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Los hispanos votarán por “programas” que les ayuden y no por “apellidos”

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Los hispanos que acudan a votar en las elecciones de 2016 se guiarán por “programas” y propuestas que les ayuden, y no por los “apellidos” de los candidatos, según aseguraron ayer analistas y expertos políticos.

El disputado voto latino, decisivo en la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de 2008 y 2012, volverá a ser crucial en 2016, con dos candidatos de origen hispano, Marco Rubio y Ted Cruz, y otro “latino honorario” como Jeb Bush a punto de lanzar su candidatura.

“Estas van a ser las elecciones más emocionantes que se han producido en mucho tiempo en Estados Unidos, en cuanto al papel del voto hispano”, aseguró a Efe Adam Segal, director del Proyecto del Votante Hispano de la Universidad Johns Hopkins, situada en Washington.

Segal fundamentó esta afirmación, en primer lugar, en la presencia “sin precedentes de una representación tan asombrosa de latinos o candidatos con experiencia hispana en Estados Unidos”, como es el caso del exgobernador republicano de Florida Jeb Bush, un “latino honorario” casado con una mexicana que habla español y “unos hijos que se identifican con la cultura latina”.

Además, prosiguió, los senadores también republicanos Marco Rubio y Ted Cruz son “latinos que proceden de diferentes ámbitos sociales y representan la diversidad de esta comunidad”.

En la misma línea abundó Luis Fleischman, profesor de Política de la Florida Atlantic University, quien avanzó que las próximas elecciones van a suponer un salto cualitativo en el poder de decisión de los ciudadanos estadounidenses de origen hispano.

Fleischman apuntó que muchos latinos votarán por primera vez y lo harán concienciados por una creciente opinión pública favorable a la implementación de una reforma migratoria integral, única solución a largo plazo para millones de indocumentados que viven en el país, y que sin embargo ha contado con la oposición furibunda del Partido Republicano.

La batalla entre los candidatos republicanos y demócratas por el voto de los electores hispanos promete ser tensa, larga y dura, con los primeros intentado cerrar la enorme brecha abierta en las dos últimas elecciones presidenciales.

Si buena parte de las elecciones de 2008 y 2012 se cimentaron en la importancia del voto latino, que respaldó en un 75 % a Obama en su reelección, los republicanos no están dispuestos a que esta debacle electoral se repita de nuevo en 2016.

La candidata demócrata Hillary Clinton, que suena como la principal opción de su partido, ha realizado una clara y poderosa apuesta por atraerse, desde hace años, los intereses de la comunidad latina en EE.UU.

“Clinton cuenta con importantes individuos y organizaciones que han desempañado un papel enorme a la hora de incrementar la atención sobre los hispanos en las últimas dos décadas”, y ella misma, resaltó Segal, “ha conectado a un gran nivel con hispanos, hasta el punto que muchos miembros de su equipo de campaña” son de este origen.

Los candidatos republicanos y demócratas saben que, con un récord de 11,2 millones de votantes latinos en las elecciones presidenciales de 2012, esta comunidad resulta “aún más decisiva”.

Así opinó Jorge Luis López, uno de los principales donantes y asesor de la campaña electoral del cubanoamericano Marco Rubio (Miami, 1971), de quien destacó su carácter “bicultural”, un político joven que, precisó, “no sólo representa el mundo real de los hispanos, sino que lo refleja”.

Pero, a juicio de Fernand Amandi, de la firma encuestadora Bendixen & Amandi International, la comunidad latina prestará mayor atención, antes que “a un apellido hispano”, a los programas y propuestas que les beneficie.

En ese contexto, tanto Rubio como Bush y Cruz defiende posturas políticas que “los colocan fuera de la corriente general de opinión” de esta comunidad, por lo que tendrán que realizar un gran esfuerzo para captar el voto latino.

“Definitivamente -apuntó a Efe Amandi- los hispanos darán su apoyo a quienes les ayudan, antes que a quien tiene un apellido hispano”, insistió.

El sentir general es que el “voto latino puede ser más decisivo que nunca” en las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, una cita con las urnas a la que están llamados más de 23 millones de electores de origen hispano.

Un dato revelador de la explosiva integración política de los hispanos lo reflejan las estadísticas del Centro Pew Research, en la que se contabiliza un aumento de 19,5 a 23,3 millones en el numero de latinos elegibles para votar entre 2008 y 2012, lo que representa un incremento del 19 %.

“El voto latino es un poder que está aquí, en este país, para quedarse”, enfatizó Orlando Gutiérrez, director del Directorio Democrático Cubano, de Miami, una de las organizaciones del exilio más reconocidas.

En opinión de Gutiérrez, la comunidad latina ha alcanzado ya un importante nivel de “madurez”, “valores morales” y capacidad adquisitiva en Estados Unidos que la hacen más consciente de su peso político en la marcha del país.

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