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En libertad activista comunitaria Nestora Salgado en México

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Al grito de “soy libre!”, la activista y ciudadana americana, Nestora Salgado salió de una prisión mexicana después de pasar dos años y medio presa, en lo que un grupo de las Naciones Unidas considero que fue una detención ilegal.

A Salgado se le acusa de organizar un grupo de autodefensa en su natal estado de Guerrero. El arresto de Salgado y su prolongado encarcelamiento, es una clara muestra de los peligros que enfrentan los defensores de los derechos humanos en toda América Latina, dijeron los analistas.

Salgado afirma que fue torturada mientras estuvo bajo custodia policial.

Vestida con la camiseta verde del uniforme del grupo que formó, Salgado saludó a sus seguidores que le esperaban fuera de una prisión de la ciudad de México, donde estuvo detenida.

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“Vamos a seguir la lucha “, afirmó Salgado, de 44 años, mientras empuñaba un rifle.

Más tarde, en una conferencia de prensa, Salgado culpó a funcionarios corruptos por su encarcelamiento, y se pronuncio a favor de la libertad de otros presos políticos que siguen presos.

Después de una visita a los Estados Unidos por razones de salud, comentó que tiene previsto continuar su participación en la comunidad “para que nuestros pueblos alcancen la dignidad”.

“Me han obligado a pagar un crimen que no cometí, por defender a mi pueblo, a mi gente humilde”, dijo Salgado. “Yo soy la voz de quienes no tienen voz… pero hay muchos otros presos políticos que no tienen esta oportunidad”.

Un juez ordenó su liberación a comienzos de esta semana, afirmando que los cargos de secuestro, asesinato y robo de armas que habían sido levantados en su contra por parte de las autoridades locales, no tenían fundamento alguno.

Salgado y sus simpatizantes reclamaron al gobierno federal y a los gobiernos locales que han hecho muy poco para combatir la delincuencia, y afirmaron que los grupos de autodefensa solo tratan de ejercer sus derechos ante los abusos del Estado.

En una muestra de solidaridad, decenas de miembros de grupos indígenas que asistieron a la conferencia de prensa, armados con rifles y machetes, exigieron que se permita el funcionamiento de los grupos de autodefensa indígena, que se encuentran aprobados por las leyes de 1995, luego de la matanza de indígenas ocurrida en Acteal, en el estado de Guerrero.

Las actividades de Salgado han provocado una profunda división, incluso entre los defensores de los derechos humanos. Samuel González, un experto jurídico de la Ciudad de México, señaló que una investigación independiente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos comprobó que los miembros de las autodefensas que encabeza Salgado, cometieron actos de tortura, uso de fuerza excesiva, secuestro y hasta trabajos forzados.

Su liberación llega dos semanas después de que la líder de los derechos humanos de Honduras, Berta Cáceres fuera asesinada a tiros por un grupo de desconocidos. Cáceres encabezó las protestas de grupos indígenas contra una represa aprobada por el gobierno. El martes, Nelson García, compañero de Cáceres y dirigente de las protestas, también fue asesinado.

Salgado salió de México cuando estaba muy joven y se asentó junto a su esposo en el estado de Washington, donde tuvo tres hijas. Trabajaba como camarera y se convirtió en una ferviente defensora de los derechos humanos garantizados por la Constitución de Estados Unidos, dijeron sus familiares.

En sus viajes de regreso para llevar ropa, dinero y suministros médicos a su ciudad natal de Olinala, Guerrero, fue creciendo su indignación por la delincuencia, por los funcionarios corruptos y por la presencia de los carteles de la droga. Su indignación llegó a tal punto que decidió hacer algo al respecto.

Aprovechando la ley que permite a los grupos indígenas auto defenderse, instó a los lugareños a organizarse contra un cartel local llamado “Los rojos”.

Su grupo de autodefensa es sólo uno de docenas que ha surgido en los últimos años en Guerrero, con los que los indígenas y los campesinos pobres, tratan de poner el orden que las autoridades locales no han querido o podido establecer.

Su detención en 2013, fue ordenada luego de que se les acusó de la detención de tres jóvenes sospechosos de vender drogas, así como por el arresto de personas sospechosas de haber robado una vaca. En el 2012 llamó a la gente a protestar por el asesinato de un taxista que se había negado a pagar las extorsiones de le exigían las mafias locales.

Pero sus acciones hicieron de ella un objetivo de los grupos gubernamentales, de los poderosos intereses locales e incluso de los expertos en leyes.

Un movimiento de protesta popular solicitando su libertad, que fue dirigido por su marido desde Estados Unidos y apoyado por el representante Adam Smith (D-Wash.) arrojó pocos resultados. En febrero, su caso fue analizado un grupo de derechos humanos de la ONU que llegó a la conclusión de que había sido detenida ilegalmente.

Los corresponsales especiales Kraul informó desde Bogotá, Colombia, y Cecilia Sánchez de la Ciudad de México.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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