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Vendedores ambulantes podrían ser criminalizados por trabajar en los parques y las playas

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La comunidad de vendedores ambulantes de la ciudad de Los Ángelese responde alterada y al mismo tiempo con temor al enterarse de que este miércoles el concilio dio luz verde a una ordenanza que les prohíbe operar en parques y playas al mismo tiempo que los multa.

El borrador para prohibir las ventas de garnachas, antojitos y otro tipo de artículos, fue aprobado para su restauración con 12 votos a favor y tres en contra. Sin embargo, esta tendrá que volver a la mesa el 5 de agosto para su aprobación final.

Actualmente, la venta ambulante tanto en parques como en playas no es prohibida. No obstante, esta prohibición solo se aplica en las calles de la ciudad. Pero de aceptarse la nueva medida, la ciudad podría imponer una multa de 100 dólares por la primera ofensa, 250 dólares por la segunda ofensa e inclusive, hasta cargos por delito menor.

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“Esta ordenanza no la están creando seres humanos, porque una persona con sentimientos sabe que todos los que vendemos en la calle lo hacemos por necesidad. Porque no tenemos otro trabajo o habilidad para ganarnos la vida, o simplemente no tenemos papeles para conseguir empleo”, dijo a través de una entrevista telefónica, Manuel García vendedor de chicharrones en MacArhtur Park.

“Ya sabemos que no es legal vender, pero nos estamos ganando la vida honestamente. No estamos robando. Por lo menos nos gustaría que el concilio se percate de esto antes de calificar nuestro trabajo como delito menor”, agrega el vendedor.

Caridad Vasquez, otra vendedora ambulante en las calles de Los Ángeles, explica que aunque no vende sus antojitos en los parques, esta ordenanza va a perjudicar a miles de familias en su economía.

“Aquí en Boyle Heights hemos estado unos siete años en la lucha para obtener permisos para vender. De aprobarse esta ordenanza por completo, esto va a ser un caos. Así que estos días, los vendedores de esta zona vamos a pedir una junta con nuestro concejal José Huizar, ya que se nos había prometido que se nos iba a ayudar”, dice Vasquez.

Tanto García como Vasquez son la cara de unos 50 mil vendedores en la ciudad que operan sin permiso de venta.

“Estos vendedores son personas honradas que busca ganarse el pan con el sudor de su frente. Debemos ayudarlos en lugar de prohibirles el trabajo”, dijo Isela Gracián, vicepresidenta de operaciones de la Corporación Comunitaria del Este de Los Angeles (ELACC).

“En cuestión de la prohibición es algo que seguimos en desacuerdo como en la campaña de vendedores ambulantes. Queremos que el concilio siga trabajando en una ordenanza comprensiva como se ha venido trabajando hasta ahora”, agregó.

Por su parte, los concejales Curren Price (D-9), Jose Huizar (D-14) y Gil Cedillo (D-1), se mostraron contra la ordenanza, ya que estas comunidades son las que más vendedores tienen.

“La ciudad está a punto de salir a decir que si se te pesca vendiendo paletas en el parque, se te puede negar la ciudadanía por el resto de tu vida”, dijo Cedillo durante la junta. “Para mí eso es simplemente un costo muy alto por el crimen”.

Agrega que la ordenanza es muy vaga sobre los vendedores que están en la mira.

El concejal Price se encuentra enojado, ya que el es autor de una medida en la que ha estado trabajando durante un año, y que la ciudad actualmente discute, para darle apoyo a los vendedores de la ciudad en conseguir permisos.

“El concejal Price y el concejal Huizar han estado trabajando en la medida para legalizar los negocios ambulantes, claro que las personas tendrán que tener ciertos permisos y cumplir ciertos requisitos, pero se trabaja en ello”, dijo Angelina Valencia, directora de comunicaciones del concejal.

“El concejal Price voto contra la ordenanza ayer porque cree que debemos de establecer un sistema de permisos en todo Los Ángeles, antes de cambiar la leyes en los parques y playas. Él también está en contra de que los vendedores ambulantes enfrenten cargos de delito menor porque no es justo que sean criminalizados”, enfatizó Valencia.

La ciudad especificó que la ordenanza no solo se dirige a los que venden antojitos sino también a aquellos que venden otros artículos y prestan servicios en caballitos.

Por su parte, el concejal Mitch O’Farrell indicó que la prohibición está bien pensada y bien explicada. “Le brinda a la ciudad esa protección que hemos necesitado durante años”.

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