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Obama responde con $1,000 millones para prisiones privadas ante crisis humanitaria de niños centroamericanos, asegura investigación

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La ola sin precedentes de menores centroamericanos no acompañados registrada en el 2014, fue recibida con millonaria inversión en cárceles y centros de detención por parte de la administración del presidente Barack Obama, aseguró una investigación el diario The Washington Post.

El reporte indica que el gobierno federal firmó un contrato por 1,000 millones de dólares con la Corrections Corporation of America (CCA), la empresa privada más grande de prisiones en el país, para que en el lapso de cuatro años recibiera en sus instalaciones a mujeres y menores que buscan asilo.

“La administración de Obama omitió el proceso de licitación pública estándar y llegó a un acuerdo que ofreció condiciones generosas”, señaló publicación, en la que se destacó que CCA recibirá los fondos acordados “independientemente de cuántas personas estén detenidas en sus instalaciones”.

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La medida, calificada como poco humanitaria, sostienen defensores de los inmigrantes solo viene a confirmar la política ineficaz del gobierno federal para abordar un problema regional originado por la violencia que afecta en mayor magnitud a Guatemala, El Salvador y Honduras.

Juan José Gutiérrez, director de Vamos Unidos USA, condenó la política implementada por Obama, al tiempo que reiteró que se suma al legado negativo de esta administración que está marcada por las más de 2,5 millones de deportaciones, así como por la falsa promesa de la reforma migratoria.

“Es una puñalada trapera a las expectativas del pueblo trabajador inmigrante, [por parte] de un hijo de afroamericanos que llegó a la presidencia gracias al sacrificio y lucha de todos los mártires de la lucha civil, como el doctor Martin Luther King. Es algo totalmente abominable”, señaló el activista.

Lo que deja al descubierto, manifestó Isabel García, portavoz de la Coalición de Derechos Humanos en Tucson, Arizona es que la respuesta que dio el gobierno federal es parte de la militarización en la frontera sur entre México y Guatemala, donde se ha impuesto una política represiva.

“Para nada importan los derechos humanos, se está instalando un aparato antihumano”, planteó García, al cuestionar que la ola migratoria del triángulo norte de Centro América es resultado no solo de la violencia actual, sino de la pobreza y corrupción en una región controlada por Estados Unidos.

Desde el 2010 han ingresado a la Unión Americana más de 200 mil menores de edad no acompañados. Sin embargo, en el 2014 la ola migratoria más grande de los últimos tiempos rompió los récords, con alrededor de 68,541 niños y adolescentes cruzando el Río Grande.

A juicio de Raúl Hinojosa, profesor del Departamento de Estudios Chicanos de la Universidad de California en Los Ángeles, si los fondos del contrato con CCA se hubiesen entregado a los menores inmigrantes podrían haber recibido alrededor de 14,705 dólares por cada uno.

“No estaban preparados para tener a jóvenes inmigrantes no acompañados; entonces vieron que podría convertirse en una crisis política masiva y se les ocurrió crear centros de detención masivos”, analizó Hinojosa. “Es un gasto absurdo, ese dinero pudo haber creado un empleo por cada joven”.

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