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Expansión de cárcel ‘refuerza’ discriminación contra latinos, pobres y gays de L.A.

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Varios grupos comunitarios a favor de los derechos civiles alegan que el plan del Condado de Los Ángeles para modernizar un centro de detención de inmigrantes en Lancaster como cárcel de mujeres, solamente refuerza de discriminación contra las minorías más vulnerables.

El proyecto lleva siete años en camino, con espera de la aprobación de millones de dólares en inversión de los supervisores.

Hasta ahora, los activistas han citado problemas de salud si la expansión llega a culminarse, ya que “traería consecuencias graves a toda reclusa por los suelos tóxicos que hay en el Valle del Antílope, donde se situaría el reclusorio”, señala la coalición LA No More Jails.

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Los activistas alegan que las mujeres se verían obligadas a beber agua contaminada y respirar aire infectado, sin contar con las fallas en el suministro de agua y drenaje; la eliminación de residuos peligrosos y la potencial exposición a sustancias químicas tóxicas.

Por su parte, este martes los supervisores no llegaron a un acuerdo para proseguir con el proyecto de $215 millones para el Centro de Detención Mira Loma.

El asunto está programado para volver ante la junta en tres semanas, lo que preocupa a los activistas.

“La crisis de expansión de la cárcel en Los Ángeles es parte de un patrón más amplio de violencia y discriminación, que se dirige desproporcionadamente a los negros, latinos, inmigrantes, personas pobres, transgénero y no conformes con el género’’, sostiene Ezak Pérez, director ejecutivo de Gender Justice LA.

“Las mujeres trans se encuentran entre las más afectadas por el encarcelamiento y son las más excluidas de servicios de apoyo vital. Estamos pidiendole a la Junta que se una con la comunidad LGBTQ, y que hagan lo correcto al oponerse a la construcción”, dijo Pérez.

Por su parte, Esther Lim, de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) del Sur de California sostiene que la discriminación no es único problema.

El condado no hizo su parte “en el análisis de quién necesita la encarcelación contra quién necesita la desviación y el tratamiento”, dice Lim.

Tanto las supervisoras Sheila Khuel e Hilda Solís, se negaron a votar por la inversión por sus propias razones. Se necesitan por lo menos cuatro votos para el proyecto.

“La ubicación de la cárcel de mujeres propuesta en Mira Loma plantea significativos, y en mi opinión, obstáculos insuperables para nuestro objetivo de crear una cárcel de mujeres que sea la pieza central sensible al género dentro del sistema de correcciones’’, afirma Kuehl.

“Mira Loma está demasiado lejos de los hogares de las mujeres que estarían alojadas allí, y muy lejos de miembros de los familia que necesitarían visitarlas, especialmente los niños’’, indica.

De igual manera, Solís recalca que está comprometida a encontrar estrategias que fomenten la reagrupación familiar y menores tasas de reincidencia.

Janice Hahn, otra supervisora, añade que “la nueva Junta de Supervisores vemos las cosas de manera diferente. Hablé con cada uno de mis colegas este fin de semana y la voluntad colectiva de la Junta fue frenar, retroceder y volver a evaluar el proyecto”.

“Necesitamos analizar detenidamente cómo tratamos a las mujeres encarceladas en el Condado de L.A., cómo podemos tratarlas de manera más justa en el futuro y si sus necesidades podrían satisfacerse con la instalación propuesta en Mira Loma”, concluye.

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