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Ecólogo mexicano combina producción de mezcal con protección de biodiversidad

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EFE

Un ecólogo mexicano, experto en desiertos, ha puesto en marcha en un plan integral que combina la producción de mezcal artesanal, desarrollo rural para pequeños productores y mantenimiento de la biodiversidad.

Dicho plan respeta el equilibrio de una compleja red de interacciones biológicas y en la que una especie depende de otras para sobrevivir y mantener su virtuoso ciclo de vida.

En el Valle de Tehuacán-Cuicatlán, entre los estados de Puebla y Oaxaca, Alfonso Valiente Banuet, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y colaborador del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), desarrolla este proyecto.

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Según cifras del Consejo Regulador del Mezcal (CRM), en 2015 estaban reportadas 150 marcas de esa bebida, pero para 2018 aumentaron a 300. Además, se otorgan alrededor de 300 permisos de exportación por año.

Para producir esa bebida se extraen directamente los agaves del campo. “Existe un saqueo desmedido. En el Valle de Tehuacán-Cuicatlán hay extracción de plantas y de leña que se utiliza para el proceso mezcalero”, acusó el experto mediante un comunicado de la UNAM.

Además, explicó que en su ámbito natural los árboles protegen a las cactáceas, que se desarrollan bajo su sombra, y con su follaje sirven como plantas nodrizas.

Recordó que los agaves mantienen relaciones de polinización con los murciélagos, que a su vez tienen una red de dispersión de semillas.

El especialista expuso que la sobreexplotación de algunas especies (de agaves y de árboles para tener leña disponible) tiene impacto entre las plantas. “Si algunas se extinguen, no sólo se afecta a esa especie, sino la polinización de otras plantas y a los animales polinizadores”.

Por ello, “cuando se remueve alrededor de 70 por ciento de las plantas, en algún punto hay un corte de extinción y el sistema se colapsa, es decir, ya no hay capacidad de regeneración”.

El especialista recordó que en el caso del tequila se optó por el monocultivo y se destruyó el ecosistema agavero en el estado de Jalisco. “Hoy se usan clones del Agave tequilana, que desapareció de la vida silvestre, con toda su red de interacciones”.

Su propuesta es no apoyar los monocultivos y hacer con los locales una red de producción de agaves, donde del 100 por ciento de las plantas que se siembren, 30 por ciento se queda en el campo para alimentar en términos ecológicos, y 70 % para producir mezcal.

“Queremos llegar a una producción tecnológica y hacer siembras en el campo de manera natural”, explicó.

Valiente Banuet apuntó que con esta técnica los productores-campesinos serían los dueños, el campo cuidaría su ecosistema y el mezcal se podría producir de forma controlada y ecológicamente responsable.

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