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¿Inducen a la violencia los narco-corridos?

Foto de archivo.

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(DON BARTLETTI / Los Angeles Times)
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¿Y si tocan otro?

Desde temprana hora, acompañando el despertar matutino y a los bañistas que van al mar se escucha en buena parte de la ciudad los acordes de lo que se conoce como narco-corridos. Unos con banda, otros con grupos norteños.

Las conocidas pulmonías, taxis mayormente turísticos en Mazatlán, tienen en el panel de dirección un letrero que muchos igualmente ignoran: Se prohíbe tocar música con volumen alto.

La reproducción de esta música cuenta historias, pero no simples historias domésticas, sino de figuras y hechos relacionados con el narcotráfico. Y es que en Sinaloa, este fenómeno se encuentra incrustado en todas las esferas de la sociedad, de una u otra manera.

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La gente llega en orden y se va de la misma manera, no hay alborotos ni peleas. La Zona Dorada está bien vigilada.

El pedido de una canción en algún bar. Ir escuchando cierto grupo a todo volumen por las calles, no solamente revelan una predilección musical, sino muestran una posición hacia cierto grupo delictivo. Esto puede provocar simpatías de cierta gente… O crearse enemigos instantáneos que pueden provocar enfrentamientos fatales. Una pregunta equivocada, una mirada sospechosa o estar en un lugar erróneo puede escribir el final de una vida, así de fácil.

Domingo 21 de febrero, el grupo Enigma Norteño se presenta en la comunidad de La Cruz, Elota. Un comando armado entra al concierto, se llevan a tres personas al baño. Los ejecutan. En su huída matan a dos más. El semanario Río Doce menciona que pudo haberse tratado de bandas rivales y que quizás, la canción titulada ‘La captura del Mayito Gordo’ tuvo mucho que ver en esto.

El gobernador del estado emite una orden: se prohíben los narco-corridos en lugares públicos, ya que inducen a la violencia. Con esto se busca parar un aumento a la violencia que poco se cuenta en los medios de comunicación. Tan solo en el mes de febrero se contabilizaron 115 muertes relacionadas con hechos violentos, 15 de ellas son mujeres.

En la zona serrana de los municipios de San Ignacio, Concordia y Rosario se libra una batalla entre los cárteles de Sinaloa y los de Beltrán Leyva. El sábado 13 de febrero un comando irrumpió en otro bar y después asesinó a cinco mujeres y ocho hombres.

No hay garantía que el cese de narco-corridos en lugares públicos vaya a reducir la violencia. En Ciudad Juárez, algunos empresarios han elegido pagar multas que ascienden a 100 mil pesos que perder una clientela que les deja ganancias importantes.

Los narcocorridos forman parte de un movimiento musical llamado Alterado, creado y promovido desde Estados Unidos por los gemelos Omar y Adolfo Valenzuela. Ellos niegan que generen la violencia, una de sus estrellas más grandes es el Komander, el cual afirma que “No es una forma de vida, solamente es música y punto… y los periodistas hablan de lo mismo, entonces serían narco-periodistas, ¿o qué sería? Y el dinero que a veces circula por acá sería narco-dinero… ¿o qué?”

Los artistas que forman parte del movimiento no son promovidos en la radio o televisión, pero ellos han demostrado que los medios tradicionales están superados. Su popularidad se ha incrementado a niveles increíbles, solamente por el uso de las redes sociales, en donde uno de sus videos o canciones es reproducido por millones de personas.

En la ciudad de Mazatlán, cuna de la banda sinaloense, ahora reforzada por el género norteño, es un ‘caldo de todos los días’ escuchar esta música en las calles, fiestas particulares y centros de diversión.

En uno de estos bares, ubicado en la Zona Dorada –sitio turístico de la ciudad- cada noche decenas de parejas llenan el sitio y cantan, entre canciones románticas, los narco-corridos de moda: Mi pasado Mi presente, La Vida Ruina, Soy de Rancho, Tengo Ganas, Javier de los Llanos, El Americano y tantos otros. En las mesas, cubetas repletas de cerveza, llenas de hielo. Los más pudientes, optan por el Buchanan’s.

Aquí, se respeta un código no escrito. Nada de molestar a las parejas, nada de ‘clavar’ los ojos en otra persona. Aquí funciona la leyenda, “calladito te ves más bonito”.

La gente llega en orden y se va de la misma manera, no hay alborotos ni peleas. La Zona Dorada está bien vigilada, policías ministeriales, municipales y turísticos la mantienen sitiada, durante los fines de semana o festivos, llegan los de la Marina o del Ejército.

Sin embargo, después de la prohibición de los narco-corridos, el grupo musical se ve orillado a evitar cantarlos y negar las solicitudes que llegan a sus manos. El negocio no quiere pagar las multas o que de plano se lo cierren.

Pero esto nos llena de alegría a los clientes, algunos molestos, otros desencantados ante su afición a la música, los siguen cantando entre canción y canción ante la negativa del grupo. No buscan generar la violencia, es la música que ellos prefieren y con la que muchos han crecido, y ahora no la pueden disfrutar.

“Son mamadas”, comentan entre ellos”, las matazones no se dan por la música, sino por los reacomodos de los cárteles. En eso no tenemos nosotros nada que ver.

El santo de cada día sigue. Cada día se reportan más ejecutados.

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Los sonidos de esta música continuarán, dicen sus seguidores. La violencia seguirá. Es la historia de este estado y del país en general. No se puede tapar el sol con un dedo, ni engañar al mundo entero de lo que se vive a diario.

Con la cercanía de la Semana Santa el gobierno estatal busca blindar a la ciudad, todavía esta por mostrarse si las medidas tomadas –la prohibición de los narco-corridos, el cierre de los bares más temprano y un intenso patrullaje- rendirán frutos. Mientras tanto, la población se cuida más y buscan irse a dormir más temprano, dejando las calles vacías.

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