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Los indigentes de Orange mueren en moteles, el metro, vías ferroviarias y debajo de los puentes

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Murieron en moteles, estaciones del metro, vías ferroviarias, debajo de puentes e inclusive en el vientre de sus madres.

Los decesos de indigentes en el condado de Orange no fueron cinco o siete, sino decenas en un año y centenares en los últimos cuatro años, lo que tiene a activistas preocupados.

De acuerdo a la oficina forense, en el 2013 se reportaron 118 muertes de personas sin hogar en la región. En el 2014 esa cifra aumentó a 125. Sin embargo, para el 2015 el número había llegado a 181 casos mientras que en el 2016 el incremento sobrepasó los 200 casos.

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Entre los indigentes había un hombre de 93 años de edad. Leroy Calvin Jones, quien falleció a finales del 2015 en el cuarto de un motel en Cypress. La causa de su muerte fue bronquitis.

Madeline Rose Mallory se agregó a la lista a la edad de 19 años. La joven fue golpeada en agosto del 2016, mientras Nicholas, un hombre de 29 años de edad, se ahorcó con la agujeta de un zapato en la ciudad de Fullerton.

Durante la misma fecha, un niño no alcanzó a nacer debido a una sobredosis de metanfetamina de la madre.

“La situación de indigencia en el condado de Orange es muy triste. La gente sin hogar está muriendo por situaciones que pueden prevenirse”, sostuvo Rosa Fuentes, activista comunitaria.

Según estadísticas del condado, hay alrededor de 4,500 indigentes en la zona a cualquier hora del día y la noche, pero activistas creen que la cifra llega a los 15 mil.

“Si vemos un incremento de personas sin hogar es porque el condado y las ciudades no están invirtiendo en dinero suficiente para servicios mentales, entrenamiento de trabajo, centros para drogadictos y vivienda accesible”, dice Fuentes.

Para rentar un departamento en el condado de Orange, una persona debe ganar por lo menos 29.75 dólares la hora, lo que es igual a 61,884 dólares anualmente. Sin embargo, acota Joseph Simmons, un residente de Santa Ana que en ocasiones regala almuerzos, “un padre soltero con dos hijos que gana el mínimo, no puede cubrir ese gasto, lo que contribuye a la indigencia”.

“Nuestro sistema está empujando a la gente a la calle y a la muerte. Los enfermos mentales, los jóvenes sin guía y los niños son los que están sufriendo mientras las autoridades no hacen lo suficiente”, asegura Simmons.

Las críticas sobre la indigencia no se han hecho esperar tampoco de parte de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) del sur de California, que reprocha cómo el condado le ha fallado a sus residentes más vulnerables a pesar de tener en pie desde hace más de seis años, el “Plan para terminar la indigencia en el condado de Orange”.

El plan, aunque bueno, señala la organización, no se ha seguido al pie de la letra en proveerle a los desamparados vivienda y darles respuesta inmediata de crisis, dice ACLU.

Hoy en día, “más gente está siendo empujada a las indigencia, más están viviendo en la calles y sin refugio alguno”, asevera Eve Garrow, analista de ACLU.

Tras las recientes estadísticas, la junta de supervisores ha aprobado una inversión de 8 millones de dólares en fondos locales y federales para el desarrollo de vivienda.

Susan Price, directora de coordinación de cuidado del condado, está de acuerdo en que la junta de supervisores debe incrementar no solo la vivienda accesible sino los centros de ayuda para drogadictos, la coordinación de servicios y facilitarle a la comunidad la asistencia existente.

Price, quien fue contratada hace unos meses para ofrecer estrategias al problema de la indigencia, enfatiza que el condado puede disminuir el número de persona sin hogar “con recursos financieros adecuados y el sentido de emergencia”, para el 0.14 de residentes indigentes del sector.

A pesar de estos esfuerzos, la comunidad no cree en el condado.

“Son tantas la muertes, todos nosotros incluidos los políticos y la comunidad tenemos la culpa por dejar que el problema crezca”, dice José, un desamparado de Santa Ana.

“Aquí si no te matas de desesperación, te matan con drogas o para robarte, o te mueres porque no tuviste acceso al doctor a tiempo”, agrega José.

La cifra de muertes para el condado de Los Ángeles entre noviembre del 2015 a agosto del 2016 fue de 472, con casi 50 mil desamparados el año pasado, según documentos del condado.

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