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Fue prostituida hasta 60 veces al día; ahora Carmen quiere que el público lo sepa

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Carmen creció en una comunidad rural de México, un lugar a cuatro horas de distancia del pueblo al que iba a la escuela.

A pesar de que su familia era muy humilde, la joven logró completar la primaria y salió de su hogar hacia Puebla, para trabajar y seguir estudiando.

Sin embargo, todos sus sueños se opacaron cuando un hombre y sus acompañantes la secuestraron con la ayuda de una compañera de trabajo de nombre Rosi. En ese entonces, ella solo tenía 14 años de edad.

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Ahora Carmen, cuyo apellido no revela por motivos de protección, cuenta su historia ante la comunidad y les dice que la trata sexual existe.

Un día, Carmen y Rosi caminaban por el parque cuando un hombre se les acercó y entabló conversación con la amiga. Casualmente apareció un fotógrafo y un hombre con un pájaro, que supuestamente adivinaba el futuro.

Los tres se tomaron fotos de recuerdo, pero “al fotógrafo se le dañó la cámara y no pudo revelar las fotos instantáneas, así que nos dio un recibo para que regresáramos el siguiente domingo a recogerlas”, relató.

El siguiente domingo, de nuevo Rosi persuadió a Carmen para ir a recoger las fotos.

“De nuevo acepté, pero al caminar dos cuadras con Rosi tuve un mal presentimiento y lamentablemente lo ignoré”, indicó.

“Al llegar a la esquina, se bajaron dos hombres de un auto y se dirigieron hacia nosotras. Era Jaime, el hombre del domingo anterior, y un desconocido que se presentó como Rodo”, manifestó

Mientras Jaime contaba que ya se había hecho novio de Rosi, Rodo le decía “que era aún más bonita en persona que en la foto que le habían mostrado”, señaló Carmen, quien estaba confundida y molesta con su amiga por haberle mentido sobre las fotos.

Carmen se convierte en víctima

En ese momento, los hombres las invitaron a pasear en auto y aunque Carmen se negó al principio, finalmente aceptó con la condición de que regresaran antes del anochecer, pero no sucedió así.

En el transcurso del día, Rosi y su supuesto novio se fueron por su lado, mientras el secuestrador la llevó a una casa donde la dejó varias horas para luego regresar ebrio y violarla.

Cuando Carmen le pidió que la llevara a su casa, el hombre la amenazó.

“Me tomó por los brazos y me sacudió, diciéndome: ‘He tratado de que te quedes conmigo por las buenas, pero si no quieres, será por las malas. Tú de aquí no te vas. Nunca saldrás de aquí’… ”, rememoró.

“Yo lloraba y gritaba pidiendo ayuda mientras él abusaba sexualmente de mí en esa sala. Su familia estaba en un cuarto sin puerta al lado, pero nadie salió a detenerlo. Me sentía sola y aislada, como si nadie más existiera en ese lugar”, dice Carmen.

Fue entonces cuando Carmen se dio cuenta que había sido raptada. El sujeto la amenazó, diciéndole que si intentaba huir su familia lo pagaría con la vida, ya que él sabía dónde vivían y dónde trabajaban.

Carmen recuerda sus palabras: “Me dijo, ‘grábate en la cabeza que de mí nunca saldrás, tú ya me perteneces’…Así continuó mi vida. Se convirtió en un infierno durante seis años”.

La inician como prostituta

Desde entonces, el tratante la explotó por varios meses en bares, calles, vecindades y hoteles, en algunos pueblos de México, hasta que finalmente las redes de trata sexual la traficaron a Estados Unidos.

La explotación continuó en Nueva York.

“Tengo que aclarar que no todas las víctimas son secuestradas, algunas son enamoradas, a otras las engañan con falsas promesas de trabajo… La trata sexual no discrimina ni edad, ni raza, color o religión, tampoco ve si eres una persona tímida o extrovertida”, dice Carmen.

