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La violencia aumenta y azota al Sur de Los Ángeles: “No podemos ignorarla y querer salir de esto”

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Treinta minutos antes de que la junta iniciara en una iglesia en el Sur de Los Ángeles, el estacionamiento ya estaba lleno.

Cientos de personas llenaron el domingo las bancas de la iglesia Metodista, Hamilton United, -eran tantos que muchos permanecieron parados en la zona del coro. Había funcionarios locales, activistas y trabajadores de intervención pandilleril. Además había comandantes de la Policía de L.A. (LAPD), y miembros de la Comisión de Policía. También había madres a quienes les habían asesinado a sus hijos en las calles de la ciudad y un hombre que había sido balaceado hace un mes.

El objetivo: Detener la violencia que está azotando al Sur de L.A.

“Vamos a tomar a nuestra comunidad de regreso”, dijo el concejal Curren Price. “No podemos ignorarla –la violencia- y querer salir de esto, ¿verdad?”.

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Inmediatamente, los asistentes se desbordaron en aplausos.

El concejal Marqueece Harris-Dawson había organizado la reunión solo unos días antes, buscando una forma de darle a los residentes del área una oportunidad para hablar sobre el incremento de la violencia en la zona –particularmente en el número de asesinatos que ha habido. El funcionario dijo que quería que la gente hablara de cómo le está afectando la violencia, para asegurarse que sus voces fueran escuchadas por los representantes políticos y la policía, que buscan soluciones.

“Lo que está claro aquí es que todavía hay mucho por aclarar”, dijo Harris-Dawson. “Ya sea que sean sobrevivientes a balaceras, madres que perdieron a sus hijos o un policía que pensaba que tenía todo bajo control”.

Para el 5 de septiembre, 191 personas ya había perecido en la ciudad de L.A., en lo que va del año –un 4.4% más alto que el mismo período en el 2014, según información del LAPD.

Sin embargo, el mes de agosto fue particularmente más sangriento, con 39 personas asesinadas en toda la ciudad, el número más alto en un mes desde el 2009. Y cerca de a mitad de los asesinatos ocurrieron en el Sur de L.A.

Policías y líderes del área han estado trabajando juntos para disminuir la violencia, el cual es atribuida, principalmente a las pandillas. Las autoridades dijeron que hay más agentes patrullando en lugares peligrosos y el departamento había incrementado sus esfuerzos para trabajar con la comunidad, al mismo tiempo de pedir ayuda a las iglesias y a los trabajadores de intervención de pandillas.

El domingo, Bill Scott, subjefe del LAPD, dijo que el 80% de los homicidios en el Sur de L.A. este año fueron relacionadas a la violencia pandilleril. Pero agregó, existe una gran falta de apoyo en la educación, empleos y otros programas que ayuden a la comunidad a salir adelante.

Scott agregó que los medios sociales también habían sido utilizados para incrementar las agresiones, refiriéndose a la balacera ocurrida en agosto en donde apareció una foto de dos hombres ensangrentados en la banqueta y que circuló en Twitter e Instagram

“Estos tipos de anuncios “van a causar problemas”, dijo Scott. “Tenemos que encontrar soluciones concretas’.

Los activistas, residentes y otros miembros de la audiencia hicieron un llamado a los funcionarios en el evento –Karen Bass, Lucille Roybal-Allard y Holly Mitchell- para traer más recursos a su vecindario, más dinero para programas de intervención pandilleril y más empleo para la gente joven.

Aqeela Sherrills, una activista que es conocida por ayudar y trabajar con las pandillas, dijo que los trabajadores de intervención pandilleril son cruciales para reducir la violencia porque ellos viven y duermen en las comunidades que son más afectadas.

“Se espera que esto sea una estrategia a largo tiempo”, dijo Sherrills, mientras la gente en la junta parecía respaldarla. “Tenemos que estar mirando a futuro y entrenar a nuestra próxima generación de intervencionistas.

Otros residentes miraban a sus vecinos y dijeron que dependía de la comunidad el cuidar a sus hijos.

“Tenemos que cuidarnos nosotros mismos”, dijo una individuo. “Regresar a casa y asegurarnos que nuestros hijos están en nuestro hogar”.

Thomas Wilson habló a través de una mandíbula que le había sido conectada artificialmente, como resultado de una balacera afuera de un lavado de autos. Él era uno de los dos hombres que Scott había mencionado en una fotografía en las redes sociales. El otro, Delshon Eugene Hayes, había sido asesinado.

Wilson dijo que las autoridades pensaron que él –Eugene Hayes- ya estaba muerto y no le ayudaron lo suficientemente rápido, lo que permitió que personas que pasaron por el lugar tomaran fotos de su cuerpo que yacía en la banqueta.

Más tarde Scott se disculpó con Wilson.

Cuando la junta terminó, Tanya Summerise-Carter caminó hacia las puertas de la iglesia. Ella tenía escrito en su playera los nombres de sus dos hijos, ambos asesinados en dos balaceras con 12 años de diferencia.

La residente de L.A., tiene todavía un hijo y dijo que hará todo lo que está de su parte para mantenerlo seguro. Pero insistió que la comunidad tiene que involucrarse en lo que hacen sus hijos.

“Son nuestros hijos los que están haciendo los asesinatos”, dijo Tanya. “Y son nuestros hijos los que están siendo asesinados”.

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