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Leones y dragones míticos reciben el año nuevo en el barrio chino de México

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EFE

México le dio hoy la bienvenida al año del perro con una exhibición de danzas de leones y dragones míticos, acompañadas por una pirotecnia estruendosa, en un atestado y renovado barrio chino de la capital mexicana.

El baile de los dragones y leones marcó el inicio de esta festividad anual que se extenderá tres días en la histórica calle de Dolores de Ciudad de México, a la que se accede por un icónico arco chino decorado.

“La tradición dice que cuando danzan los leones se ahuyentan los malos espíritus, preparan el ambiente para que lleguen la abundancia, las bendiciones, la buena voluntad de las personas”, dijo a Efe Víctor Hidalgo Torres, profesor de la Asociación She Long (serpiente dragón) de Kung Fu.

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Los restaurantes de comida china que dan vida a este barrio fueron el escenario ideal para la exhibición, que estuvo a cargo de 40 personas entre danzantes, músicos y competidores de Kung Fu, todos aclamados por centenares de espectadores.

“Estamos en el festejo del año nuevo chino del año del perro de tierra y estamos en los festejos”, comentó Hidalgo, quien dio un espectáculo con armas chinas después de que sus alumnos hicieron ejercicios marciales.

La festividad desbordó el comercio de productos relacionados con el año del perro en el calendario chino, y en las vitrinas y las mesas de los puestos callejeros destacaba la figura de Frida, la perra de rescate que se hizo famosa tras el terremoto del 19 de septiembre pasado.

La figura del perro de tierra figuraba en los anaqueles de las tiendas y en todos los puestos callejeros, en todos los tamaños y colores, algunos con tonos dorados.

El pan chino cocido al vapor en ollas de aluminio y los rollos de vegetales freídos en aceite fueron los productos gastronómicos más demandados por los comensales, aunque muchos de ellos optaron más por una mesa de restaurante para completar la experiencia gastronómica.

“Vendo rollos primavera y pan chino, me va bien”, declaró a Efe Guadalupe, una joven que puso en la calle un gran perol para freír sus productos, los cuales vendía en grupos de cuatro por 35 pesos (1,8 dólares).

Las galletas chinas de la suerte llegaron por cajas al barrio chino y vendedores como Pablo Soto Hernández ofrecían fortuna y abundancia a cambio de un peso (0,05 centavos de dólar) por cada una de ellas.

El barrio chino todavía muestra los efectos de la reciente remodelación realizada por las autoridades de cara a la celebración del año del perro, y que se enfocaron en la renovación del pavimento y la mejora de la imagen de la zona.

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