fronteras que vigilan casi 500 kilómetros (más de 300 millas) a lo largo del río y detienen personas que cruzan la frontera ilegalmente.

Desde el 2013, el valle ha pasado a ser el sector de la frontera más usado por la gente que intentan ingresar al país sin permiso, superando a Tucson, Arizona, que era el que más cruces registraba desde 1998. En el año fiscal de 2014, más de 256.000 personas fueron detenidas en un sector que abarca desde la boca del río hasta el lago Falcón, según estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

“Colaboramos con la Patrulla de Fronteras entre los puertos de entrada donde el río de contornea. A lo largo del río cambia mucho la vegetación y también la profundidad del río, lo que complica mucho los patrullajes si uno no está en un helicóptero”, dijo William A. Durham, director de operaciones aéreas de McAllen. “Asistimos observando desde arriba”.

En un camino de tierra cerca de Peñitas, a pocos metros del río, los agentes usaron neumáticos atados a su vehículo todo terreno para limpiar las huellas de migrantes que pasaron por allí la noche previa. Las huellas se dirigían a una plantación de caña de azúcar, planta que puede alcanzar tres metros de altura y esconder a toda persona que trate de no ser detectada, indicaron los agentes.

Todos los años surgen nuevos desafíos, incluidos cambios en la naturaleza. Mediante el uso de alta tecnología y de especialistas, el departamento ha pasado a ser un componente clave de la misión de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, de acuerdo con Durham.

“Tenemos una base de aptitudes y conocimientos que no tiene nadie. Las usamos en actividades antiterroristas, para pillar personas que cruzan la frontera ilegalmente y en la intercepción de narcóticos”, agregó.

La oficina de Durham confiscó seis avionetas el año pasado, incluido un Beech King Air E90 que trataba de despegar del aeropuerto internacional de McAllen con siete pasajeros a bordo, que se creía estaban en el país ilegalmente. La OAA contribuyó en la detención de más de 84.000 sospechosos y la confiscación de unas 50 toneladas de marihuana el último año fiscal en toda la nación.

La OAA registró varios cambios recientemente y puso en marcha una nueva iniciativa para educar al público acerca de su misión. También cambió de nombre. “Estamos tratando de aplicar nuestros conocimientos a todas las operaciones, por lo que decidimos llamarnos Operaciones por Aire y Agua. Es algo sutil, pero más apropiado y parte de una iniciativa nacional que busca informar al público quiénes somos y qué hacemos”.

En la zona del río Bravo, el trabajo de la OAA consiste mayormente en apoyar a la Patrulla de Fronteras en sus misiones, no solo en las inmediaciones del río sino en toda la región, incluso con rescates de personas en apuros.

“Estos helicópteros han sido una salvación para estos ranchos”, dijo Durham, aludiendo a los Huey, que pueden llevar hasta diez personas y volar dos horas. “Están salvando vidas todos los días”.

Los agentes de la Patrulla de Fronteras calculan que en el año fiscal de 2015 realizaron más de 700 rescates, lo que representa un aumento de más del 80% comparado con el último año fiscal, según cifras de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras.

Cuando Durham fue nombrado director del buró de la OAA de McAllen, en mayo del 2013, tenía solo seis pilotos y 12 helicópteros. En los dos últimos años adquirieron otros dos helicópteros y contrataron otros 10 agentes debido al aumento en el tráfico de personas, señaló Durham.

Actualmente cuentan con 10 AS350, o A-Star’s, que pueden volar a una altura máxima de casi 5.000 metros (16.000 pies) por hasta tres horas y están equipados con sensores infrarrojos y cámaras de video para vigilancia.

“Si nos piden que investiguemos a alguien que va del punto A al punto B, podemos hacerlo”, manifestó.

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