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Especial: El voto latino, el fiel de la balanza en las elecciones de 2016

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Rosario Barba estaba convencida en adquirir la ciudadanía estadounidense, pero la actitud de su ex esposo influyó para que terminara postergando el trámite por más de 20 años. “No lo vas a pasar”, fueron las palabras que escuchó.

La desidia se terminó la semana pasada. Esta migrante oriunda de Jalisco, México tomó sus documentos y completó la solicitud. Mientras le llega la cita para las huellas dactilares, lo que tiene en su mente es votar por primera vez en unas elecciones.

“Quiero votar, lo hago pensando en el futuro de mis nietos, esa es una razón poderosa; también tengo hijos a los que les voy a poder arreglar papeles, siendo residente no nos han resuelto nada”, admitió la jalisciense de 69 años.

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Mientras los partidos políticos, tanto republicano como demócrata, se preparan a las elecciones primarias para definir a los candidatos que aspirarán a la silla presidencial, desde diferentes frentes se impulsan esfuerzos para registrar nuevos votantes.

En las votaciones de 2008, cuando Barack Obama fue electo presidente y, en el 2012, cuando alcanzó un segundo término, la participación latina fue clave. Para los comicios de 2016, este grupo poblacional tiene el sartén por el mango.

“El voto latino puede determinar quien será el próximo presidente, si tendremos una reforma migratoria y si un próximo presidente del país será latino”, indicó a HOY el congresista Xavier Becerra, representante del Distrito 34.

De acuerdo al Centro Pew, entre una elección y otra, hubo un incremento de 1.5 millones de votantes hispanos que salieron a ejercer su derecho. En el 2008 emitieron su voto 9.7 millones de personas, cuatro años después lo hizo 11.2 millones.

Antonio González, presidente del Proyecto de Registración y Educación de Votantes del Sur de California, afirma que el padrón electoral crece en más de 3 millones durante el año de elección presidencial, algo que aduce impactará en los próximos comicios.

“Hay un mito que dice que el latino no vota, no es cierto; en los últimos 20 años hemos visto un nivel de participación históricamente alto. En el 2016 vamos a llegar a 14 millones de votos emitidos”, valoró el especialista.

En el 2008 el partido demócrata acaparó al 67% del voto latino y en el 2012 al 71%. Sin embargo, el nivel de apoyo más bajo registrado en los últimos 15 años ocurrió en el 2004, cuando John Kerry alcanzó el 58% y terminó perdiendo la contienda.

En contraparte, en esa elección, el partido republicano logró el índice de respaldo latino más elevado. George W. Bush recibió el 40% cuando venció a Kerry, superando el registro de Ronald Reagan, quien en 1984 obtuvo el 37%.

“Nuestra comunidad tiene buena memoria; los ataques al final son un mal necesario, porque nos permite demostrar nuestra capacidad para detenerlos a través de la participación cívica”, manifestó Ben Monterroso, director ejecutivo de Mi FamiliaVota.

En la administración de Bush se inició el debate por una reforma migratoria; no obstante, el ala más conservadora del partido republicano influyó para que esa iniciativa se quedara entrampada.

En efecto, en las dos elecciones presidenciales posteriores el apoyo del votante latino se hizo expresar. Del 40% logrado en el 2004 descendió al 31% que obtuvo John McCain (2008), luego Mitt Romney (2012) recibió el 27%.

En la actual contienda, los mensajes anti-inmigrantes de Donald Trump serán un aliciente adicional que pasarán factura a los republicanos, asegura Alberto Juárez, profesor de Ciencias Políticas del Colegio Comunitario de Pasadena.

“Gracias a Trump el partido demócrata tendrá éxito”, aseveró el académico. “Ahora si el voto latino y afroamericano se mueve junto, pueden ser una potencia increíble y estaríamos a las puertas de ver una participación histórica”.

Cultura de participación

Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en Estados Unidos hay 8.8 millones de residentes permanentes que cumplen con los requisitos para solicitar la ciudadanía. De estos, más de 4 millones son latinos.

En California hay 2.4 millones de residentes elegibles para aplicar a la naturalización, mientras en el Condado de Los Ángeles superan las 750,000 personas.

En ese sentido, la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos y Designados (Naleo) impulsa iniciativas a lo largo de la nación, para asistir a las personas en el trámite de la ciudadanía y promover el registro de votantes.

“En el 2008 el entusiasmo continuó hasta el año siguiente; por eso hay que asegurarnos que se desarrolle una cultura de participación y se convierta en una práctica permanente”, manifestó Elisa Sequeira, directora de programas nacionales de participación cívica de Naleo.

Si se compara la participación en elecciones presidenciales con las contiendas para el Congreso y comicios municipales, el índice cae drásticamente.

Es por esa inconsistencia, aseguran en el Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU), que están movilizándose para empadronar a un millón de nuevos electores, de modo que puedan hacer la diferencia.

“Queremos activar al voto latino porque es un gigante dormido; no hay más tiempo de espera, se puede palpar el ambiente anti-inmigrante y tenemos que votar para que nadie hable por nosotros”, señaló Max Arias, director ejecutivo del local 99 de SEIU.

LA RESIDENCIA NO ES TAN PERMANENTE

Tener la residencia permanente genera tranquilidad en quienes la poseen, pero a juicio del Daniel Sharp, abogado del Centro de Recursos Centroamericanos, ese estatus se puede perder si se comente un crimen o si la persona tiene ausencias prolongadas fuera del país.

De acuerdo al jurista, delitos como posesión de droga y violencia doméstica pueden provocar la deportación. Asimismo, si alguien tiene en su antecedente un delito menor y recibe una segunda condena, corre el mismo riesgo. “El único estatus migratorio permanente es la ciudadanía”, afirmó.

Por otro lado, la ventaja de ser ciudadano es que puede solicitar residencia para los padres, un hermano o un hijo adulto casado. Además, al jubilarse puede recibir la pensión sin importar el país en donde viva; en cambio, si un residente decide retirarse en América Latina, al salir del país pierde la pensión.

Al mismo tiempo, un ciudadano tiene derecho al voto, herramienta que le permite incidir en los destinos de la ciudad donde vive, el estado y la nación. “En este momento que se necesita una reforma migratoria, hay que elegir una nueva mayoría en el Congreso y para eso se requieren nuevos votantes”, aseguró.

EL DATO

Clínica de Ciudadanía Gratis

Lugar: 1145 Wilshire Blvd, 2do piso, Los Ángeles

Teléfono: 213-977-7500 Ext. 830

Detalle: Para ver a un abogado se requiere llamar y hacer cita

ASISTENCIA EN CIUDADANÍA Y REGISTRO DE VOTANTES

Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (Naleo)

Teléfono: 888.839.8682

Sitio web: naleo.org

Asiáticos Americanos Avanzando Justicia

Teléfono: 213-977-7500 Ext. 830

Sitio web: advancingjustice-la.org

Mi Familia Vota

Teléfono: 951.905.5229

Sitio web: mifamilia.org

Proyecto de Registración y Educación de Votantes del Sur de California

Teléfono: 323.205.2190

Sitio web: svrep.org

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