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La detección del uso de drogas debe ser parte de la atención primaria, recomienda estudio de UCLA

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El uso indebido de las drogas recetadas e ilícitas es tan frecuente en Tijuana y el Este de Los Ángeles que las clínicas comunitarias en esas áreas deben rutinariamente identificarlas, aunque sea discretamente, según un nuevo estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

El estudio, publicado en la revista “Substance Use and Misuse”, encontró que el 19.4% de los angelinos que respondieron a una encuesta, auto-administrada en clínicas comunitarias, admitió un uso de drogas de moderado a alto, mientras que en los tijuanenses el índice fue del 5.7%.

Las tasas de uso de drogas entre los participantes en el estudio fueron mucho mayores que lo que se ha encontrado en las encuestas de hogares en los dos países.

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Los investigadores también encontraron que los pacientes de L.A. nacidos en México eran dos veces más probables, y los angelinos nacidos en la Unión Americana tenían seis veces más probabilidades de consumir drogas de moderado a alto en comparación con los oriundos de Tijuana, nacidos en suelo azteca.

“Las expectativas predominantes eran que el alcohol sería el problema principal y el uso de drogas sería más bajo”, explicó Lillian Gelberg, investigadora y profesora de Medicina Familia en la Escuela de Medicina David Geffen de UCLA.

“Pero lo que encontramos fue que la tasa de uso problemático de drogas - es decir, uso de moderado a alto - era muy similar al problema del consumo de alcohol”, agregó la académica.

El consumo de alcohol, de moderado a alto, fue del 15.2% en L.A., en comparación al 6.5% encontrado en Tijuana; entretanto, el consumo de tabaco fue del 20.4% en el Este de la ciudad, mientras que en la ciudad mexicana fue de 16.2%.

Melvin Rico, coordinador de investigaciones clínicas del Departamento de Medicina Familiar de UCLA, consideró que las tasas de consumo de droga son suficientemente altas en las dos ciudades, como para que la detección de estupefacientes, alcohol y tabaco se integre a la atención primaria en las clínicas a ambos lados de la frontera.

“Ser capaz de llegar a una población vulnerable mientras se espera a un médico es, pienso, muy importante”, subrayó Rico.

Para este estudio, realizado entre marzo y octubre de 2013, se contó con 2,507 adultos en L.A. y 2,890 en Tijuana, a quienes se les suministró una herramienta sencilla que permitía a los participantes hacer el reporte de forma anónima en una tableta de computadora con una pantalla táctil.

Debido al estigma asociado con el uso de drogas, los investigadores actuaron con sensibilidad, combinando las preguntas sobre el consumo de sustancias con otras sobre nutrición, ejercicio y enfermedades crónicas, indicaron los investigadores.

La herramienta utilizada además podía cambiar fácilmente las preguntas entre el inglés y el español, adaptando el enfoque a los latinos en México, cuya cultura y características tenían diferencias en comparación con los del Sur de California.

Los participantes tomaron la encuesta mientras estaban en la sala de espera de la clínica, y tomó muy poco tiempo, un promedio de 1.3 minutos en Tijuana y 4.2 minutos en Los Ángeles.

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