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La Arquidiócesis de L.A. se defiende tras reporte sobre cientos de sacerdotes pederastas

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Tras una demanda en contra varias diócesis de California y Chicago, así como un reporte que revela el historial de más de 300 sacerdotes pederastas, la Arquidiócesis de Los Ángeles salió a defenderse.

De acuerdo a la entidad, la queja y el informe presentados por el abogado Jeff Anderson se basan en información que se hizo pública por la Arquidiócesis en el año 2013.

Esta información, sostiene, se lanzó junto con los archivos del clero de la Arquidiócesis relacionados con el acuerdo global de 2007, así como el Informe de 2004 a la Gente de Dios y otra información y disponible públicamente durante más de una década.

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“La Arquidiócesis también ha colaborado en tres investigaciones del gran jurado en nuestros esfuerzos por llegar y cooperar con la policía en asuntos de abuso. Los archivos del clero y otra información se pueden encontrar en https://clergyfiles.la-archdiocese.org/listing.html”, sostiene.

El informe de Anderson apuntó a las diócesis como cómplices de los sacerdotes pederastas por esconder sus paraderos, identidad e inclusive moverlos con tácticas geográficas a otras iglesias a nivel global, a pesar de saber sus historiales de abuso.

No obstante, la Arquidiócesis agrega que han reconocido y asumido la responsabilidad por los fracasos y errores en la forma en que se manejaron los casos de abuso en el pasado e instituyó una estricta política de “tolerancia cero”.

Todo eso para garantizar que las denuncias de abuso se notificarían a las autoridades y que cualquier persona que cometiera abuso - ya sea un sacerdote, diácono, religioso o laico - sería responsable y removido permanentemente del ministerio en la Arquidiócesis.

Añade que además han “instituido programas de prevención y denuncia de abusos para adultos y menores; huellas dactilares y verificación de antecedentes para empleados y voluntarios en parroquias y escuelas; programas de formación del clero para prevenir abusos; y una Oficina del Ministerio de Asistencia a las Víctimas para brindar atención y apoyo pastoral a las víctimas, así como para garantizar que se informe a las autoridades policiales”.

De acuerdo a la Arquidiócesis, desde que se establecieron estos programas hace más de 15 años, más de 329,000 adultos han sido capacitados en la prevención y el reporte de abusos; 1.4 millones de estudiantes de escuelas católicas han recibido una capacitación apropiada para su edad que les enseña a comprender los límites apropiados e inapropiados.

Asimismo, les brinda las herramientas que les permiten actuar e informar si se sienten incómodos, asustados o confundidos; y a más de 168,000 adultos se les tomaron las huellas dactilares y se les realizó una verificación de antecedentes.

No obstante, reconoce que “estos programas y políticas no eliminan el daño real que se hizo y la confianza que se ha roto en la Iglesia”.

Sin embargo, son un testimonio del compromiso de la gente de la Arquidiócesis, la mayoría de los cuales son católicos laicos que han trabajado durante casi tres décadas para implementar y llevar a cabo estos programas para garantizar:

  • Que el abuso sea reportado a la policía e investigado sin importar el estatuto de limitaciones;
  • Que las víctimas sobrevivientes y sus familias reciban apoyo de curación; y
  • Que cualquier persona que haya abusado de un menor en cualquier momento de sus vidas, sin importar si un miembro del clero o un laico, no puede servir en ninguna capacidad en la Arquidiócesis bajo tolerancia cero.

A juicio del abogado Anderson, el problema es que los obispos y arzobispos de altos rangos en las iglesias no han sido perseguidos, multados o condenados por las autoridades a pesar de esconder a los pederastas.

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