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Guardianes de menores abusados cuestionan ayuda del condado; supervisores buscan más asistencia

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Guardianes que tienen a su cargo el cuidado de niños bajo el sistema de crianza del condado de Los Ángeles opinan que el condado no hace lo suficiente para asistirlos en su labores de velar por los menores que, a menudo, les son entregados sin previo aviso.

Un reporte de guardianes de familia, confirma el descontento. Según el estudio, estos cuidadores viven al día con ingresos fijos y tiene dificultades para pagar comida, pañales, ropa, cunas y otros servicios necesarios para cuidar a los menores que pasan a formar parte del sistema del Departamento de Servicios de Niños y Familias (DCFS) del condado de Los Ángeles una vez que se confirma que sus padres no están aptos para cuidarlos.

Estos proveedores, que hasta el año pasado eran en un 51 por ciento abuelos de entre 51 a 71 años de edad, tienen también menos probabilidades de tener cobertura de salud, menos educación y menos apoyo financiero para cuidar a un niño a comparación de los padres de crianza que son entrenados.

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En la actualidad, aproximadamente un 52 por ciento de menores de crianza viven con un familiar, cifra que se traduce a casi 9 mil, según Philip Browning, director de DCFS.

Entre los menores de DCFS, un 60 por ciento son latinos, el 25 por ciento son afroamericanos y un 11 por ciento es anglosajón. El 26 por ciento de los menores tiene entre cinco a nueve años de edad, el 20 por ciento tiene menos de dos años y el 12 por ciento tiene de tres a cuatro años de edad.

En reflexión al porcentaje, Browning sostiene que su departamento planea aliarse a diferentes organizaciones comunitarias para que estas puedan proveer servicios directos a los guardianes.

Browning recalca que ahora también los guardianes pueden pedir cuidado de relevo, donde el condado paga 10 dólares por hora a las personas que tengan que cuidar a los menores si los familiares guardianes tienen una emergencia y no pueden asistirlos. El plan, que cubre el cuidado de 72 horas anualmente, anteriormente otorgaba el pago de solo 3 dólares por hora.

El condado ha pedido también la creación de una línea telefónica que opere de 8 a 11 de la noche, para que los guardianes puedan resolver sus preguntas o pedir ayuda.

“En muchas ocasiones, las emergencias ocurren a media noche. Sin recursos, sin advertencias”, sostiene el supervisor Don Knabe.

Para esto, el condado puede ayudar con hasta 2 mil dólares en fondos de emergencia a cada familia, ayuda de la que muchos aun desconocen, asevera.

Asimismo, la supervisora Sheila Kuehl, indica que la asistencia para los guardianes es crítica, ya que ellos son la mejor opciones después de que los niños son separados de sus padres.

La separación “es un momento traumático para ellos (los niños)”, sostiene la Sheila Kuehl. No obstante, “hay muchos casos en los que preferiríamos que los niños se queden con los familiares”, pues “los niños se sienten más identificados con sus parientes”.

El año pasado, la junta adoptó un plan de los supervisora Kuehl y Mark Ridley-Thomas, para ayudar a los familiares con un fondo de 1.25 millones de dólares dirigidos a diferentes agencias para ayudar a las familias.

No obstante, las personas que se beneficiarían del programa dicen que el fondo no es suficiente y urgen al condado nombrar esas agencias y tenerlas donde ellos puedan llegar a estas.

“Yo puedo decir que para que estos centros funcione, deben de tener los fondos apropiados. 125 millones para todo el condado no es suficiente”, dice la señora Reyna Villatoro, quien debe hacerse cargo de su nieta.

Manuel P, otro guardián que no quiso dar su apellido, sostiene: “Hay mucha burocracia y el dinero desaparece fácilmente. El condado puede prometer lo que desee, pero tiene que cumplir y eso se va a reflejar cuando los guardianes dejemos de quejarnos”.

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