Durante los años de secuestro, la joven trabajaba como prostituta casi 24 horas, con alrededor de 60 clientes por día.

“Pasé a ser un objeto sexual, no le importaba a nadie lo que opinaba y me golpeaban a diario. Para las personas que pedían mis servicios, era como ordenar una pizza porque me llevaban donde los clientes deseaban”, indicó.

Por su parte, los secuestradores le permitían a Carmen hablar con su familia por teléfono. No obstante, ella tenía que decir lo que ellos querían.

“Yo solo me limitaba a decirle a mi familia que estaba bien y que me había mudado a Estados Unidos para trabajar”, dice Carmen.

La joven no entra en detalles sobre cómo fue liberada, pero indica que una pareja de esposos la ayudó. Y en el 2011 la llevaron a la policía para reportar a sus tratantes.

La Campaña “Únete a la Solución”

Carmen lleva seis años libre, lo que le ha permitido ayudar a otras personas en su situación.

En la actualidad, Carmen forma parte de la nueva campaña “Únete a la Solución”, que invita a la comunidad latina en Estados Unidos a tomar acción para prevenir y enfrentar la trata sexual de mujeres y niñas de América Latina.

La campaña, coordinada por la organización global Polaris en colaboración con La Red Hispana, incluye mensajes de multimedia en redes sociales, anuncios en radio y el testimonio de víctimas.

El esfuerzo también ha creado una asociación con organizaciones que prestan servicios a la comunidad latina a nivel nacional.

Entre las organizaciones participantes están The Health Initiative of the Americas y League of United Latin American Citizens, así como otras en las ciudades de Los Ángeles (California), Miami (Florida) y Houston (Texas), lugares donde la trata sexual es más prominente.

“Cuento mi historia porque quiero que la gente sepa que la trata sexual es real. Es importante que reconozcan las señales de las víctimas y las ayuden como me ayudaron a mí”, aseguró.

“Si la persona es tímida, no habla con nadie, no lleva documentos personales con ella, se cambia su identidad, tiene golpes en el cuerpo, no sale de su casa y está siempre rodeada de personas que la transportan a diferentes lugares, es muy probable que es una víctima”, dice Carmen.

Polaris indica que desde el 2007 cuando comenzó a operar la Línea Nacional Contra la Trata de Personas (1-888-373-7888), se han identificado a más 4,300 víctimas con alguna conexión a México o a Centroamérica.

Según el grupo, cerca del 45 por ciento son mujeres y niñas, y casi la mitad son menores de edad, de acuerdo con datos de las llamadas.

En total, se han identificado más de 36 mil casos de la trata de personas a nivel nacional.

“La campaña de concientización es un primer paso para empoderar a las comunidades latinas, que son particularmente blanco de este tipo de trata sexual de personas, con el conocimiento y los recursos para ser parte de la solución”, dijo My Lo Cook, directora de las operaciones estratégicas de Polaris en México.

“Buscamos que la gente tome un rol activo en la lucha y llamen a la linean para denunciar situaciones sospechosas”, dice Cook.

Eugenio Derbez, quien forma parte de la campaña, le pide a la comunidad estar alerta.

“Estas mujeres pueden ser nuestras primas, amigas, hermanas; son mujeres y niñas traídas a Estados Unidos con falsas promesas de una vida mejor, o de un mejor trabajo o promesas de amor, pero luego son forzadas a vender su cuerpo en cantinas o bares”, explica Derbez.

En este momento la campaña se desplaza a Washintong D.C, Maiami, Los Ángeles y México.

Por su parte, Carmen reside en los Estados Unidos y se dedica al cuidado de la salud, mientras su meta es ser doctora o trabajadora social, especialista en el trauma de la trata de personas.

La campaña le pide al público llamar a la Línea Nacional Contra la Trata de Personas (1-888-373-7888), un recurso anónimo operado por Polaris las 24 horas del día, los 7 días de la semana o visitar: https://www.laredhispana.org/unetealasolucion

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