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Los que no aplicaron a DACA respiran tranquilos, los beneficiarios desarrollarán movilizaciones

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A pesar de la gran movilización que se generó para inscribir a jóvenes en el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca), cuando se aprobó en el 2012, muchos se resistieron a recibir este beneficio migratorio, ahora ellos permanecen en aparente calma.

“Cuando estás contento que no aplicaste para Daca”, publicó Jonathan P., en su cuenta de Facebook, después de las elecciones presidenciales, algo que causó sorpresa entre sus contactos en esa red social debido al activismos del muchacho. “Trata de encontrarme Trump”, agregó.

Este programa tiene amparados a 741,546 jóvenes, es decir el 63% de la población elegible, la cual según el Migration Policy Institute (MPI), era de 1.3 millones de personas. Eso significa que un poco más de medio millón no enviaron la solicitud al Servicio de Inmigración y Ciudadanía de EEUU.

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“No voy a ser deportado así que ¿por qué?”, respondió Jonathan a las preguntas que le planteaban sobre las causas porqué no aplicó.

Lidieth Arévalo, residente en Los Ángeles desde el 2005, se amparó a esta iniciativa y en diciembre de 2015 regresó a su natal El Salvador como parte de un programa académico. Esta joven, de 24 años de edad, trata de ser positiva aunque entiende los riesgos existentes.

“Ahora se siente un poco más de miedo”, admitió la graduada de una Licenciatura en Cine, que se prepara a salir hacia México bajo el programa estudiantil para ‘dreamers’, creado por el Centro de Estudios California-México, en el que participarán 24 jóvenes.

“Es difícil, pero siempre soy optimista y espero que se reconozca a los inmigrantes que no somos de alto riesgo, a los que estamos apoyando al país”, añadió Arévalo, autora del documental “Sin Raíz”, en el que narra la experiencia de jóvenes que por Daca se pudieron reencontrar con sus familiares.

A juicio de Michelle Mittelstadt, vocera del MPI, la administración del presidente Barack Obama fue clara que no es posible tener el perdón a la deportación, y que en todo caso, sería el Congreso el único que podría darles otro estatus diferente al programa temporal en el que se encuentran.

Al basarse en las declaraciones de Donald Trump, al afirmar que las deportaciones se enfocarían en las personas con antecedentes criminales, el escenario pinta diferente.

“Presumiblemente, muy pocos receptores de Daca serían prioridades para la remoción bajo el plan recientemente delineado por el señor Trump, que se centraría en la eliminación de los no ciudadanos con antecedentes penales”, subrayó Mittelstadt.

En el pasado, alivios discresionales como los programas Estatus de Protección Temporal (TPS) y el 245(i), explicó el abogado de inmigración Álex Gálvez, a los que no aplicaron se les dejó afuera y, al final, esas iniciativas siguieron vigentes.

En el vocabulario jurídico, agregó el especialista, existe el concepto que se denomina “reliant”, que significa: confiado. En ese caso, considera que los jóvenes tienen ese respaldo. “Pueden utilizar esa justificación y decir que dependieron de la ley al momento de ampararse”, indicó.

“Estos jóvenes representan lo mejor de los indocumentados, el presidente se va a centrar en el muro y en los criminales”, agregó Gálvez. “Los que se encuentran en el programa Daca y no lo han renovado, es un gran error, porque de todas formas las autoridades tienen su información”.

La red United We Dream, con base en la vigencia del programa estipulado hasta el 20 de enero de 2017, están pidiendo a las personas que quieren inscribirse por primera vez que no lo hagan, porque no se cuenta con el tiempo suficiente para procesarse la solicitud.

De igual forma, a los que van a salir del país se les aconseja regresar antes del vencimiento de esta iniciativa; entretanto, a los que están registrados se les pide que procesen la renovación.

Mientras el tiempo avanza, los jóvenes han recibido con beneplácito la iniciativa del senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, quien según iniformó el portal Político prepara un proyecto de ley que tendría el apoyo bipartidista para proteger a los beneficiarios de Daca.

“Hay que ver que tanto apoyo tiene esta iniciativa de ley”, valoró Luis Aguilar, ‘dreamer’ y coordinador de voluntarios de Casa Maryland, con sede en Washington D.C., porque los beneficiarios de este programa están listos para movilizarse.

“Muchos ya se están organizando en las universidades, viendo como se puede hacer cabildeo en el Senado, pero las acciones se van a incrementar en cuanto llegue enero y no se descarta que la gente salga a las calles”, concluyó Aguilar.

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