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“El empleado intocable”

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Karla Amezola hace un silencio largo antes de responder. Finalmente toma aire, voltea a ver el teléfono celular que graba sus palabras, levanta la mirada y dice, “sí, sí me da miedo. Me da miedo porque piensas que nada va a pasar, porque muchos me dijeron ‘no lo hagas’, ‘vas a manchar tu nombre’, ‘es un suicidio a tu carrera’, ‘no vas a volver a trabajar’, pero ya no podía más”.

Pese a esas advertencias, el pasado 23 de junio, Amezola presentó ante la Corte Superior de Los Ángeles una demanda por acoso sexual contra el vicepresidente de noticias de la cadena Liberman Broadcasting, Inc., Andrés Angulo, un hombre que según declara la periodista en su querella, le dejó en claro que para la empresa era “un empleado intocable”.

“Me dijo que era alguien intocable, me dijo que no me iban a creer, ‘va a ser difícil que te crean’ me decía...”

— Karla Amezola

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“Me dijo que era alguien intocable, me dijo que no me iban a creer, ‘va a ser difícil que te crean’ me decía y pensé, aparte de todo lo que viví, yo me tengo que callar ¿es eso lo que me están diciendo?”

Karla fue contratada en marzo de 2011 y fue a principios de 2012 que, según indica el documento legal, Angulo comenzó a hostigar sexualmente a la reportera. En ese tiempo, cita el documento, Angulo le mostraba fotos de otras colegas de la cadena de televisión, desnudas, con quien supuestamente había tenido relaciones.

A principios de 2013, Amezola solicitó un aumento salarial. La demanda describe que tras la petición, Angulo abiertamente le expuso su deseo de tener relaciones sexuales con ella.

El documento detalla que el supuesto acosador la invitaba a su oficina para que le mostrara sus senos, que le pedía que se tomara un día de enfermedad para irse a un motel juntos “a fumar marihuana, tomar champagne y tener sexo todo el día”.

Las palabras se le amontonan, levanta el tono de voz de tanto en tanto, es obvia su molestia. Recordar esos días, no le resulta agradable, días como aquel que tuvo que inventar que tenía una enfermedad venérea como una medida de escape ante el acoso, según describe en su demanda.

“Estaba desesperada. En marzo fui a recursos humanos, en ese tiempo despidieron gente que eran mis testigos y pensé esto no va bien, por qué no están haciendo nada, por qué no están investigando y están tomando represalias. Yo toleré mucho pero me fui armando de cosas porque sabía que nadie me iba a creer”.

Las armas de las que habla son una serie de grabaciones y correos electrónicos que según la periodista, dejan claro las acciones de acoso sexual por parte de su supervisor.

Sin embargo, aunque la fuerza del caso radica en las evidencias, esas grabaciones pueden resultar inútiles.

Grabaciones y controversia

De acuerdo a la ley que priva en California, las grabaciones de imagen o de voz realizadas en ámbitos privados de la persona, constituyen una violación del derecho a la intimidad personal, si dichas grabaciones no han sido autorizadas directamente. El resultado de la recolección de la imagen o la voz sin la debida autorización del implicado puede significar la vulneración del derecho a la intimidad del sujeto.

Sin embargo, Karla guarda la esperanza de que el juez acepte como evidencias tanto las grabaciones como los correos electrónicos, y es que según sus abogados, el código penal de California permite excepciones y la situación que alega la periodista puede reunir los requisitos para que las grabaciones sean aceptadas.

La esperanza de Amezola ganó impulso tras revelarse el éxito de la presentadora de noticias de la cadena Fox, Gretchen Carlson, acosada por el exdirector de la empresa, Roger Ailes.

Carlson, quien fuera exMiss Estados Unidos, alcanzó un acuerdo con la cadena por 20 millones de dólares y su demanda derivó en la renuncia del poderoso Ailes, amigo cercano del magnate de los medios Rupert Murdoch, a quien se le atribuye haber sido una pieza clave para que la cadena Fox se convirtiera en una de las principales empresas informativas.

Al igual que Amezola, Carlson detalló en su querella que contaba con grabaciones que exponían las indecorosas propuestas del magnate de noticias, las cuales se dieron a conocer durante el juicio originando que al menos otras 20 mujeres salieran de las sombras y expusieran sus historias de hostigamiento sexual a manos del exdirector.

A diferencia de California, en el estado de Nueva York, una persona puede grabar legalmente la conversación con otra persona sin su permiso. Sin embargo esa disposición no existe en el estado dorado donde ambas partes deben de estar de acuerdo antes de grabar una conversación. De violarse esta disposición, la persona que realiza la grabación podría ser castigada con una multa de hasta $5,000 dólares.

Pese a las numerosas similitudes entre los casos la presentadora de origen mexicano y la norteamericana Carlson, los resultados para una y para otra han sido abismales.

Amezola, quien, cabe destacar, presentó la demanda mucho antes que Carlson, relata que su caso fue ampliamente ignorado y que continua sufriendo represalias por parte de la empresa para la que aún sigue laborando.

