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Vecinos del nuevo aeropuerto de México votan divididos y en un ambiente tenso

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EFE

En un ambiente de cierta tensión y con opiniones enfrentadas, los vecinos del municipio de Atenco, cercano a las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAIM), votan en el plebiscito para decidir el futuro de este proyecto.

Durante la segunda jornada de la consulta popular impulsada por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, unos 200 vecinos desfilaron por el municipio reclamando mantener la construcción de la obra iniciada por el actual mandatario, Enrique Peña Nieto.

La manifestación resultó insólita en un pueblo caracterizado por los enfrentamientos de campesinos contra la policía para protestar contra el aeropuerto por considerarlo dañino con el medioambiente.

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Encabezada por el alcalde, Andrés Ruiz Méndez, la marcha transcurrió a lo largo de tres kilómetros de carretera hasta llegar a la plaza central de San Salvador Atenco, donde se ubica la mesa de votación de la consulta popular sobre el aeropuerto.

La alta afluencia en la mesa de votación demuestra el gran interés que genera el tema en este pueblo.

Jorge, un vecino de Atenco, explicó a Efe que cuando se proyectó el aeropuerto en 2014, la mayoría de habitantes estaban en contra pero “ahorita las opiniones están divididas totalmente”.

Él votó por paralizar el aeropuerto por sus consecuencias ambientales y porque duda de las promesas de que generará empleo en el pueblo, aunque criticó que “la consulta no está muy bien organizada” e insinuó que “la decisión ya está tomada”.

El ambiente que se respira en Atenco es de cierta tensión y de división entre los vecinos, por lo que la manifestación de partidarios del aeropuerto no ayudó a calmar las aguas y molestó a algunos habitantes.

Entre ellos, Blanca Isabel Cruces, que votó en contra del nuevo aeropuerto por “los despojos de tierras” acometidos por el Gobierno, quien “viene, despoja, se planta y no pide permiso” para impulsar macroproyectos como el aeropuerto.

Reconoció a Efe que el pueblo “está dividido” y lamentó que “mucha gente pierde la dignidad por unos cuantos pesos”, en referencia a los vecinos que vendieron sus terrenos para la construcción del aeródromo.

José Luis Ramos es uno de los ejidatarios, miembro de un terreno comunal, que vendió gran parte de sus tierras al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México y que hoy votó a favor de mantener la construcción del nuevo aeropuerto.

“Estamos a favor porque da beneficios a nuestra comunidad. La intención es acomodar a nuestra gente para que trabaje dentro del aeropuerto y no podemos negar que la obra siga creciendo”, explicó a Efe.

Admitió que la infraestructura “sí va a afectar en cierta forma a la llegada de las aves y animales silvestres”, pero recordó que existe un plan para reubicarlas en “áreas ecológicas”.

A pesar de la evidente tensión, la marcha transcurrió de forma pacífica y sin incidentes, con unos manifestantes que vestían ropajes blancos y portaban globos entre cánticos de “Sí al aeropuerto” y “México quiere el progreso”.

No hubo presencia de los campesinos detractores que suelen salir a la calle con machetes en la mano, pero se podían escuchar comentarios de vecinos que, en voz baja, acusaban a los partidarios de la obra de ser respaldados con intereses políticos o económicos en el aeropuerto.

De hecho, los voluntarios de la mesa de votación ubicada en esta población decidieron registrar esta manifestación como una “incidencia”, dado que entendieron que la marcha intentó presionar en el funcionamiento de la consulta.

Entre los manifestantes estaba Romelia Peñalosa, quien defendió con vehemencia la construcción del nuevo aeropuerto, dado que “muchos negocios van a subir, van a subir empleos y las colonias (barrios) de alrededores también van a subir”.

La también partidaria del aeropuerto Jacqueline García sostuvo que los beneficios de la infraestructura no serán solo para municipios aledaños como Atenco o Texcoco, sino que “es un desarrollo para el país”.

Además, reprochó a los campesinos detractores del proyecto el haber venido sus tierras y ahora impedir su desarrollo: “Quieren más dinero, ya basta”, sentenció.

Entre el 25 y el 28 de octubre, permanecen abiertas 1.073 mesas ubicadas en plazas y calles de 538 municipios del país para que los mexicanos decidan si se mantiene la construcción del nuevo aeropuerto o se habilita la base militar de Santa Lucía como aeródromo civil.

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