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López Obrador, encumbrado presidente en el Congreso que lo juzgó hace 13 años

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EFE

“No olviden que todavía falta que a ustedes y a mí nos juzgue la historia”, reprochó en 2005 desde la tribuna de la Cámara de Diputados el izquierdista Andrés Manuel López Obrador tras perder un juicio político en el mismo lugar donde hoy, 13 años después, fue encumbrado presidente de México.

El entonces alcalde capitalino, quien fue desaforado por la cámara por un caso de corrupción del que posteriormente fue absuelto, regresó hoy al Palacio Legislativo arropado por la mayor representación de mandatarios extranjeros que ha acudido nunca a una investidura de un presidente mexicano.

Y lo hizo en una sesión solemne y generalmente pacífica, alejada del tono bronco de las tomas de posesión de sus predecesores, los conservadores Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).

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Durante esas investiduras hubo protestas en las calles y gritos y bloqueos en la cámara por parte de los partidarios de López Obrador, quien perdió los comicios presidenciales de 2006 y 2012 entre acusaciones de fraude electoral.

A la tercera fue la vencida y esta vez la sesión se abrió con cánticos de “Es un honor, estar con Obrador” entonados por diputados y senadores con el puño en alto, mientras otros legisladores se hacían “selfies” para inmortalizar un momento histórico.

A las 11.15 horas (17.15 GMT) entró ovacionado López Obrador al hemiciclo tras haber recorrido la ciudad desde su domicilio en su vehículo particular, saludando por la ventanilla a los ciudadanos que lo fotografiaban.

Previamente, había accedido de forma mucho más discreta el presidente saliente Enrique Peña Nieto, a quien algunos diputados del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador le mostraron una cartulina que rezaba “Peña, bombón, te espera la prisión”.

El líder izquierdista juró el cargo como jefe del Estado con el brazo en alto y rodeado de dos banderas gigantes entrelazadas junto con el lema “La patria es primero”, esculpido en la pared de la cámara.

A continuación, Peña Nieto cedió al presidente de la Cámara, Porfirio Muñoz Ledo, la banda presidencial con los colores de la bandera mexicana, que López Obrador pidió invertir para que la franja verde estuviera en la parte superior seguida de la blanca y la roja.

Muñoz Ledo entregó a su vez la banda al nuevo mandatario, quien durante su primer discurso como tal expuso su ambiciosa promesa de llevar a cabo una “transformación” del país que erradique la corrupción, la desigualdad, la violencia y la impunidad.

Mientras diputados de la oposición paseaban por el hemiciclo con mensajes como “No a la militarización” o “No al autoritarismo”, la bancada izquierdista aplaudía al nuevo presidente e incluso una legisladora agitaba un muñeco de peluche caracterizado como López Obrador.

El momento más tenso tuvo lugar cuando la bancada conservadora levantó decenas de pancartas exigiendo “Que baje la gasolina”, lo que hizo detener el discurso a López Obrador, quien apuntó: “Son los que subieron el precio los que ahora piden bajarlo”.

Los partidarios del nuevo presidente agitaron pañuelos blancos contra la oposición, en una imagen que se repitió cuando algunos legisladores abuchearon a López Obrador después de que explicase que no promoverá investigaciones por corrupción contra sus predecesores.

Una enorme pancarta de “Maduro, no eres bienvenido” con la cara del mandatario venezolano, colocada por legisladores del conservador Partido Acción Nacional (PAN), decoró una ceremonia a la que asistieron una veintena de jefes de Estado y de Gobierno, aunque no el propio Nicolás Maduro.

Estuvieron el rey Felipe VI de España, el presidente de Colombia, Iván Duque; el de Cuba, Miguel Díaz-Canel; el de Ecuador, Lenín Moreno, el de Perú, Martín Vizcarra, y el de Bolivia, Evo Morales , el más ovacionado por los diputados indígenas.

Por parte del vecino del norte, Estados Unidos, estuvieron el vicepresidente Mike Pence y la asesora de la Casa Blanca, Ivanka Trump, hija del presidente Donald Trump, con quien López Obrador aspira a tener una buena relación.

Las palabras del legislador Mario Delgado, de Morena, declarando “el nacimiento de una nueva democracia en el mundo” dan cuenta de la trascendencia que para muchos mexicanos tiene la Presidencia de López Obrador, el primer mandatario izquierdista desde Lázaro Cárdenas (1934-1940).

Y también se demostró el enorme desprestigio por el que pasa el hasta ahora gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo portavoz René Juárez Cisneros fue abucheado al defender la presidencia de Peña Nieto y por sufrir un lapsus al referirse al nuevo presidente como “Alejandro Manuel López Obrador”.

“Sí, se pudo”, exclamó la bancada izquierdista después que el nuevo presidente concluyera el acto entonando el “Viva México”, la misma forma con que se despidió hace 13 años de la cámara que por aquel entonces lo deshonró y que hoy lo encumbró.

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