El acoso en redes

El abogado Elie Ghodsi, quien lleva el caso de Amezola, explicó a Hoy que la presentadora de Fox aceptó llegar a un acuerdo con su empresa, un paso que todavía no se alcanza con los representantes legales de Liberman Broadcasting, Inc. un hecho que podría alargar hasta dos años la disputa legal que emprendio Amezola.

Por su parte, Marco González, vicepresidente de asuntos corporativos de Liberman, dijo en una entrevista telefónica que la empresa no hace comentarios sobre litigios pendientes y que Angulo no daría entrevistas.

En su página de Facebook Andrés Angulo aparece en una foto familiar junto a su esposa e hija. Una imagen muy alejada de las narraciones de acoso que narra Amezola en su demanda.

Como el día que, según cita la querella, Angulo la mando llamar a su oficina y, mientras acariciaba su pene erecto, le pidió que se volteara para verle el trasero.

Marcia Haight, experta en el área de recursos humanos y casos de acoso sexual, detalla que existe una pobre interpretación en torno al acoso sexual, ya que una gran mayoría suele relacionar estos casos con un contacto físico y sexual inapropiado pero la realidad es que las palabras e incluso las actitudes pueden ser una forma de acoso.

En el contexto federal, el acoso sexual se considera una forma de discriminación de sexo. La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (Equal Employment Opportunity Commission, EEOC), describe que “los avances sexuales indeseados, las solicitudes de favores sexuales y otro tipo de conducta verbal o física de naturaleza sexual, representan un caso de acoso sexual cuando la ocurrencia o el rechazo de esta conducta, afecta de forma implícita o explícita, el desempeño laboral del individuo, interfiere de forma injustificada con el desempeño laboral del individuo o genera un entorno de trabajo intimidante, hostil u ofensivo”.

Más allá del desconocimiento que priva sobre el tema, Amezola atribuye también el factor cultural al encubrimiento de los acoso dentro de las empresas hispanas.

“Es increíble que no sabemos distinguir lo que es un acoso sexual de lo que es un comentario inapropiado. A mí me decían las compañeras, ‘tú sabes, él es coqueto…’ ¿Coqueto? Me sorprendió que algunas me decían, ‘pero eso no es acoso, que te diga esas cosas, eso no es acoso…’ Que te diga, ‘que bonitas tetas se te ven con ese vestido…’ ¿Eso no es acoso?¿Eso es ser coqueto?,” cuestiona Karla.

Esperanza para otras

Originaria de Tijuana, México; Amezola, de 30 años tiene fe de que su caso ayude a que salgan a la luz otras historias como las de ella, sin embargo aunque todavía conserva su trabajo, afirma que su decisión le ha generado muchas represalias y un ambiente hostil dentro de la empresa, donde muchos la perciben como una fastidiosa.

En las redes sociales, la presentadora mexicana afirma sufrir también las consecuencias de su lucha.

“Mucha gente me borró de Facebook. Yo comencé a expresar el acoso que vivía y todo sabían de qué hablaba y nadie ponía un “like” y un “like” en ese momento no sabes lo que eso significa”, expresa.

A la demanda de la periodista, una segunda presentadora ha sumado su caso. El pasado 15 de septiembre, bajo en nombre de “Jane Doe” otra ex presentadora de Estrella TV afirmó haber sido víctima de acoso sexual, discriminación y represalias.

La ex presentadora al parecer se trata de Adriana Ruggiero y en la querella cita como inculpados a Andrés Angulo, LBI Media, Inc., y Liberman Broadcasting, Inc.

El documento legal apunta que según Ruggiero, Angulo le dijo que el dueño de la empresa Lenard Liberman no estaba muy contento con su imagen ya que era muy conservadora y, cita el documento, Angulo le indicó que tenía “un hermoso par de tetas y debería mostrar más”.

En uno de los apartados de la demanda, Ruggiero afirma haber sugerido al departamento de recursos humanos que llevaran a cabo una investigación contra Angulo ya que ella tenía conocimiento de dos incidentes más de acoso, con una editora de la estación y contra otra reportera.

Días después, el 20 de abril de 2016, cita el documento, el contrato de Ruggiero fue cancelado y desde entonces no ha podido encontrar trabajo.

“Como reportera presenta uno casos [de acoso] como los de las trabajadoras domésticas, que lucharon, se unieron contra el acoso, pero me siento tan hipócrita… Cuando se trata de contar tu historia, no lo puedes contar porque estás manchada, tú ya estás manchada,” expresa Amezola.

Su voz cambia de tono, endereza su espalda y la mirada la fija de nuevo en la grabadora. Voltea hacia un colega y amigo que la acompaña durante la entrevista con Hoy. Le sonríe con los ojos, su presencia le da ánimo. Sabe que algunos amigos no la han abandonado.

Aunque en sus palabras asume la defensa de la libertad de expresión, Amezola, reconoce que la lucha no será fácil. Su esperanza mayor es que el juez acepte como evidencias las grabaciones que por meses recopiló.

“A final de cuentas la verdad siempre sale, vas a sufrir consecuencias pero si todas nos uniéramos las cosas cambiarían. En mi caso, la mayoría de los que me han dicho que esto es un suicidio para mi carrera, que no lo haga, han sido hombres. Si esto es un suicidio, pues entonces está bien, asumo la consecuencias porque prefiero estar trabajando en cualquier otra cosas que seguir callando”.

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