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Piden justicia por la muerte de mexicano a manos de la Policía de Santa Ana

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Decenas de residentes de la ciudad californiana de Santa Ana y familiares del mexicano Ernesto Javier Canepa, muerto a manos de un oficial de la policía local, pidieron hoy justicia en una marcha con motivo del primer aniversario del suceso.

“La muerte de mi hermano no puede quedar impune, están escondiendo muchas cosas. A un año, no han querido entregarme ni sus pertenencias, todo lo que estaba en el carro se lo quedó la policía”, dijo a Efe Selene Canepa.

Ernesto Javier, de 28 años y oriundo de Guerrero, recibió seis disparos en la cabeza y el cuello por un agente de la policía en medio de una investigación de robo.

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El mes pasado, la Fiscalía del condado de Orange (OCDA) dictaminó que el tiroteo en el que murió el inmigrante había sido justificado, aunque la familia del mexicano sigue exigiendo una investigación independiente.

“Nadie merece morir como lo mataron a él, no hay justificación de la forma como lo mataron, el estaba desarmado dentro de su carro, fueron a matarlo claramente”, consideró Selene.

Esta muerte, ocurrida el 27 de febrero de 2015, provocó que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México condenase enérgicamente el suceso y pidiese al Departamento de Justicia de EE.UU. que siguiera de cerca la investigación para establecer si se habían violado los derechos civiles del hispano.

El informe de OCDA asegura que Canepa se convirtió en sospechoso en un caso de robo después de que el automóvil del mexicano fuese captado por una cámara de vigilancia en el lugar dónde una mujer de 63 años fue atacada por un hombre que le quitó una cadena de oro.

El oficial Christopher Shynn y su compañero, quienes estaban a cargo del caso, interceptaron el auto de Canepa y solicitaron refuerzos.

Según la investigación de la fiscalía, el mexicano no obedeció la orden de apagar el auto e intentó poner en marcha el vehículo cuando estaba rodeado por los agentes, y en ese momento Shynn disparó repetidas veces contra el conductor. Una pistola de balines fue hallada dentro del vehículo.

La manifestación de hoy en Santa Ana, una ciudad de gran presencia latina, se produce en una época en la que los tiroteos parecen estar a la orden del día.

La semana pasada, dos sospechosos hispanos de robo fueron abatidos por agentes de la policía, y, un día antes de este incidente, un detective se enfrentó con un individuo, y ambos resultaron heridos.

La ciudad vive una ola de violencia y en los primeros 50 días del año se han registrado 55 tiroteos. En enero pasado se desataron 41 balaceras, 17 más que en el mismo mes de 2015.

Para el activista Michael Brown, quién lidera la organización Young Legacy Support Network, las acciones de la Policía contra las minorías, en casos como el de Canepa, están alejando a la comunidad de las autoridades y está ayudando a que la violencia y el crimen aumente en la ciudad.

“Hemos denunciado que están matando a nuestros jóvenes, a los latinos, a los negros y esto debe de acabar de una vez por todas” apuntó.

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