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El izquierdista PRD de México anuncia “transformación” tras debacle electoral

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EFE

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), referente de la izquierda mexicana durante los últimos 30 años, anunció hoy “una profunda transformación” tras la debacle electoral del 1 de julio y tendió la mano al nuevo Gobierno mexicano en la lucha contra la corrupción y las desigualdades.

“Emprenderemos una profunda transformación a partir del reconocimiento de los errores cometidos y los aciertos logrados”, expresó el presidente del partido, Manuel Granados, quien leyó un comunicado ante la prensa y acompañado de la cúpula del partido.

Explicó que esta transformación pasa por un “cambio generacional inevitable”, alcanzar “la paridad de género” dentro del partido y adaptar el PRD “a las nuevas reglas del nuevo país”.

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El presidente del partido sostuvo que sus palabras fueron “un posicionamiento único” de la cúpula del PRD, que llegó tras las declaraciones del secretario general de la formación, Ángel Ávila, que en medios locales alertó de que el partido se encuentra al borde de la desaparición.

El PRD, que concurrió en los comicios del 1 de julio en una coalición junto al derechista Partido Acción Nacional (PAN), solo obtuvo un 2,8 % de los votos en las elecciones presidenciales y un 5,3 % tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.

La mayoría de votantes izquierdistas se decantaron por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), liderada por Andrés Manuel López Obrador, quien ganó la presidencia con el 53 % de los votos y cuyo partido se fundó como una escisión del PRD.

Asimismo, Morena arrebató al PRD los gobiernos de Ciudad de México, Morelos y Tabasco, y solo conserva los estados de Michoacán y Quintana Roo, que no celebraron comicios locales el 1 de julio.

A la salida de la conferencia, el coordinador del PRD en el Congreso, Jesús Zambrano, expresó que la coalición con el PAN fue “la decisión que teníamos que tomar”, aunque admitió que “no conquistó a la ciudadanía” y que habrá que “revisarla”.

Previamente, Granados sostuvo que el PRD ejercerá “una oposición de izquierdas, democrática, responsable, crítica y transformadora”, y alistó las prioridades del partido para la próxima legislatura, que coincidieron en gran parte con las del próximo presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Defendió la necesidad de un sistema nacional contra la corrupción, impulsar inversiones pública para acabar con las desigualdades, evitar la privatización de servicios como el agua e incrementar la participación de los pueblos indígenas en el sistema productivo.

“Las acciones del nuevo Gobierno deben ir orientadas a garantizar la seguridad social, los derechos humanos, el medio ambiente y la erradicación de la corrupción e la impunidad”, alegó.

El PRD fue fundado en 1989 por Cuauhtémoc Cárdenas, candidato presidencial izquierdista en los polémicos comicios de 1988 y, posteriormente, jefe de Gobierno del Distrito Federal (1997-1999).

También participaron en su fundación otros líderes izquierdistas como el mismo López Obrador, quien presidió la formación entre 1996 y 1999, dirigió la capital mexicana entre 2000 y 2005, y fue el candidato del PRD en las presidenciales de 2006 y 2012.

Tras perder los comicios de 2012 ante Enrique Peña Nieto, López Obrador abandonó el PRD para impulsar Morena como nueva fuerza hegemónica de la izquierda mexicana, algo que se hizo efectivo en los comicios federales, estatales y locales del pasado 1 de julio.

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