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Jill Stein y Gary Johnson buscan los votos de los seguidores de Sanders y los inconformes de Trump y Hillary

Jill Stein, candidata presidencial del partido verde, habla con seguidores de Bernie Sanders a quienes se está acercando para sumarlos a su causa.

Jill Stein, candidata presidencial del partido verde, habla con seguidores de Bernie Sanders a quienes se está acercando para sumarlos a su causa.

(PATRICK T. FALLON / AFP/Getty Images)
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La enconada rivalidad entre Donald Trump, candidato por el partido republicano y Hillary Clinton, nominada demócrata, opaca a los más de 13 aspirantes que se han registrado para relevar a Barack Obama en la Casa Blanca, cuando en noviembre se disputen los votos de los estadounidenses.

En esta contienda compiten por la silla presidencial Darrell Castle (Partido de la Constitución de Estados Unidos), Jill Stein (Verde) y Gary Johnson (Libertario), inscritos en más de 20 estados, asimismo hay 10 partidos adicionales que presentan candidato en al menos un estado.

“En este momento tenemos una oportunidad real de cambiar nuestro sistema político amañado”, indicó la aspirante del partido verde en un comunicado de prensa cuando Bernie Sanders anunció que apoyaría a Clinton, a la que cuestionó con dureza en la campaña por hacerse con la nominación.

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Stein, de 66 años de edad, es médico y activista originaria de Chicago (Illinois). En el 2012 compitió en las elecciones cuando se reeligió a Obama, ella recibió cerca de 500 mil votos. Con la salida del senador de Vermont del ruedo, la candidata de izquierda no baja el dedo del renglón.

Esta candidata afirma que el cambio no va a venir por medio del partido demócrata, por eso considera que si la población quiere cambios en la economía, sistema de justicia racial, salud y apostar por energía renovable y conservación del medio ambiente, ella es la indicada para hacerlo.

“Le pido a la creciente mayoría independiente a exigir nuestra inclusión en los debates presidenciales”, exhortó Stein al asegurar que el 60% de los estadounidenses quiere un partido nuevo, porque se puede reunir a la población detrás de un plan “que funcione para todos”.

El empresario Gary Johnson, por su parte, fue gobernador de Nuevo México entre 1995 y 2003 por parte del partido republicano. En el 2012 se postuló para llegar a la Oficina Oval bajo la bandera del partido libertario, institución que lo llevará nuevamente para los comicios de noviembre.

“Tuve éxito [como gobernador] porque traje un tipo de conservadurismo fiscal, junto con el respeto a las personas con diferentes estilos de vida”, aseguró Johnson a HOY. “Estados Unidos necesita un candidato presidencial que crea en el libre mercado, pero que rechace el capitalismo de amigos”.

Esa fórmula cree que podría implementarla a lo largo de la nación si los votantes le dan su respaldo, sostiene el candidato de 63 años de edad. Si después de un mandato, a la población “no le gusta la paz, prosperidad y libertad” tienen a los aspirantes demócrata y republicano para que lo sustituyan, aseveró.

“Las cosas que Trump está diciendo acerca de, por ejemplo, los inmigrantes mexicanos y los musulmanes es simplemente incendiario”, valoró el aspirante del partido libertario, agregando que “Hillary Clinton es la definición del ‘stablishment’ que muchos están decididos a rechazar”.

En los comicios a realizarse el 8 de noviembre próximo, según el Centro Pew, serán eligibles para votar 225,778 personas en toda la Unión Americana, es decir el 5% más que en el 2012. De ellos, los tres grupos más grandes serán los anglosajones (156,084), afroamericanos (27,402) y latinos (27,302).

Debido a la tradición estadounidense, los votos se repartirán principalmente entre demócratas y republicanos, algo que Alberto Juárez, profesor de Ciencias Políticas del Colegio Comunitario de Pasadena, considera que se debe a la falta de empuje de los partidos minoritarios.

“Se requiere mucho dinero para establecerse a nivel nacional y las corporaciones no van a financiar un partido nuevo, no les conviene repartir [los recursos financieros] con otros partidos; de esa forma pueden manipular fácilmente a los legisladores”, advirtió el académico.

En la actual contienda, cuando se tiene un final de campaña cuerpo a cuerpo, el desenlace será cerrado. Octavio Pescador, profesor del Instituto Paulo Freire de la Universidad de California en Los Ángeles, asegura que los votantes inconformes marcarán la diferencia.

“Ese tercer partido es una opción para los seguidores de Bernie Sanders; los votos no alineados van a irse a la izquierda, con el partido verde, aunque no van a tener posibilidad de obtener la presidencia, pero si hicieran un esfuerzo estratégico podría quitarle votos a Clinton”, indicó Pescador.

En ese sentido, el investigador agregó que el partido demócrata en este momento tiene una leve ventaja por las tendencias expresadas por los votantes en estados claves como Florida, Ohio, Indiana, Iowa y Pennsylvania, pero con Trump en el escenario el cierre será impredecible.

En una encuesta a escala nacional, realizada por CNN entre el viernes y el domingo anterior, Trump obtuvo el 48% de la intención de voto, mientras que Clinton alcanzó el 45%, el sondeo más favorable al magnate desde septiembre de 2015.

En contraparte, la cadena televisiva CBS News mostró otro sondeo en el que los dos candidatos aparecen empatados con un 42%.

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