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El subcomandante Marcos ya no es un perseguido de la justicia en México

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Durante décadas se escondió en lo que llamaba “las montañas del sureste mexicano”. Pero desde ahora, ya no es necesario.

El Consejo de la Judicatura Federal (el órgano que regula a los jueces mexicanos) informó este martes que el subcomandante insurgente Marcos ya no es un prófugo de la justicia.

La razón es que ya prescribieron los delitos por los que fue acusado en 1995: sedición, motín, terrorismo, conspiración, uso de armas exclusivas de las fuerzas armadas y provocación de un ilícito.

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Es decir, transcurrió el tiempo en que legalmente se le podía imputar por estas acusaciones.

Esto significa también que desde ahora ninguna autoridad tiene orden de aprehender a Marcos, portavoz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Sin embargo, la decisión del CJF no cambia el escenario actual del grupo armado.

Marcos, por ejemplo, ya no existe. El 26 de mayo de 2014, el personaje anunció la desaparición de su figura que se transformó en el subcomandante insurgente Galeano.

En este caso la persona que lo representa es la misma. Oficialmente no se conoce su nombre aunque el gobierno mexicano lo identifica como Rafael Sebastián Guillén Vicente.

Las acusaciones contra Marcos y otras 12 personas se presentaron el 9 de febrero de 1995.

Ese día, la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) ofreció una conferencia de prensa para anunciar que había identificado al vocero del EZLN.

Según las autoridades se trataba de un maestro de diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), nacido en Tampico, Tamaulipas, en el noreste de México.

Al mismo tiempo que se anunciaba la identificación del vocero zapatista en Chiapas inició una extensa operación militar para capturarlo.

Marcos contó en algunas cartas que apenas logró escapar. Pero a partir de ese momento se estableció un cerco militar en la zona que controlaba el EZLN.

La persecución se suspendió en marzo de ese año, cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo promulgó la Ley para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas.

La legislación permitió que el EZLN y el gobierno federal establecieran un diálogo en el pueblo de San Andrés Larráinzar, del que un año después surgieron algunos acuerdos.

Pero el Ejército Zapatista dijo que no fueron cumplidos.

De acuerdo con la ley mientras permanecieron las conversaciones se aplicó una amnistía a los líderes del EZLN.

Pero cuando se suspendieron las pláticas se reinició, legalmente, la persecución contra Marcos.

La caravana de 2001
En términos reales, la orden de captura contra el subcomandante nunca fue aplicada, ni siquiera cuando en 2001 Marcos recorrió la mitad del país en una caravana.

Esa vez comandantes del EZLN hablaron incluso en la tribuna de la Cámara de Diputados.

El movimiento pretendía que se incluyeran los acuerdos de San Andrés Larráinzar en la reforma constitucional sobre los derechos de los pueblos indígenas, que por ese entonces se discutía en el Congreso.

Al final, sin embargo, los legisladores no tomaron en cuenta la mayoría de las propuestas del EZLN.

Los zapatistas se retiraron a sus comunidades. Desde ese momento, Marcos limitó sus apariciones públicas, hasta 2014 en que resolvió la desaparición del personaje.

En ese lapso no se conocieron operaciones para cumplir la orden de aprehensión contra el subcomandante.

Sin embargo, el EZLN y organizaciones civiles como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas denunciaron agresiones contra comunidades cercanas a los zapatistas.

El anuncio del CJF sólo ampara a Marcos y otras 12 personas acusadas de los mismos delitos.

No está claro si con eso se extinguen además otros procesos judiciales emprendidos contra el EZLN en Chiapas.

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