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Políticos capitalinos lucran y sacan ventaja de los ‘dreamers’ en México

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En su visita a Los Ángeles la semana pasada, una delegación del Distrito Federal, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, declaró que había conseguido 96 empleos a los ‘dreamers’ en México, pero hasta el momento ya dijeron que no hay un programa específico que ayude a los jóvenes deportados, y no han podido proporcionar la lista de los supuestos beneficiados de los empleos.

A Nancy Landa casi le da un ‘ataque de rabia’ cuando se enteró de que una delegación gubernamental de la Ciudad de México, encabezada por el ingeniero Cárdenas, dijo en Los Ángeles que había conseguido 96 empleos para los soñadores en México y que estaba haciendo todo lo posible para ayudarlos.

Landa por casi seis años a luchado, caminado, tocado puertas y ella misma es víctima del burocratismo, falta de leyes e iniciativas que ayuden a los soñadores que están siendo regresados a México, ya no para conseguirles trabajo, simplemente para regularizar su situación en el país y de esa forma, puedan trabajar o seguir estudiando.

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“Aquí somos miles los que necesitamos ser escuchados y el gobierno no se ha acercado a nosotros en ninguna ocasión”, dice la egresada de la universidad de Northridge, quien ahora es parte de Los Otros Soñadores, un grupo que representa a ese medio millón de jóvenes repatriados a México o que tuvieron que salir voluntariamente de Estados Unidos por no alcanzar un alivio migratorio.

Actualmente, Los Otros Soñadores se quejan de no poder revalidar sus carreras universitarias en México, tener problemas para obtener empleos y acceso médico. Asimismo, denuncian que el gobierno hasta ahora no tiene ningún tipo de programa que los ayude directamente.

“¿Nosotros queremos saber dónde está ese programa para encontrar empleo?, ¿cuándo se anunció en los medios públicos?, ¿por qué no lo sabemos los dreamers de México?”, dijo Landa.

Cuando se contactó a los funcionarios para que hablaran en más detalle sobre el programa donde habían ayudado a los supuestos 96 soñadores, Cárdenas dijo que le preguntáramos al que lo dijo. En otras palabras, al titular de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, Humberto Lozano Avilés, quien fue el que hizo esas declaraciones a los dreamers en Los Ángeles.

Sin embargo, en una entrevista telefónica, Cárdenas declaró que en efecto, no existe ningún programa activo que actualmente ayude a los soñadores.

“Estamos viendo qué es lo que podemos hacer. Estamos dando los primeros pasos”, dijo Cárdenas.

Respeto a su visita a los soñadores de Los Ángeles, Cárdenas sostuvo que era “importante escucharlos porque representan un grupo que se ha distinguido por sus esfuerzos para sobresalir, prepararse y estudiar para servir a su familia y comunidad”.

En cuanto a los más de 90 soñadores que se les otorgó empleo, Cárdenas dijo que no podía hacer declaraciones de otra persona. “Esa información se la tiene que dar la persona que lo dijo”.

Este periódico intentó comunicarse con Lozano Avilés, pero ya había abandonado la comitiva que andaba de gira en Los Ángeles y Chicago.

No obstante, desde el viernes 26 de junio se le han mandado correos electrónicos y se ha tratado de hablar para obtener la lista de los 96 dreamers a los que han ayudado, y un contacto o correo electrónico para hablar con ellos y sus experiencias.

Finalmente, Lozano Avilés ayer lunes respondió en un correo electrónico diciendo que no tenía la información.

“Le pido muy atentamente localice a el Ing. Cárdenas por medio de su oficina. Yo no tengo los datos que usted necesita”, dice el correo de Lozano.

Una vez más se le preguntó a Lozano a qué se refería cuando señaló que su oficina le había dado empleo a decenas de soñadores, y se le volvió a pedir la lista. Sin embargo, ya no hubo respuesta.

Al mismo tiempo, una coordinadora de Medios entre México y Los Ángeles, también trató de comunicarse con la Cámara de Comercio para pedir la información, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.

Realidad

Azul Uribe, otra soñadora de 31 años y deportada en el 2009, dijo que lejos de recibir ayuda, los soñadores son muy criticados y hay cierto ambiente de rechazo.

“Aquí no hay respeto para los soñadores; aparte de que te dicen pocha, gringa, hay un barrera cultural y otra institucional porque las mismas entidades gubernamentales, cuando pides ayuda no saben dártela”, dice Azul.

“Ese programa de ‘Bienvenidos Paisano’ sólo es un folleto que te dan para que te ayudes. Toda información que viene ahí no aplica a nosotros. El papel es una broma”, agrega.

Hasta el momento, lo único que el gobierno ha hecho es aprobar la ley que elimina el requisito de Apostilla para el ingreso al sistema educativo. La Secretaría de Educación Pública (SEP) reveló la medida el 15 de junio para que los niños y jóvenes puedan ingresar a los niveles básicos de escuela. No obstante, esta ayuda sólo beneficia a los dreamers que estudiaron preparatoria en Estados Unidos.

“Yo te puedo decir que soy Santa Claus, pero mientras no te pueda comprobar que le doy juguetes a todos los niños del mundo, entonces no es cierto”, dice Azul, quien padece de depresión a partir de su retorno a México.

“Ni ayuda médica nos proveen. Una psicóloga me dijo, que no debería estar deprimida ya que con los adelantos de la ciencia yo podía ver a mi familia y amigos por Facebook”, agrega Azul.

Mientras que Landa, de 34 años de edad, ni siquiera podía rentar un lugar para vivir. Ella fue deportada en el 2009 después de vivir en Estados Unidos por casi 20 años.

“Llegué al país sin hogar, sin el conocimiento del sistema. No tenía mi cédula de identidad y no sabía ni cómo se conseguía. Sin esta identificación ni siquiera podía rentar un apartamento o comprar un celular. Ninguna entidad del gobierno me dijo, ‘ven te ayudo, te explico lo que tienes que hacer’…”, agrega Landa.

La soñadora subraya que son los propios soñadores los que ayudan y orientan a todos aquellos que acaban de llegar, pero la realidad es que no ha habido grandes mejoras para los estudiantes que siguen llegando.

Según Landa, después de seis años de vivir en el país, la situación es la misma. “Las entidades gubernamentales de México no están preparadas para recibir a los soñadores. No existe un programa de educación o empleo, no ha habido acercamientos del gobierno para platicar”.

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