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La rendición de cuentas, uno de los desafíos para combatir la brutalidad policial en L.A.

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La investigación “Latinos, los que más mueren a manos de la policía”, realizada por HOY Los Ángeles, generó diferentes reacciones entre líderes angelinos, al conocerse que entre el 2015 y julio de 2016 la cifra de latinos muertos en manos de agencias de la ley triplicó a los afroamericanos.

En los últimos 19 meses, según el detallado informe, en el Condado de Los Ángeles fueron asesinados 35 latinos, mientras que la comunidad afroamericana perdió a 11 personas en el mismo período, en su mayoría víctimas de alguaciles (45.7%) y policías angelinos (40%).

“Cada vida [que se pierde] es mucho, tenemos que unirnos todos, los negros y latinos; a la policía lo que le interesa es la ley, la vida no importa, entonces vamos a trabajar juntos para cambiar la ley”, señaló Aloni Bonilla, joven sobreviviente de abuso de autoridad de un agente de la Patrulla de Caminos.

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El reporte indica, además, que al sumar las víctimas registradas desde el 2000 a la fecha el total de latinos asesinados asciende a 347, mientras que uniendo la cantidad de homicidios entre afroamericanos y anglosajones todavía se quedan cortos, con una cifra de 307.

Esta realidad, a juicio de Ron Góchez, director político de la organización Unión del Barrio, explica porqué el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) es considerado el más asesino del país, asimismo cuestiona el rol de los funcionarios de ascendencia latina por no levantar la voz.

“Aunque muchas veces tienen apellidos latinos no trabajan por los intereses de nuestra comunidad”, apuntaló el activista afincado en el Sur de Los Ángeles, agregando que los políticos anteponen sus campañas de reelección y no critican a los policías porque el sindicato eroga cuantiosas sumas de dinero.

“Esto no va a cambiar hasta que la comunidad llegue a tener el poder de forzar a los policías de cambiar su comportamiento”, planteó, por lo que considera urgente que los miembros de la Comisión de Policía de L.A. no sean nombramiento de dedo, sino de elección popular.

A escala nacional, “Black Lives Matter” (La vida de los negros importa) ha generado diferentes movilizaciones por los crímenes de afroamericanos. Pete White, director ejecutivo de Los Angeles Community Action Network e integrante de este movimiento, condena los ataques a los latinos.

“Los homicidios de los latinos deben causar grave preocupación para todos, porque realmente estamos conectados”, aseguró el líder local sacando a la luz el silencio del alcalde de Los Ángeles, la junta de supervisores del Condado, la fiscal del Distrito Jackie Lacey y del Departamento del Sheriff.

Ese silencio no garantiza que el problema se solucionará a través de la espera paciente, subrayó White, diciendo que “no hay un deseo de las agencias de la ley para cambiar esta realidad mortal”.

La investigación identificó que Boyle Heights (11.4%), South Gate (8.6%), East Los Ángeles (5.7%), Sur Centro (5.7%) y Long Beach (5.7%), son los vecindarios con mayor número de homicidios en manos de los alguaciles y policías.

Curren Price, concejal del Distrito 9 de L.A. y cuya jurisdicción incluye el Sur de la ciudad, califica este hecho como algo alarmante; eso lo ha llevado a abogar para que, en la región que gobierna, los oficiales se conecten con los habitantes más allá del patrullaje de rutina.

“Creo firmemente en la policía comunitaria y [que] las relaciones comunitarias saludables son necesarias para restaurar la confianza mutua y abordar el problema. Esto será fundamental a medida que avancemos del diálogo a la acción”, reflexionó Price.

A criterio del alcalde Eric Garcetti la solución a este problema pasa por una conversación cordial, en la que se encuentren áreas en común.

“Estoy comprometido a fomentar esta concordia en Los Angeles, sin excluir a ningún grupo, en ambientes productivos y civiles. Nuestro trabajo es demasiado urgente para hacerlo solos, y cada angelino debe ser bienvenido a unirse a esta conversación”, aseguró el edil.

En este debate, Celia Lacayo, socióloga e investigadora de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), sostiene que las autoridades no desarrollan mayor presión a las agencias del orden porque muchas veces los latinos asesinados son indocumentados y no representan votos.

La experta en relaciones interraciales considera también que los mismos hispanos criminalizan a las víctimas, aunque hayan sido inocentes.

“[Los agentes] necesitan entrenamiento para que sepan comunicarse con la comunidad latina”, aseveró Lacayo. “Se necesita más liderazgo en este tema; es algo muy crítico y no estamos hablando sobre el latino como lo hacen Black Lives Matter, tenemos que incorporarlo a la narrativa”.

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