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Piden justicia para latino de 14 años muerto en encuentro con policías de Boyle Heights

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Familiares y miembros de grupos comunitarios pidieron ayer justicia para un joven hispano de 14 años que murió por disparos de la Policía este martes en Los Ángeles, cuando huía de los agentes.

“Hay una larga historia de asesinatos policiacos aquí en Los Ángeles contra la gente mexicoamericana o chicanos”, aseguró Carlos Montes, del grupo Comunidad Servico y Organización (CSO), y residente de Boyle Heights, área donde ocurrieron los hechos.

Jesse Romero, quien hubiera cumplido 15 años el próximo 24 de agosto, murió durante un encuentro con agentes policiales que acudieron a esta área, en el este de Los Ángeles y de mayoría hispana, en respuesta a una alerta de posible caso de vandalismo.

Según señaló esta semana el jefe asistente del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, en inglés), Robert Arcos, cuando los oficiales llegaron encontraron dos sospechosos, uno de los cuales fue detenido mientras el otro, Jesse Romero, se dio a la fuga.

Según Arcos, un testigo aseguró que el joven que huía disparó contra los policías y, al devolver el fuego, uno de los oficiales hirió a Romero, quien falleció en el lugar.

Montes aseguró, no obstante, que “la Policía dice mentiras”, pues algunos testigos contradicen la versión de las autoridades y señalan mas bien que Romero tiró la pistola por encima de una reja.

“Ayer salió un vídeo que muestra que la pistola no está cerca de su cuerpo”, agregó el activista, cuyo grupo organizó hoy una concentración frente a la estación policial Hollenbeck, en la que participaron familiares y vecinos.

“Que la policía escuche que está cometiendo muchos errores con los muchachos jóvenes. Ellos tienen un futuro y la policía se los apaga. Tienen que tener conciencia”, invocó hoy Estela Rodríguez.

El hijo de esta mujer y residente de Boyle Heights, Edwin, de 24 años, murió a tiros el pasado mes de febrero en un encuentro con un oficial de policía que pensó que el joven trataba de sacar un arma.

Los activistas ya han tenido un primer acercamiento al movimiento Black Lives Matter con el fin de generar mayor conciencia en torno a las muertes de hispanos en encuentros con la Policía.

La prima de la víctima, Chris Espinoza, que ha creado una campaña en internet de recolección de fondos, afirmó que Jesse Romero era “siempre alegre y nunca estaba en problemas, era un niño inocente”.

Las autoridades mantienen una investigación en curso, desarrollada por un grupo independiente de la Oficina del Inspector General (OIG, en inglés), perteneciente a la Comisión de Policía de Los Ángeles, un comité de civiles que supervisa la policía angelina.

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