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Hombre muerto por la policía no padecía de enfermedad mental, dice abogado

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El afroamericano abatido el martes por oficiales de la policía en El Cajón, California, no padecía de problemas mentales sino de un colapso nervioso derivado de la pérdida de un amigo cercano, reveló hoy un abogado que asesora a la familia.

“Todos hemos pasado por algo así, yo no sé si alguien con mi color de piel hubiera terminado muerto porque tuvo un mal día, pero eso fue lo que pasó aquí, él estaba desarmado”, declaró el letrado en rueda de prensa.

El Departamento de Policía de El Cajón ha argumentado que recibió un reporte de un hombre que actuaba de manera “errática”.

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Una vez en el lugar, dos oficiales pidieron al hombre retirar sus manos del bolsillo, no obstante éste no acató la orden de los agentes y habría sacado un objeto del pantalón y extendido los brazos “en posición de tiro”, por lo que uno de los oficiales detonó su arma en múltiples ocasiones.

Un día más tarde, tras las investigaciones, la policía informó que dicho objeto era un cigarrillo electrónico.

“El vaporizador tiene un cilindro plateado de 2.5 centímetros de diámetro y 7.5 de longitud con el que apuntó al agente”, explicó la Policía de El Cajón en un comunicado.

Pamela Benge, madre del difunto Alfred Okwera Olango, exigió respuestas a las autoridades, ya que reiteró que su hijo no hizo nada que justificara el accionar de los dos oficiales.

“Él solo necesitaba alguien que lo calmara”, subrayó. “Mi hijo era un hombre bueno y amado, tenía solo 38 años, yo quería que su futuro fuera más que solo eso”, agregó.

Desde el momento del incidente registrado la tarde del martes en un suburbio al este del condado San Diego, varias protestas han sido organizadas, lo que llevó a los activistas defensores de derechos humanos a hacer un llamado a continuar manifestándose sin ocasionar disturbios.

“No podemos tener manifestantes violentos y no podemos tener protestas que no sean pacíficas”, exhortó el reverendo Shane Harris de la Red Nacional de Acción en San Diego.

“Nosotros creemos que Alfred Olango fue asesinado injustificadamente”, reiteró.

Aunque se cuenta con un vídeo captado por un testigo, hasta el momento, el departamento de policía solo se ha limitado a difundir una imagen en la que se observa a Olango extendiendo sus brazos mientras estaba rodeado por dos oficiales.

También, durante las manifestaciones de ayer, los activistas solicitaron que se realice una investigación federal y que se muestre públicamente el vídeo completo de los hechos para de esta manera tener un mejor entendimiento de lo sucedido.

Laura Duffy, fiscal federal del distrito sur de California, emitió una declaración en la que dijo estar en constante comunicación con autoridades municipales, además que el Departamento de Justicia “está listo” para revisar el caso si la investigación local diera información que insinuara una violación de derechos civiles federales.

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) exigió hoy que exista transparencia durante todo el proceso de investigación para de esta manera, asegurar al público que se busca “restaurar la confianza”.

“Al mostrar una sola imagen sin contexto, pareciera que el Departamento de Policía de El Cajón está más interesado en defender a uno de los suyos que en proveer al público información objetiva”, señaló el organismo en un comunicado.

A su vez, la ACLU recordó que la policía tenía conocimiento previo de que Olango sufría de una enfermedad mental antes de llegar a la escena, por lo que lamentaron que no hubieran llevado a un equipo especializado para lidiar con el individuo.

Alfred Olango, de 38 años, llegó a Estados Unidos en 1991 como refugiado de Uganda.

Según reportes de prensa, autoridades de inmigración intentaron deportarlo casi una década más tarde debido a una ofensa relacionada con drogas, pero su país se rehusó a recibirlo de vuelta por lo que fue puesto en libertad.

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