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La falta de la vista no le dañó su visión de ayudar por medio del canto y la motivación

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El ser invidente de nacimiento no le empañó la visión a la mexicana Sandy Caldera para convertirse en sicóloga, ni la misión de ayudar a la comunidad como entrenadora de vida.

A la edad de 35 años, la originaria de Jerez, Zacatecas, participa en varios programas radiales en Tijuana (México) y en Los Ángeles, San Diego y Arizona (en Estados Unidos), alentado a la gente a llevar una vida productiva, a pesar de sus impedimentos físicos u otros barreras.

“La vida no se acaba cuando alguna parte de tu cuerpo no funciona al 100 por ciento. A lo contrario, es otro reto que debes de tomar para aprender más de ti y ayudar a otros”, afirmó.

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En el sexto mes de gestación, la madre de Caldera sufrió el contagio de rubeola; de esa manera, le causó la muerte o atrofia en el nervio óptico en ambos ojos de Sandy, además de la malformación en la retina, por lo que fue imposible que la niña algún día pudiera recuperar la vista.

A pesar de visitar numerosos expertos, la respuesta siempre era la misma: “El problema es inoperable y no hay trasplantes que se puedan realizar”, era la respuesta que recibían.

Una de las cosas que ayudaron a Caldera a superar su condición fue su amor a Dios y el canto, por lo que a la edad de nueve años, hizo su primera grabación con el propósito de obtener fondos, destinados a construir un salón comedor para los niños pobres de Tijuana.

Con el paso del tiempo, la niña empezó a ser reconocida por su canto.

A la edad de quince años, fue enviada a París, Francia. Acudió cmo representante hispana a la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Juan Pablo II de felices memoria, además de lograr cantar inclusive para la Madre Teresa de Calcuta.

Aparte de su vida como cantante, la joven estudió sicología familiar, también se casó y tuvo una hija, ahora 10 años de edad.

Lo mejor de todo, sin embargo, es que Caldera recibió un milagro de Dios, aseguró.

“Recibí la noticia de que soy uno de los tres milagros clínicos en el mundo, que sin poder haber una explicación lógica desde el punto de vista médico, puedo tener hasta un buen porcentaje de visión”, dice la sicóloga.

“Me gusta motivar a la comunidad porque amo al ser humano, que en muchas ocasiones nos sentimos tristes por cosas que tienen solución. Y necesitamos que alguien nos empuje un poco para salir adelante”, agrega.

Caldera se dirige a los latinos de Estados Unidos, y les pide “tener fe en sí mismos”, y “aferrase a sus sueños sin importar el estatus migratorio”.

La mexicana también trabaja para diferentes fundaciones, entre ellas la fundación Carita de Ángel, que se dedica a brindar apoyo a niños que enfrentan la realidad del cáncer.

También trabajar en favor de los matrimonios, por medio de eventos que contribuyen a rescatar la relación de parejas.

“Los sueños nos los da Dios. Él también nos da los talentos y las ganas de luchar, por eso muchos vienen a este país a luchar. Sin importar lo que les diga el nuevo presidente, sigan adelante”, concluyó.

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