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Temor laboral y desconocimiento de la ley evita que latinos reciban asistencia para cuidar a un familiar

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El desconocimiento de la ley, el temor a perder el empleo y los bajos importes de las ayudas son las principales barreras que encuentran los latinos para beneficiarse de los programas de asistencia a las personas que deben ausentarse de su trabajo para cuidar de un familiar enfermo en California.

Así lo expusieron varios agentes sociales y médicos que participaron el sábado en un acto informativo en el barrio latino de Boyle Heights de Los Ángeles, y que fue organizado por el asambleísta demócrata de California Jimmy Gómez, acerca del Permiso Familiar Pagado (PFL, por sus siglas en inglés).

El PFL es un programa estatal de ayudas de California que actualmente ofrece hasta seis semanas con el 55 % del sueldo para aquellos trabajadores que tienen que dejar su trabajo de manera temporal para cuidar a un familiar enfermo, sea una pareja, un hijo, un padre, un suegro, un abuelo, un nieto o un hermano.

Sin embargo, este programa, que fue aprobado en 2002, ha encontrado obstáculos para asistir a las minorías y las personas con menos ingresos, según el asambleísta Jimmy Gómez.

“Cuando eres una persona que gana el salario mínimo, o no ganas mucho dinero y literalmente usas cada dólar de tu nómina, ¿qué le hace pensar a un político que puedes beneficiarte de un programa durante seis semanas con la mitad de tu sueldo?”, argumentó Gómez.

“Lo que me frustra es que las personas que están trabajando por el salario mínimo, o con varios empleos a la vez, están también financiando este programa y tienen todo el derecho a usarlo si lo necesitan”, añadió Gómez, quien aseguró que los estudios demuestran, paradójicamente, que las personas que más se benefician del PFL son las que tienen unos ingresos más altos.

Para intentar corregir esta situación, en abril se aprobó una modificación del PFL que elevará el porcentaje de la ayuda hasta el 70 % del sueldo para los trabajadores con salario mínimo y hasta el 60 % para el resto, aunque esta reforma no entrará en vigor hasta 2018.

“No deberías tener que elegir entre ganarte la vida y cuidar a un familiar enfermo”, añadió Gómez, quien insistió en que el PFL no es un “programa de beneficios sociales” sino un “seguro social” que financian todos los trabajadores.

También se refirió a la ley federal de Ausencia Familiar y Médica (FMLA, por sus siglas en inglés), que permite hasta doce semanas al año, sin contraprestación económica, de protección laboral si uno debe ausentarse de su trabajo.

Dado que la PFL y la FMLA se complementan y actúan conjuntamente en numerosas situaciones, Gómez abogó por extender la protección laboral de la FMLA, ya que hasta ahora solo garantiza el puesto a los trabajadores de empresas de al menos 50 empleados.

La última debilidad del PFL que abordaron los asistentes al acto fue la falta de información de la población acerca de este tipo de programas para el cuidado de familiares enfermos.

En este sentido, la Clínica Monseñor Óscar Romero de Los Ángeles y la Coalición de Trabajo y Familia de California desarrollaron este año un programa piloto de información del PFL a través de “las promotoras”, voluntarias sociales de la comunidad latina que fueron puerta por puerta para concienciar a los ciudadanos.

Una de esas “promotoras”, Susana Moncada, contó a Efe que su meta es “formar comunidades sanas” y explicar a sus vecinos que “la salud no es un lujo sino un derecho”.

“Yo les pregunto ‘¿cómo te enteras de los días pagados por cuidado de familiares enfermos’. Y me dicen ‘¿a poco existe eso?’. Hay gente que todavía no sabe y esa es nuestra labor: informar”, afirmó.

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